T r e s.

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Después de la agradable cena regresamos al hotel, donde ellos también se hospedaban. Mi madre me esperaba impaciente con todo un interrogatorio preparado sobre Harry y el chichón que tenía en la frente. No sé cómo es que tan rápido se había enterado de todo pero supuse que mi hermano le habría contado que lo llamé por la tarde para avisarle sobre todo lo sucedido, además de burlarse de mí por toparme con Harry, también me aseguró que le contaría todo a mamá cuando regresara de su excursión con Archie.

-Te dije que lo conocerías algún día. Lo sabía. Tú nunca quitas el dedo del renglón hasta que consigues lo que quieres.

-Má, no la incites más, ahora nadie la va a soportar. - alegó mi hermano que estaba prácticamente tirado sobre la alfombra de la habitación con los ojos pegados al teléfono.

-Cállate, Megan Fox. - me burlé de él.

Un par de coscorrones y Kyle estaba tranquilo, de vuelta a no despegarse de la consola de videojuegos y su teléfono, las únicas dos cosas que podía hacer al mismo tiempo. Mi madre sonrió y suspiró, sabía que con nosotros dos esa era la rutina y que era nuestro modo de expresar el cariño que nos teníamos.

-Ve a dormir hija, descansa. Tú también Kyle, no quiero que estés jugando ahí toda la noche. -ordenó mi madre, nos besó la frente a ambos y salió de la habitación para ir a la suya con Archie.

-Quiero que sepas que es bastante molesto que estés en la misma habitación que yo. - le lancé una almohada a la cabeza. - ¿No se supone que Archie es millonario como para poder haber pagado otra habitación?

Kyle me ignoró por completo, seguía matando zombies o algo similar en la pantalla. Intenté leer un poco para poder dormir pero me era imposible con el escándalo que armaba mi hermano cuando se ponía a jugar esas cosas tan violentas. Me di por vencida, no podría leer nada sin que el ruido me distrajera a cada momento, salí de la habitación y subí hasta la la terraza del hotel que se encontraba en el último piso del edificio.

Hacía mucho frío por la noche, era diciembre después de todo y aunque estábamos en la playa el clima no era muy cálido por las noches. Sentí la brisa salada en mi cara y toda la piel se me erizó en una sensación que se me antojó agradable. Frente a mí se veían algunas luces de los restaurantes al pie del hotel y una que otra fogata en la playa, más allá de eso sólo se veía el mar oscuro ligeramente iluminado por la luz de la luna. Era una vista preciosa de la playa, el cielo estrellado y la luna. Ignoré los constantes escalofríos y me apoyé sobre la barda al borde del edificio para poder disfrutar un poco de la tranquilidad que se respiraba en ese lugar. Una paz y tranquilidad que hacía falta en mi mente para poner en orden todo lo que me quitaba el sueño; el trabajo, la escuela, mi madre, un temor persistente a fracasar, mi reciente encuentro con Harry...

-Creí que era el único que subía aquí.

Giré sobre mis talones cuando el corazón me dio un brinco en el pecho, pero calmó un poco al ver a Harry acercarse a mí... Mentira, en cuanto lo vi caminar hacía mí el corazón me dio un vuelto y retomó su marcha a una velocidad antinatural. Retomé mi lugar y volví a contemplar el paisaje para tratar de tranquilizarme un poco antes de poder decirle: -No podía dormir, y creo que esto es muy tranquilizador.

-Tienes razón... Yo tampoco podía dormir. - rozó su codo con el mío y lo miré de reojo. Fijó su vista en el horizonte y dejó escapar una gran bocanada de aire.

- ¿Y ese suspiro?

Sacudió la cabeza con una sonrisa melancólica en el rostro, me dedicó una mirada fugaz antes de contestar: -Nada, es sólo que estoy cansado...

Starstruck | h. s. | a. u. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora