Capítulo 20

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Willow se arrojó al sofá en cuanto entramos a la casa. Mi tía Isabelle entró detrás de nosotras, cerrando la puerta principal.

Observé a Willow, burlándome de ella por terminar tan cansada tan solo por hacer unas cuantas compras para la casa.

Me arrojé al otro sofá y revisé mi celular, percatándome que tenía algunos mensajes de Ross y Maeve, quienes preguntaban como iba mi día. Sonreí al leer el chat que tenía con Ross y me dispuse a contestar.

Alguien tocó a la puerta de repente.

Willow y yo nos miramos, realmente confundidas, pensando en que no era común que recibiéramos visitas.

Mi tía Isabelle corrió hacia la puerta con prisa. Después unos segundos finalmente abrió, y observé en el marco de la puerta a mi madre, Eleanor Simmons.

—¿Eleanor? ¿Qué haces aquí? —me incorporé de inmediato al verla y me quedé inmóvil.

Todas esas discusiones, insultos y las veces en que había sido humillada y agredida por ella, regresaron a mi mente con la misma velocidad de un relámpago.

Willow notó mi incomodidad, mientras ambas de nuestras madres sostenían una conversación en voz baja. Mi madre aún seguía fuera de la casa, y aunque mi tía Isabelle le había ofrecido entrar, ella se había negado.

—No estoy segura Eleanor, Leah está muy bien así.

Escuché que comentó mi tía, y se dio la media vuelta para después llamarme.

—Leah, tu madre quiere hablar contigo —me dijo.

La miré, haciéndole notar mi miedo y mis nervios por volver a sostener una conversación con mi madre, pero finalmente caminé hacia la puerta y me encontré con ella en la parte exterior de la casa.

Mi madre me miró, de pies a cabeza, y sonrió.

—Te he extrañado Leah, no sabes cuanto —alcé una de mis cejas, dudando en sus palabras.

Negué con la cabeza y lancé un suspiro.

—¿Necesitas algo? —notó mi respuesta cortante y me miró pareciendo desanimada.

Jugueteó un poco con sus manos, las pasó por su cabello un par de veces y finalmente se cruzó de brazos. Observé su conducta nerviosa y noté que no podía expresarse como en realidad quería.

—Quiero que vuelvas a casa conmigo. He estado asistiendo a terapias para tratar mi alcoholismo y he mejorado Leah. Tengo casi 2 meses sin beber una gota de alcohol.

Agaché la cabeza, desviando la mirada al suelo.

Probablemente se encontraba arrepentida de todo lo que había pasado; podría ser verdad o mentira el hecho que se estuviera tratando pero, había algo de ella que no me inspiraba completa confianza como para que yo quisiera volver.

Pero a final de cuentas, era mi madre. Y la quería a pesar de todo.

[...]

Sentí una mirada sobre mis hombros y me giré, para encontrarme a Willow en la puerta de mi habitación.

Lancé un suspiro pensando en el sermón que venía a continuación. Guardé un par de prendas más, junto con algunas pertenencias personales y finalmente me senté en la cama, rendida.

—¿De verdad quieres hacerlo Leah? Fuiste tú quien vino corriendo a pedirme ayuda cuando tu madre te golpeó —me dijo, haciéndome recordar aquella vez.

Negué con la cabeza y la miré. Willow pudo comprender en ese momento que muchas cosas me pasaban por la mente, y aunque podría parecer que no quería hacerlo, en el fondo también quería volver a casa, con mi mamá.

BLANCO Y NEGRO // Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora