Capítulo 17

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Tenía mucho tiempo sin sentirme tan feliz rodeada de varias personas.

Había pasado algo de tiempo, aunque no demasiado. Y hoy era uno de esos días en que lo único que quería, era relajarme y pasarla bien con Maeve y con Ross, con las únicas personas a quienes en realidad consideraba mis amigos.

La preparatoria había organizado una celebración especial para los estudiantes, festejando el 4 de julio. Se había organizado una increíble fiesta privada en un club de playa, al sur de Los Ángeles, en Long Beach. Y la fiesta iba de maravilla.

Había una maravillosa zona de piscinas, jacuzzi,  un club de golf y un bar a nuestra disposición, aunque obviamente, no nos podían servir nada con alcohol.

A menos de que nosotros, encontráramos la forma de traerlo a la fiesta a escondidas. 

—Vamos Leah, no te va a ocurrir nada por un trago —me dijo Maeve, ofreciéndome un poco de su cerveza. Puse los ojos en blanco, y repetí como por quinta vez que estaba tomando medicamentos.

Drew, Ryland, una prima de Drew llamada Ester y su novia Aileen, y hasta Jacob Evans junto con algunos de sus amigos, jugadores del equipo de futbol de la escuela, estaban con nosotros en la fiesta.

Y por nosotros me refería a Ross, Maeve, y a mí.

Mi relación con Ross iba bien, como habíamos quedado. Las cosas iban con calma, me sentía cómoda y feliz, y únicamente las personas más cercanas a nosotros estaban enterados de nuestra situación amorosa.

Maldije en voz baja al ver como todos parecían divertirse, haciendo toda clase de estupideces y bebiendo alcohol y bailando con locura.

Me estaba divirtiendo, claro que si, pero no al cien. Malditas pastillas.

Ross me tomó por la cintura de repente, y después de darme un buen beso en la mejilla, me sonrió.

—¿Aburrida princesa? —notó que algo me pasaba.

—Quiero beber con ustedes —me quejé, como niña pequeña.

Me tomó de las manos y besó mi frente, atrayéndome hacia su cuerpo en un corto abrazo.

—No deberías de...Pero, hoy es día de fiesta —dijo esto y me extendió su vaso, lleno con vodka y jugo de arándanos. Lo pensé un par de veces y lo miré dudando.

Ross alzó los hombros, indicando que no iba a tomar una decisión por mí, y que tampoco iba a obligarme a hacer nada que yo no quisiera.

—Al demonio —dije, arrebatándole el vaso y bebiendo como desquiciada de aquel.

Esa fue la chispa que necesitaba para encontrarle sentido a esa fiesta.

Al cabo de unas horas, me sentía perdida en aquel club de playa. Las piernas me dolían de tanto bailar con Maeve y las chicas, mientras que los chicos se divertían junto a nosotros y bebían el doble.

Maeve me tomó de repente, ocasionando que bailara con ella, ambas completamente ebrias y riendo. Jacob Evans y Ross de repente ya eran amigos, al igual que Drew.

Willow y Rocky llegaron más tarde a aquel club, siendo invitados por nosotros y después de pagarle una buena cantidad de dinero al guardia de seguridad para que los dejara pasar, puesto que era un evento privado.

Mi peinado y mi maquillaje habían desaparecido hace horas, y no tenía otro objetivo más que pasarla bien.

—Stella ha volteado toda la puta tarde —dijo Maeve de repente, señalando a aquella pelirroja a unos metros de nosotros, mirándonos. En especial a Ross.

BLANCO Y NEGRO // Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora