Capítulo 12

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Brooke

—¿Y dónde está la chica que vive contigo? ¿Algún día la conoceré?

Mi madre me habla a través de la pantalla del celular de Jonas. Hace veinte minutos que estamos conversando y justo cuando creí que no tocaría el tema de Bobby, lo menciona.

—Ha salido a comprar unas cosas.

—¿Cuándo la conoceré?

Yo me río.

—No seas intensa, mamá. Algún día te la muestro, pero no es como que sea algo apresurado.

—Solo quiero darle el visto bueno.

—Mamá, ya déjalo. Tiene novia.

—¿De verdad? —Hace gesto de tristeza y nos reímos.

Seguimos un rato más hablando hasta que ella anuncia que debe colgar porque va a tomar una siesta. Cuando hemos colgado, yo también me dirijo a la habitación para dormir, pero el sonido de alguien abriendo la puerta, me detiene. Bobby entra como impulsada por un torbellino. Camina con pasos fuertes y su ceño fruncido me advierte que algo ha pasado.

—Bobby, ¿estás bien?

Ella no me responde y pasa delante de mi hecha una bestia. Entra al baño y cierra la puerta con seguro. Lo que sea que pasó, fue grave. Tal vez debería darle espacio para que se calme, pero ¿y si necesita ayuda? No me pongo a reflexionar mucho, voy hasta el baño y doy unos suaves golpecitos a la puerta.

—Bobby, ¿Estas bien? —Nada de respuesta— Si puedo ayudarte en algo...

—Gracias Brooke, pero no necesito nada.

Sus palabras me toman por sorpresa. Vale, ahora si es la señal necesaria para irme. Me muerdo el labio... no puedo dejarla así. Es evidente que algo le pasa.

—Bobby, vamos... abre la puerta —Insisto, pero no obtengo respuesta— Podemos hablarlo si quieres. ¿Te asaltaron? ¿Te pasó algo en la farmacia?

—No. No estaba en la farmacia.

Información importante, ¿Cómo que no estaba en la farmacia?

—Oh, bueno tal vez...

La puerta entonces se abre y me encuentro con el rostro de Bobby que está lleno de lágrimas.

—Fui a ver a mi novia, ¿vale? Ahora, no quiero hablar de eso.

—¿Saliste a ver a tu novia? Pero Bobby eso es peligroso —Entiendo que debo ahora mismo prestarle atención a lo que sea que le pasó, pero... ¡cómo se le ocurre hacer semejante estupidez!

—Sí, ya. No empieces con un sermón.

Bobby pasa de nuevo delante de mí hacia la cocina. La sigo.

—No es sermón, es por tu salud... ponte a pensar que pudiste haberte contagiado con cualquier cosa...

—Ya déjalo, Brooke.

—...En el taxi que te subiste o en el lugar en el que estuviste.

Ella abre la nevera y saca una cerveza que de seguro le pertenecía a Jasper. La destapa y se baja la mitad de un sorbo.

—Lo dices como si de verdad te preocupara.

—¡Me preocupo! —Le grito— Oh Dios, debes quitarte la ropa... echarla a lavar, bañarte...

—Brooke por favor —Deja la cerveza a un lado y me mira. Su rabia me atraviesa— Deja de pretender que te preocupas por mí. Solo lo haces por ti, para no contagiarte, pero ¿sabes qué? No tengo que aguantar esto. No te preocupes, en un rato tomo mis cosas y me largo.

ConfinadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora