Capítulo 26

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L A  M E J O R   N A V I D A D

—¡Santa Claus ya viene a la ciudaaaa! —grito Rubén cantando

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—¡Santa Claus ya viene a la ciudaaaa! —grito Rubén cantando.

Menuda voz que tiene. Canta horrible.

Estábamos decorando el árbol de navidad ya lo habíamos montado solo faltaba ponerle los adornos y estaría más qué listo, este año haríamos la fiesta aquí en nuestra casa y nos había costado un huevo limpiar todo ya que teníamos todo echo un lío. Cómo siempre.

En unas horas vendría el padrino, Bente, Liv y los chicos, sería lo más, ya que sería la primera vez que estaríamos todos juntos, porque normalmente nos íbamos a Noruega y los chicos se iban a sus pueblos con sus familiares.

—Anne, ¿dónde están las esferas?

—Las guarde en la habitación de los regalos que te dan las criaturitas.

—Vale, iré a por ellas.

Asentí y seguí "preparando" la comida, no soy muy buena cocinera pero me sé defender un poco, además mi madre me había enviado una receta de un pavo y un bacalao que siempre preparaba en navidad cuando yo vivía en Noruega, le quedaban deliciosos ya que cocina de puta madre.

—¡Joder! —grito Rubén para después estornudar. —Están llenas de polvo, ¿hace cuánto que no pasamos una navidad aquí?

—Hace dos años, desde entonces han estado guardadas —le dije mientras rellenaba el pavo.

—¿Y no limpiamos las cajas cuando nos mudamos?

—Nunca limpiamos la cajas subnormal —me reí.

—Cierto —dejo las esferas al lado del árbol y caminó hasta mi lado para ver lo que cocinaba. —¿Qué haces?

—¿No es más que obvio?

—Y no nos pegará algo después de comerlo ¿o si? —se río.

Le golpee en el hombro para después meter el pavo al horno. Espero que Rubén se equivoqué y me salga de puta madre la comida.





—¡Trae agua! —le grité a Rubén escandalizada.

Este corrió al jardín para llenar un balde de agua y apagó el fuego que ya comenzaba a hacerse en la sartén. Madre mía había salido fatal.

—Vale, ¡me rindo! —grite frustrada para comenzar a limpiar la comida y tirar el pavo al igual que el bacalao.

—Tranquila, le diré a mi madre que cocine, ¿vale? —me dijo sonriente.

Asentí y seguí limpiando todo, Rubén cogió el móvil y comenzó a hablar con su madre. Espero y nos salve la vida, como suele hacerlo cuando metemos la pata. Qué es casi siempre.



—¿Sucede algo hijo? —me dijo mi madre por el móvil

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—¿Sucede algo hijo? —me dijo mi madre por el móvil.

—Pues... Anne a intentado hacer la comida y digamos que casi quema la casa.

—¡Cállate! —me gritó molesta. Mi madre solo se rió.

Hijo, no necesitabas llamarme, ya sé que sois un fracaso en la cocina y por eso ahora la estoy preparando.

Uff menos mal que nos conoces, vale pues nos vemos en un rato, te quiero madre.

Y yo a tí pequeño —me dijo risueña.

—¡Mamá! Que tengo 27 años.

Cuando vea que te comportas como la edad que tienes te dejare de decir pequeño.

—Vale, vale, hasta luego —le colgué.

—Te ha dicho que sigues igual de inmaduro —me dijo Anne burlona.

—Calla.

Las horas pasaron y el árbol ya estaba bien y estable. La cocina Anne la había limpiado bien y parecía que no había sucedido nada, yo ya me había duchado y me había cambiado. Los chicos ya no tardan en llegar y Anne apenas y se había comenzado a duchar. Lo bueno es que no era como las demás chicas y no tardaba años en arreglarse.


—Hijo ayúdame a poner la mesa —me dijo mi madre mientras partía el pavo, le hice caso y comencé a ponerla.

Había llegado hace media hora junto con el padrino y Liv que al entrar a la casa y ver el árbol ni siquiera me saludo y corrió a ver los regalos, desde entonces ahí está.

Pero minutos más tarde sonó el timbre, eran los chicos. Les saludé y cuando pensé que Mangel no había podido venir salió de la nada con dos botellas de vino.

—¡El vinito! —le grité mientras las tomaba.

—¡Ruben! —me reprendió mi madre.

¡Vinitoo! —grito el padrino al ver las botellas y las tomo para acomodarlas en la mesa.

Mi madre al vernos solo negó y mejor se fue a saludar a mis amigos, obligando a Liv que hiciera lo mismo y no estuviese de emo, pero bueno a veces se comporta así ya que acaba de cumplir los siete años y según ella ya es mayor.

—Hijo, ¿dónde está Anne? —me preguntó extrañada mi madre ya que era la única que faltaba y para ser ella ya se había tardado demasiado, normalmente es muy rápida arreglándose.

Pero cuando mi madre hizo aquella pregunta parece que le hubiese llamado porque se escucharon sus tacones resonando por el pasillo de arriba para después verla bajar las escaleras. Todos nos quedamos perplejos y se escucharon algunos "wow" departe de mis amigos y el padrino, mi madre sonrió al verla y corrió a su lado par ayudarla bajar las escaleras yo simplemente me quedé mudo.

—Cierra la boca hombre, que se te meten moscas —me dijo Mangel burlón, le vi mal para después darle una buena ostia en el hombro.

—¡Calla hombre!

—Anne te vez preciosa —exclamo mi madre.

Anne le sonrió y dio las gracias, camino hasta mi avergonzada, parecía que se había puesto un poco tímida al ver que todos la estaban observando. Pero es que simplemente se veía preciosa, como todos los días, aunque en esta ocasión aun mas.

—¿No crees que es demasiado? —me dijo en un susurro.

—Que va, es una ocasión especial —le sonreí, asintió para después devolverme la sonrisa y comenzar a saludar a los demás.

Solo me queda mencionar que fue la mejor navidad de todas, todas las personas mas importantes para mi se encuentran aquí, bebíamos pero solo para brindar, los regalos no eran los mejores del mundo pero eran especiales para nosotros, mi hermana estuvo tranquila al final de cuentas. Simplemente la mejor.

I love U, best friend | elrubius | 1 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora