BLANCO Y NEGRO // Ross Lynch

Capítulo 16

Había pasado un mes, así que aquí estaba de vuelta, sentada frente a ella mientras analizaba cada uno de mis movimientos con la mirada y esperaba a que dijera algo.

Sonreí, algo nerviosa.

—¿Cómo te has sentido? ¿Has tomado las pastillas?

Mierda, ¿cómo iba a decirle que en un ataque de rabia y ansiedad había arrojado las pastillas al vacío?

La doctora Harris esperó una respuesta y me limité a contestar la primer pregunta únicamente.

—Bien, me he sentido bien. 

Dije, recordando la golpiza que le había dado a Violet Thompson, el increíble beso que le había dado a Ross saliendo de aquella fiesta, mi pelea antigua con Maeve por culpa de su novio, y lo ocurrido en el salón de clases el día del examen sorpresa.

Si, definitivamente habían pasado muchas cosas.

Y no me sentía muy bien.

—En realidad, estoy confundida. Pero usted no es ninguna consejera de amor o relaciones así que me voy a limitar a hablar de mis trastornos —comenté, riendo un poco.

Aquella mujer sonrió y negó con la cabeza.

—Estoy aquí para escucharte, por ello tomas terapia. Puedes contarme lo que sea y yo trataré de darte mi mejor consejo, ¿de acuerdo?

Asentí, y saqué aire por la boca, sin saber por donde comenzar.

—Me he sentido bien, pero hay ocasiones en las que me siento mejor y olvido todo por un rato. Pero tengo miedo dejar de sentirme así —dije de repente.

—¿Puedes ser un poco más específica? ¿Cuando se dan esas ocasiones en que estás bien, a que se debe?

Aquí vamos.

—Cuando estoy con Ross.

La doctora formó una "o" con su boca y me miró, sonriendo.

—¿Qué es lo que te da miedo, Leah?

Agaché la cabeza.

—No he salido con muchos chicos, o por lo menos no por mucho tiempo. Hace mucho que no estoy en una relación porque tengo miedo a salir lastimada, por todo lo que han dicho de mí. No quiero que él también me trate así, o me haga daño —pasé saliva, mostrándome un poco débil ante ella—. Y también me da miedo que los rumores y lo que la gente dice, pueda afectar la relación con Ross. Que él comience a creer ciertas cosas y nuestra comunicación o química, o relación, se vea afectada.

Ella asintió, pareciendo comprender el punto. Se cruzó de brazos, adoptando una postura cómoda y la miré, inquieta.

—La verdad es que ninguna de nosotras puede anticipar o adivinar lo que vaya a pasar entre ustedes Leah, pero tú conoces más a Ross que yo. ¿Crees que él sería el tipo de chico capaz de lastimarte? Es decir, se ha preocupado por tu bienestar, ha apoyado tu terapia, intervino en el asunto de tu madre porque estaba preocupado por ti...No lo sé, Leah.

Pensé lo que la doctora me dijo, haciendo que recordara todos esos momentos y detalles de preocupación que Ross había tenido. 

Y que definitivamente me hacían dejar a un lado cualquier pensamiento malo de él. Ross era un increíble chico.

En realidad lo que me daba más miedo, era que la gente continuara haciendo de las suyas, y dañara nuestra relación.

—Tengo miedo a salir con él, no quiero que todo lo que yo paso también lo pase él. Estoy harta de la mierda que dicen de mí y no sé si estoy lista para luchar contra ello con él.