Annelie o Anne , como siempre le llaman. Es la conocida risa que se escucha en los vídeos de "elrubiusOMG" y también en la mayoría de las ocasiones es su cámara y editora. Haciendo pensar que puede ser su novia, pero en realidad no.
¿Amigos? Se cono...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Iba echando humo por las orejas, no literalmente pero se podría decir que si.
Ayer por la tarde recibí un mensaje de Melo o más bien un vídeo donde se veía a leguas que todos mis amigos estaban pasados de copas, bueno excepto Luzu, es bien portado.
Rubén salía dándole por culo a mis consejos de que no fumara y los demás rieron al igual que un chico que no conozco pero estaba con ellos y supongo que es latino por su acento, el vídeo dura al rededor de cinco minutos ya que Melo no se dio cuenta de que siguió grabando varias cosas pero aún así me lo envió.
—Annelie, me haces daño —se quejó mi hermano.
—Cállate y sigue caminando.
Mi hermano y yo habíamos venido a por Rubén ya que llega en media hora y estaba ansiosa por golpearlo, también de darle un buen sermón y como he dicho estoy demasiado cabreada con él, pero como llevo a mi hermano del brazo y vamos caminando muy rápido creo que le he echo daño en la muñeca por los jalones que le he dado para que valla más rápido.
Una vez mi hermano y yo nos sentamos en los incómodos asientos de la sala de espera comencé a morderme las uñas con furia y desesperación hasta que una sonrisa traviesa se posó sobre mis labios al ver a mi mejor amigo caminar hacia mi con una sonrisa, me puse de pie e igualmente me dirigí hacia él.
—Anne, no sabes lo que me ha pasa... ¡Auch! ¡Duele! ¡Duele!
Antes de que me abrazara salté y le cogí de la oreja con fuerza, tubo que hacer maniobras para no caerse ya que se tiene que agachar mucho porque soy bajita.
—¡Vuelves a fumar otro cigarrillo más y te corto la oreja! —grité cabreada.
Todos nos veían raro y el guardia se quiso acercarse para ayudar a Rubén pero al momento que vio mi cara de rabia mejor se alejó. Sin perder más tiempo comencé a caminar aún teniendo a Rubén de la oreja.
—¡Anne! ¡Para!
—No hasta que lleguemos al taxi —dije borde.
—Pero mis maletas —se quejó.
Bufé molesta y le solté, al instante corrió a por sus cosas.
—¡Einar!
—S-si —dijo temeroso mi hermano.
—¡Ven acá!
Asintió para después correr hacía mi y tomar mi mano.
Esperamos a Rubén cinco minutos más cuando lo vi correr hacía nosotros con su maleta y llevaba una cara de asustado que flipas.
—¡Corran! —gritó asustado.
Mi hermano y yo le vimos extrañados y a la vez burlones ya que se veía muy gracioso correr con todas sus fuerzas tratando de que sus maletas no se fueran a la mierda, pero nos sorprendimos al ver un montón de chicas correr detrás de él.
