Vergüenza colectiva

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*Roxas pov's*

Siempre he sabido que Ventus es... bueno, imposiblemente amable y atento. Salta a la vista que adora a sus amigos, él termina por ser cariñoso casi involuntariamente. Sin embargo, su comportamiento hoy con Xion es ridículo, la está persiguiendo por todos lados como un sátelite; cuando fui a buscarla a su salón para ir juntos a la cafetería durante el almuerzo me encontré de frente con ambos en el pasillo, Ven le iba cargando la mochila y unos libros —mientras ella, ansiosa como es, sentía que las manos le estorbaban, no sabía dónde ponerlas o como usarlas. Pero tampoco quería ser descortés con el rubio, así que disimulaba su incomodidad lo mejor que podía—. Cualquiera con dos ojos funcionales se hubiera dado cuenta de que él estaba muy contento de poder ayudar.

      Fue lo mismo en la cafetería, cargó con la bandeja de Xion y le compró la comida, incluso nos invitó helado a los dos. Mi amiga se estaba desquiciando lentamente, decía "Gracias" cada cinco segundos ya que no sabía qué otra cosa podía hacer ante tanta atención. Por vergas que suene, en este momento estaba algo celoso de Ventus. Toda la paciencia que ella le estaba teniendo demostraba cuanto le apreciaba. Si hubiese sido yo quien le carga el bolso, mínimo me pega un tiro e incendia mi cadáver. En esa mochila tiene que haber un secreto federal o material radioactivo. Algo así.

       Como sea, la situación se prolongó hasta la hora en la que teníamos que ir a presentarnos en el club de radio. Entonces Riku, que no estaba enterado de nada, compartió conmigo el desconcierto total ante la sumision absoluta. Quizás se sorprendió más que yo, pues Ventus era su mejor amigo y mira por dónde, ahora estaban enamorados de la misma chica. Y no había nada sútil en él, era como si tuviese un cartel con fuegos artificiales en la frente.

—Ven, ¿qué estás haciendo? —le preguntó Riku.

El rubio acababa de sacar una libreta del bolso radioactivo de Xion y ahora escribía algo allí.

—Hago la tarea de Aritmética de Xion —respondió levantando la mirada—, ¿quieres que te haga también la tuya?

—Uhm... no, creo que no.

—Yo sí Ven, haz la mía, te pago —supliqué—, hago lo que sea, mi profesor enloqueció y quiere que derive ¡imagínate! ¡que derive! ¡como si yo supiese siquiera dividir de tres cifras! ¿Qué querrán luego? ¿que integre?

—Oh, bueno.

      Cuidadosamente dirigí mis ojos a la chica dentro de la cabina. Ella estaba tranquila leyendo un cómic de los X-men, mientras bebía una lata de Coca-cola cherry. El volumen estaba desactivado. Aquello parecía su primer momento de paz en el día. Sin embargo, se iba a cabrear como llegase a su casa y se diera cuenta de que la tarea de aritmetica se había hecho sola. Bueno, mentira, "Cabrear" es un eufemismo.

      Riku presionó un botón en el tablero externo. Se activó el sonido

—¿Xion?

—¿Ajá? —pasó una página del cómic, sin levantar la mirada.

—¿Quieres salir mañana conmigo?

      Eso sí es un hombre de acción carajo, "si me siento celoso en extremo pues hago algo al respecto y ejecuto mi jugada para seducir a la chica" lo admiro, nada de quedarse cruzado de brazos esperando un milagro de diosito y la virgen María, no señor, pura iniciativa masculina y testosterona, todo un pionero de las buena ideas.

      Mayor cagada imposible.

—Deja que yo te avise cuando tenga un rato para salir ¿bien? —suspiró Xion y se apartó el fleco del rostro—, sé que te lo debo, pero por favor, no vayas a insistir —agregó al ver que él iba a replicarle. Wow ella está manejando la situación con mucha desenvoltura.

• C r y  L i g h t •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora