T r e i n t a y s i e t e.

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Me encontraba frente a la computadora con una hoja en blanco y las manos sobre el teclado completamente inmóviles. Debía escribir sobre algo, lo que fuese para poder comenzar una historia y hacer algo, por fin, como escritora.

Harry me obligó a sentarme frente a la computadora y me advirtió que no me dejaría pararme de ahí hasta que hubiese escrito por lo menos un par de cuartillas.

-Sólo hazlo, cariño.

-Harry no tengo idea de sobre qué escribir. - protesté intentando pararme de la silla, Harry me tomó por los hombros y me forzó a sentarme de nuevo.

- ¿Sabes? La inspiración llega, no puedes obligarla así nada más. - bufé enfurruñada sobre la silla.

-Escribe sobre mí, sobre ti, sobre tu familia... Sobre Niklas. - me acarició los hombros y lo sentí besarme la coronilla. -Tienes talento, Eleanor. Y te he visto quejarte una y mil veces sobre no escribir nada... Sólo hazlo, ya no lo pospongas más.

-Pero es qu-

-La primera excusa fue el yeso de tu pierna y el collarín y las muletas y hasta el pobre gato que traje hace unos meses. - reí ante su último comentario y él me miró ceñudo. -Tú puedes hacerlo.

Se inclinó y besó mi mejilla para seguir su camino afuera de la habitación. Me quedé ahí sola con la hoja en blanco frente a mí.

Mis pensamientos volvieron al invierno de hace casi dos años y comencé por escribir desde ese punto cuando solía hablar con Ian por videollamada y vivía en Londres con mi madre y Kyle. Empecé a teclear y no paré hasta que Harry volvió a la habitación con una pequeña charola entre sus manos que sostenían un par de tazas de café.

-Bien, señorita escritora, creo que la sesión de hoy hay sido muy fructífera. He salido con Gabe al golf durante casi todo el día y estoy seguro que tú no te diste cuenta de ello. - sonrió y me extendió una de las tazas. - ¿O me equivoco?

-Está usted en lo correcto señor Talbot.

Ni siquiera me percaté del dolor de espalda y cuello hasta que me levanté de la silla para abrazar a Harry.

-Creo que ahora necesito un masaje.

-Necesitas un baño caliente. - se inclinó y me tomó por los muslos para que yo rodeara sus caderas con mis piernas. -No puedo creer que ya casi sean dos años...- suspiró contra la piel de mi rostro.

-Dos años que casi me siembras la cabeza en la arena.

-Oh calla. Gracias a mis escasas habilidades en voleybol fue que te conocí. Y no me arrepiento. - alcé una ceja y el rodó los ojos. -Sabes a qué me refiero.

Asentí y besé su nariz. Él me sostenía de los muslos y yo estaba aferrada a sus hombros para no caerme. Me gustaba cuando me abrazaba de esa forma, me evitaba el trabajo de pararme de puntillas para poder alcanzarle la cara... y cada ocasión que yo me quejaba sobre nuestra diferencia de alturas, él me envolvía con los brazos y me obligaba a pegar mi oído a su pecho para escuchar el cantar de su corazón, igual que aquella noche en que me dijo todo lo que sentía por mí. Ahora sólo protestaba sobre su altura para que él me dijera todo aquello de nuevo, necesitaba escucharlo todos los días para asegurarme que era completamente real y que él, Harry Talbot, estaba conmigo.

Habían pasado seis meses del accidente. Mi pierna estaba otra vez funcionando al cien por ciento y mi madre había vuelto a Dublín. Vivía con Harry y trabajaba como asistente en una pequeña editorial en el centro de Londres.

Harry me ofreció un puesto de nuevo en el equipo del tour pero me negué rotundamente. Quería conseguir algo por mí misma y de paso, algo que estuviese relacionado con lo que yo quería hacer. Magee Editorial no era la más grande editorial del mundo pero era buena, muy buena. Hasta entonces ya había conocido a mucha gente relacionada con ese mundo al que yo me quería colar. Harry no paró de insistirme en que escribiera algo y se lo llevara a mi jefa para que así tuviese la oportunidad de tener algo publicado, irónicamente desde que ingresé a trabajar ahí, tampoco escribí nada hasta ese día en que Harry, practicamente, me encerró en la habitación para obligarme a hacerlo.

Starstruck | h. s. | a. u. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora