BLANCO Y NEGRO // Ross Lynch

Capítulo 13

Acomodé mis jeans ajustados y subí la bragueta de estos mientras tiraba de la cadena.

Suspiré y tomé mi mochila que colgaba de un perchero pequeño adaptado en el cubículo del baño.

Acomodé la blusa corta que llevaba ese día, y me detuve antes de salir del cubículo cuando escuché algo afuera.

—¿Tú crees que...? Ya sabes. Ross no contestó nunca el mensaje que le envié en aquella fiesta y días después lo vi con ella.

Reconocí la voz de inmediato. Stella Green.

Alcé las cejas al notar que hablaba de Ross Lynch con alguien más.

—No tengo idea Stella, pero no me sorprendería, ¿qué nos podemos esperar de Leah? Es una zorra, lo más seguro es que hayan hecho muchas cosas ya. 

Escuché la fastidiosa voz de Violet Thompson, quien parecía no haber comprendido la lección después del puñetazo que le solté días atrás.

—Maldición —dijo Stella, soltando de repente, pareciendo molesta.

—Te dije que Lynch era un idiota, no tendrías porque estarte preocupando por él ahora. No está a tu nivel. Prefiere estar con esa estúpida que contigo —agregó Violet.

—¿En serio crees que se hayan acostado? —le preguntó Stella de repente, pareciendo desanimada.

La rubia soltó una pequeña carcajada en tono de burla.

—¿Qué pensabas cariño, que Ross no iba a hacer con ella lo mismo que hizo contigo?

Mi barbilla quedó en el suelo al escuchar tal declaración.

—Es un idiota —comentó Violet al final.

—Bueno, yo lo alejé, yo tengo la culpa —dijo la pelirroja de repente, sintiéndose culpable.

Y entonces, decidí no escuchar más a escondidas, así que agarré valor después de haber escuchado tremendos insultos hacía mí, y salí de aquel cubículo.

Ambas me miraron por el espejo, pareciendo un poco sorprendidas.

Stella agachó la cabeza, evadiendo el contacto visual conmigo.

Me acerqué al lavamanos y de mi mochila, saqué un brillo labial, el cual froté en mis rosados labios.

—¿No sirvió el puñetazo eh? —comenté de repente.

Noté una bandita de color blanco colocada sobre el puente nasal de la rubia.

Stella se aclaró la garganta y caminó hacia la salida del baño de mujeres. Mientras que Violet me miró a través del espejo aún, con algo de furia.

—Eres insoportable si, pero no sabía que también eras maleducada. Digo, eso de escuchar a escondidas en los baños está bastante mal, Simmons —guardé mi labial nuevamente y me coloqué la mochila sobre mis hombros.

Me di la vuelta y caminé, acercándome a ella.

Quedé frente a frente con aquella rubia y sonreí.

—Tal vez podrían buscar otro lugar para hablar mal de la gente.

Pasé a su lado chocando mi hombro con su cuerpo, empujándola levemente, y finalmente salí del baño.

Dejando a aquella rubia terriblemente enojada.

[...]