Capítulo 11

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Leah Simmons [...]

 "No vale la pena", pensé.

Arranqué aquella desagradable hoja llena de insultos de mi casillero, la hice bola y la arrojé al suelo, con bastante furia.

Maeve Jones llegó a mi lado, dándome un simpático  abrazo y con una gran sonrisa.

¿Por qué no podía ser igual de feliz que ella a pesar de los comentarios de la gente?

Maeve notó que me encontraba algo distraída y me miró, frunciendo el ceño.

—¿Todo bien? Lamento si el día de ayer no contesté el teléfono, Jacob me invitó a cenar con sus padres y estuve algo entretenida todo el día. No sabes cuanto lo lamento.

Sonreí, notando como siempre a pesar de todo intentaba darme una disculpa y alegrarme.

—Está bien Maeve, Ross estuvo conmigo hasta que fui a casa de mi tía Isabelle.

Asintió con la cabeza y sonrió.

—¿Así que Ross estuvo contigo? —alzó las cejas, intentando hacer un gesto de coqueteo.

Ambas reímos al mismo tiempo, hasta que Violet Thompson pasó a mi lado empujándome contra el casillero con fuerza.

—¿Te gustó la nota, Simmons? Es una pena que ni siquiera tu madre te soporte o te quiera.

Me recorrió de pies a cabeza, de forma grosera.

Puse los ojos en blanco al escucharla hablar e intenté defenderme.

—No vale la pena —dijo Maeve, tomándome por las muñecas.

La rubia rio con la acción de Maeve y nos llamó "perdedoras" a ambas.

—Si yo fuera tú Leah Simmons, pensaría seriamente en el suicidio. A nadie le importas.

Violet se dio la vuelta después de arrojar una vez más su veneno y cerré los ojos, fastidiada.

El infierno en casa había terminado, pero en la preparatoria, todo seguía igual.

[...]

Miré al resto de la clase sentada desde las gradas, mientras me amarraba bien las agujetas. Maeve esperaba de pie, recargada junto a mí.

Desvié mi mirada de mis pies finalmente, encontrándome con la mirada de Ross al frente, mientras este corría con su amigo, Drew. Sonrió ligeramente y suspiré, dándole una sonrisa de vuelta.

—¿Listo? Para cuando termines de arreglar tus agujetas seré una abuela y no correré más.

Reí con el comentario de mi mejor amiga y continuamos corriendo alrededor del patio, como el resto de la clase.

El entrenador nos observaba darle vueltas a la cancha sin dar alguna indicación adicional, por lo que corriendo en círculos una y otra vez solo nos hacía parecer idiotas.

—Entonces yo estaba como, "¿qué diablos voy a decir si me preguntan que quiero estudiar?", no tengo la menor idea...

Escuchaba a Maeve, platicándome sobre la cena con los padres de Jacob. Pero algo me distrajo cuando pasamos cerca de Violet Thompson, y de Stella Green.

Algo que realmente me hizo enfadar y perder los estribos por completo.

—¿Viste la mirada que le lanzó a Lynch? Con razón su madre prefirió que se largara, es una zorra —comentó Violet, mientras entablaba una conversación con Stella.

La pelirroja únicamente río por lo bajo y Violet no despegaba la vista  de su teléfono celular.

Me armé de valor, y caminé hacia donde estaba la rubia. Ya me tenía harta.

BLANCO Y NEGRO // Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora