O c h o.

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Dos meses habían pasado ya desde el inicio del tour. Los chicos ya se habían presentado en ciudades de Asia y para ese entonces volvíamos a Europa para una pequeña gira antes de ir a recorrer América. Ahora nuestro hogar sería un enorme y brillante autobús por los siguientes 10 días, ya que prácticamente en Europa todo está muy cerca, el autobús nos llevaría de ciudad en ciudad y de hotel en hotel según las fechas que tuvieran que cubrir los chicos.

Me había acostumbrado a estar rodeada más de hombres que de chicas. Entre Galaxii, el equipo de seguridad y entrenamiento, las mujeres más cercanas que tenía eran sólo Em y Carly. Ya era normal y cotidiano para mí ver torsos desnudos corriendo cerca de mí, al menos sin sonrojarme tanto como las primeras veces.

-Vamos a salir a dar un paseo por ahí. ¿Quieres venir? - Gabe me llamó desde la puerta del autobús.

Gabe era muy parecido a Kyle y me hacía extrañar a mi hermano un poco menos porque me lo recordaba mucho. Habíamos creado un lazo de amistad muy particular, en ocasiones Em o Carly me llamaban la atención por llevarme un tanto pesado con él pero la verdad es que lo veía como a mi hermano, podía golpearlo y sabía que él no me lastimaría de vuelta. Podría decir que tenía control sobre él y de verdad lo sentía como mi hermano pequeño aunque él fuera 2 años mayor que yo.

- ¿Irán todos?

-Cal... y yo. - mordisqueó algo que llevaba en la mano, llenándose la boca de migajas.

-Como dijiste vamos, creí que el resto de los chicos irían.

-Se han puesto de holgazanes pero así mejor. ¿Vamos? Quiero comprar algunas cosas y estoy aburrido.

Salir me pareció buena idea así que me levanté del sofá que se encontraba al fondo del autobús en una pequeña sala de estar donde pasaba la mayoría del tiempo libre. Si no fuera por Gabe o Harry, aún ahí con la banda más exitosa del momento, seguiría siendo tan aislada como siempre. Ambos siempre me jalaban con ellos para salir y despejarme. Harry me llamaba comelibros.

-No tengo nada en contra de los libros, son una maravilla pero a veces siento que tú crees que son más divertidos que yo. - solía decirme y eso siempre me causaba una risa histérica, así me lo repitiera todos los días.

Y hablando de Harry... oh Harry. Ese chico me hacía realmente pensar. Y hasta este punto me había acostumbrado a simplemente admirarlo de lejos aunque cada día estuviera con él. No iba a negar que me atraía, eso era bastante obvio. ¿A quién no le atraía Harry? Independientemente de su fama creciente o dinero, era un chico físicamente agradable; alto, ojos verdes, buen cabello, y esos tatuajes que le daban un toque de chico malo. Harry siempre se mostraba amable y tenía un encanto arrasador con chicos, chicas, ancianos y niños. Era imposible no sentir algún tipo de atracción. Y precisamente por todo aquello yo me seguía repitiendo el mismo mantra todos los días y cada vez que mi ilusión quería volar mucho más allá de los límites; "no tenemos nada en común, no funcionaría y él nunca me vería como algo más". Un mantra bastante largo pero que meditaba diariamente y que hasta entonces me había funcionado. Yo era todo lo contrario a Harry y eso sería como revolver agua y aceite, no se mezclarían, nunca. Mientras yo era una comelibros/misántropa, Harry adoraba hacer sonreír a todas las personas que se le cruzaran en el camino. Harry y yo estábamos construyendo una amistad fuerte y bastante agradable, con eso me era bastante y suficiente. Él era una buena persona mientras yo intentaba sencillamente ser una persona.

Cal iba detrás de Gabe y mío, como una sombra, yo aún no me familiarizaba con eso de tener a una persona cuidándome las espaldas y siguiéndome a cada paso que daba, era bastante raro. Nos encontrábamos en Viena, en un centro comercial llamado Columbus Center.

Starstruck | h. s. | a. u. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora