Simon says have sex III

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Suspiró con cansancio después de arrastrar el cuerpo inerte hasta la bañera. Lo depositó dentro con mucho cuidado acomodando las laxas extremidades dentro y luego lo acomodó. Desde su perspectiva pudo admirar las hermosas facciones de su rostro que parecía dormir, acomodó su rubio cabello tomándose el tiempo para acariciar las hebras rubias que destilban un suave aroma a manzanilla.

Le contempló durante unos segundos más antes de tomar la sierra, esperaba y posicionarla por encima de su rodilla y empezó a razgar la blanca piel con ella, rogando por no hacer un desastre en el baño.

¿Quién iba a decir que cortar un cuerpo iba a ser tan dificil? Había terminando sudando, sobre todo cuando tenía que cortar los huesos. Pero ya no faltaba demasiado, vio las extremidades apiladas en el otro extremo de la tina. Levantó el fino mentón y observó nuevamente su rostro, era lamentable que no pudiera ver nuevamente esos ojos verdes llenos de vida. Puso la sierra en el cuello y se preparó para separar la cabeza del torso.

 Puso la sierra en el cuello y se preparó para separar la cabeza del torso

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Todo su turno se la pasó en las nubes. Lo cierto es que los días de semana no solían haber muchos clientes, así que tampoco tuvo que preocuparse demasiado por ello. Pero aún así sus ojos no dejaban de mirar cada cierto tiempo el reloj cucú que Viktor le había regalado a su jefe por su primero o segundo año de noviazgo. Yuri siempre pensó que era demasiado horrible y desentonaba con la estética del establecimiento, pero Katsuki solo lo ignoraba y se dedicaba a darle cuerda los sábados por la mañana.

El día avanzó más rápido de lo que hubiera querido, cuando se dio cuenta ya estaba cuadrando la caja registradora y contando el dinero de la ganancia del día mientras su jefe y su novio hacían quién sabe qué en la trastienda, de cualquier manera, quería evitar a toda costa mirar por esos lares.

La campanilla sonó y poco después Otabek entró al local muy fresco como siempre y con su habitual expresión seria que a Yuri le hizo reir discretamente tras el mostrador porque Otabek estaba cabreado y sólo él podía saberlo porque nadie le conocía mejor.

— ¿Estás listo ya? — Yuri asintió despacio antes de anotar el monto en efectivo junto al que registraba el virtual para sumarlo y obtener el mismo monto que marcaba el sistema, no había ningún fallo, el dinero estaba completo. — Apresúrate y vámonos.

— Quiero comer pizza antes, la comida de la cafetería es una mierda y no pude coger ni un pastelillo de la cocina aquí porque el Cerdo los hizo con una nueva receta y se los quería dar de probar al Calvo ese. — Otabek rodó los ojos antes de cruzarse de brazos mientras el menor se sacaba el delantal para doblarlo cuidadosamente.

— No voy a comprarte una mierda, he venido para llevarte a mi casa, terminar esto lo más pronto posible y que dejes de joderme de una vez.

— Que mala educación de tu parte no darme de comer antes de cogerme, Altin, tu madre estará muy avergonzada de tu comportamiento. Y si quieres "acabar" rápido temo que tengo que buscar a alguien mañana también, alguien que no sea mediocre... ya sabes, un hombre de verdad.— Yuri tomó con cuidado el registro.

Simon Says [OtaYuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora