Capítulo 21

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Bobby

Cuando llego al edificio ya Rob está afuera esperándome. Me pregunta en un tono cómplice cómo ha ido todo, le digo que el plan ha funcionado y salta victorioso. Es un tipo muy peculiar. Le entrego las llaves, dejo la camisa y la gorra en el vehículo y prometemos mantenernos en contacto. Subo al apartamento de la abuela de Eva aun con la sonrisa estúpida que me dejó el encuentro con Brooke. Recordar que estuvimos a punto de besarnos otra vez, me inquieta porque solo confirma lo que sea que estoy sintiendo por ella, pero que no está bien. Al menos no mientras estoy con Eva. ¿Qué se supone que significa eso?

Cuando llego a la puerta del apartamento, hay un repartidor tocando el timbre. Trae un paquete para Eva y yo me ofrezco a entregárselo, me presento como su amiga. Él me hace firmar una planilla y mientras terminamos el papeleo, me permito ver la tarjeta que viene pegada. Ojalá no lo hubiese hecho. Eva abre la puerta y nos mira confundidos. El repartidor me entrega el papel de constancia del envío, da las buenas tardes y se despide.

—¿Qué es? —Me pregunta Eva. Yo me mantengo tranquila.

—Es para ti —Le digo mientras entro al apartamento, le entrego el paquete y sigo el rumbo hasta la habitación.

Eva llega unos segundos después y me encuentra recogiendo mis cosas.

—¿No me dejarás explicarte?

—¿Para qué me sigas mintiendo?

No la miro. No quiero tener que sucumbir ante ella. Ya no puedo.

—Te diré la verdad.

Eva se sienta en la cama y se abraza las piernas con los brazos. Yo sigo con lo mío.

—Salí con Tom una vez —Dice con tranquilidad— Fuimos a tomar una cerveza después del trabajo y... —Antes de que lo diga, ya yo siento cómo me duele— ...Nos besamos.

Ella deja que yo lo procese o que diga algo, pero no lo hago.

—Pero no significo nada, Bobby. O sea, fue algo producto de los tragos y los dos preferimos olvidarlo.

—Adivinaré, no lo hicieron —Sueno sarcástica.

—Seguimos almorzando juntos en el trabajo y luego lo traje aquí a la casa. No sé por qué lo hice.

—Yo sí —Dejo por fin la mochila a un lado y la veo— En su apartamento estabas demasiado emocionada con él como para ser tu amigo. Tan emocionada como la vez que me mostraste la ciudad. Te gusta.

—No, Bobby... No... Es que no sé...

—Lo mejor que podríamos hacer sería sernos sinceras. Nuestra relación no tendría futuro porque tú no tienes claro a quien quieres tener a tu lado; si a él o a mí. Y yo sé que es más fácil elegirlo a él.

—Bobby, por favor. No quería lastimarte —Eva empieza a sollozar— Voy a dejar de verlo, pero por favor no te vayas.

—No nos hagamos esto, Eva.

La mochila ya está lista.

—Estabas con ella, cierto —Sus sollozos terminan y frunce el ceño— Con Brooke.

—Sí. —Admito con suavidad— La acompañé a visitar a su mamá.

—Entonces tú también deberías ser sincera conmigo.

—Lo estoy siendo.

Me cargo la mochila en la espalda y salgo de la habitación. Ruego porque Eva no insista, pero lo hace.

—¡Quieres cargarme la culpa de esto a mí, cuando también es tu culpa! —Grita cuando estoy a punto de abrir la puerta del apartamento.

—Las dos nos equivocamos, pero a diferencia de ti, yo no puedo seguir mintiendo —Me regreso a verla. Hay furia en su mirada.

ConfinadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora