Capítulo 3

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Brooke

Un zumbido constante me despierta. Me toma un segundo descubrir que es mi celular. Con mis manos lo busco por la cama, pero cuando lo encuentro, la llamada ha acabado. Abro los ojos con pesadez y veo que en la pantalla hay varios mensajes de Hellen y una llamada perdida de Jonas. Él no insiste y me envía un texto que no abro enseguida. En realidad, dejo a un lado el aparato y vuelvo a sumergirme en las sabanas. Me siento en uno de esos días donde no me apetece salir de la cama, en cambio preferiría quedarme echada aquí todo el día viendo películas y comiendo pizza. A lo mejor lo podría hacer. De nuevo uso mis manos esta vez para buscar el mando del televisor, pero no lo encuentro. Vuelvo a abrir los ojos y veo el techo blanco con fotografías pegadas.

—Mierda —Me levanto tan rápido que me mareo. Logro recuperarme en unos segundos para contemplar la habitación ajena en la que me he quedado dormida— Hellen va a matarme.

Recuerdo sus mensajes en mi celular, pero decido postergarlos unos minutos más. Salgo de la cama y estiro mis brazos tratando de desprenderme de la pereza, pero parece imposible. El sueño que he perdido durante la semana parece haberse recuperado en una noche. A lo mejor el colchón tan suave de mi mejor amiga ha ayudado. Cuando se entere que me he quedado dormida aquí, pondrá el grito en el cielo, pero no ha sido a propósito. He llegado al apartamento directo a su habitación a bañarme porque la ducha del baño de afuera está dañada. Me senté en su cama y simplemente morí.

A pesar de que el frío ha bajado, salgo al apartamento en calcetines. Aunque anoche la pijama de franela que Jonas me regaló sirvió para guardarme del frio, ahora me está dando calor. Ciertamente el clima es un misterio aquí en BlindStone. Llego hasta el refrigerador y me sirvo un vaso de agua. Sentada en la isla de la cocina empiezo a revisar los mensajes. Jonas me ha llamado para preguntar cómo ha ido el viaje. "El peor vuelo de mi vida. Toda la gente está en pánico", le respondo y sigo con los mensajes de Hellen, pero en ese momento su nombre aparece en la pantalla.

—Hola Hellen —Tomo el vaso de agua y me levanto— Pues sí, he dormido bien... Sí, me he quedado en tu habitación porque... ¿Qué?

Mientras voy camino de regreso a la habitación, veo que de la otra sale una chica medio dormida y se mete al baño. Yo me quedo congelada por unos segundos, Hellen a través del teléfono me pregunta si estoy bien. La desconocida sale de inmediato del baño y se me queda viendo con cara de sorpresa. También ha notado mi presencia.

—Creo que ya sé a qué te refieres —Le digo a Hellen.

La chica intenta decir algo, pero entonces se da cuenta de lo primero que he visto yo: No lleva pantalones.

***

Veinte minutos más tarde y las dos estamos sentadas cada uno en un extremo de la isla de la cocina. La desconocida se ha presentado como Bobby, una amiga de Jasper a quien le cancelaron su vuelo y él le dijo que podía quedarse en el apartamento. Según Hellen me ha contado mientras esperaba a que Bobby fuese a colocarse algo de ropa, su novio ni siquiera le consultó y por eso no se enteró que yo estaría aquí.

—Ha sido un error de nosotros. Dimos por hecho que el apartamento estaba solo. Perdón.

—Ah claro, me lo dices ahora. Tú no has tenido que verle la ropa interior negra a una desconocida.

Hellen empieza a recordar una anécdota que tuvimos mientras estábamos en la universidad. Una vez, en en una fiesta, ella entró por equivocación al baño de los hombres y pilló a un tipo en calzoncillos. Yo en mitad de su relato me pierdo y me sorprendo recordando las piernas descubiertas de Bobby. Llevaba una camiseta negra encima por lo que el encuentro no ha sido más incómodo.

ConfinadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora