Capítulo 15

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Bobby

Admito que podría esperarme de todo menos esto. Creí que a lo mejor quería estar sola, meterse en las cobijas y llorar, pero me pide que me quede con ella y yo accedo. ¿Cómo no hacerlo? Aunque es un poco incómodo luego de lo que pasó, creo que necesita compañía y no voy a negarme. Sin embargo, me pide que le cuente algo. ¿¡Eso qué significa?

—Pues a ver... no soy muy buena con esto de las historias —Admito lo que es cierto.

—No te preocupes —La escucho decir— Solo no quiero mantenerme en silencio.

—Oh...

—Cuéntame sobre tu papá, sobre el lugar donde vives.

Vale, así me la pone más fácil.

—Bueno, mi padre es un hombre trabajador desde pequeño. Fue hijo único, así como yo. Mis abuelos eran granjeros y él heredó el negocio cuando ellos murieron. Él hizo prosperar mejor el asunto. Consiguió un buen socio, el señor Amell, y con él logró expandirse. Ahora nuestra granja abastece a una gran cantidad de supermercados.

Brooke me mira desde su lugar.

—Eso te haría una chica con botas sucias de lodo y camisas de cuadros. ¿No?

—Debería ser así, pero viví mucho tiempo en Syncin City con mi madre y solo cuando ella enfermó y murió, fue que me mude a la granja de mi padre. Esta actitud de ciudad no se me fue del todo. Pero no te confundas, me encanta el campo. Normalmente sí tengo mis camisas de cuadros, mis overoles y unas lindas botas rojas de hule. —Siento como ella se ríe y yo la sigo— Ahora solo somos mi padre y yo. Y eso está bien. Es suficiente.

No sé por qué al decir esto, pienso en Eva. Ella también hace parte ahora de mi vida, ¿no? Aunque quisiera poder decir algo sobre ella, no me siento capaz y ruego con que su próxima pregunta no sea sobre ello. Empiezo a sentir frío, pero tengo la duda de si debo ir a buscar mis sábanas. Los pies empiezan a congelarse y claro, Brooke lo nota. ¿Acaso soy siempre tan obvia?

—Cúbrete, Bobby. Está haciendo frío.

Con cuidado me echo la sábana encima y siento como el calor va arropando mis pies. Además, ahí debajo están también las manos de Brooke, que se apoyan suavemente en mi abdomen.

—Nunca he ido a MadeVille. ¿Es bonito?

—Es un pueblo pequeño.

No supe en que momento me suelto a hablar de mi pueblo natal. Le cuento a Brooke sobre los campos verdes, un mirador desde donde se ven los atardeceres y los parques. Detallo el camino de árboles que hay que cruzar para llegar a la granja y también menciono el comercio y algunos edificios que hay. Brooke ya no dice nada y me doy cuenta que es porque se ha quedado dormida. ¿Debería soltarme y regresar a mi habitación? Ella me pidió quedarme, así que... Además, no es como si fuese a pasar algo...Con cuidado me acuesto a su lado y apago la lámpara de la mesa de noche. Aun así, la luz de la ciudad se filtra por la ventana y veo su rostro apacible. No puedo evitar recordar nuestro beso de hace un rato. Le acaricio la mejilla y de pronto me detengo. ¿Qué estoy haciendo? ¡Por Dios, Eva! Hace un buen rato que he dejado de prestarle atención a mi celular y estoy segura que debe tener varios mensajes pendientes por leer. Aunque pretendo mantener en mi mente el recuerdo del beso con Brooke, ahora no dejo de pensar en mi novia y Tom, tomando cerveza luego de que me fui, burlándose de mí y... No, Bobby... no pienses en eso. Mañana me ocuparé de eso, por ahora... Me acuesto de lado, mirando a Brooke y la contemplo. Creo que merezco disfrutar la vista.

***

El sonido del timbre de un celular me despierta. Apenas abro los ojos me encuentro a Brooke demasiado cerca de mi. Su brazo izquierdo me tiene atrapada y no puedo moverme. Al parecer ella no ha escuchado el celular que localizo en la mesa de noche cerca de mí. Extiendo la mano y me fijo que está recibiendo una llamada de su hermano. ¡Ya son las 8:00! Me remuevo un poco, pero Brooke sigue sin depertarse.

ConfinadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora