Confinadas

Capítulo 25

Booby

Cuando Brooke llega hasta mí, yo ya he identificado de dónde proviene el dolor. Como mínimo me acabo de joder el tobillo izquierdo y... ¡mierda, como duele!

—Bobby... Bobby... ¿Estás bien? —Pregunta Brooke con preocupación.

—Sí...—Intento decir y levantarme, pero vuelvo a caer— Creo que es mi tobillo.

—Ay no... Ven, te ayudo a levantarte.

Me apoyo en Brooke y con el impulso de mi pie bueno logro levantarme. Cojeo hasta el sofá en donde me acuesto y trato de respirar. Brooke va hasta mi tobillo izquierdo y lo mira. Intenta tocarlo, pero frunzo el ceño y ella se aleja.

—Hay que llamar a un médico.

—¿Qué? No —Me opongo— Hay que ponerle hielo y ya está.

—Cierto... hielo.

Brooke corre a la cocina y saca hielo del congelador. Abre un cajón y de ahí saca una toalla de tela en la que envuelve el hielo. Regresa y se siente del otro lado del sofá.

—Va a doler —Me advierte.

—Lo sé —Susurro y cierro los ojos.

El primer contacto de la toalla fría con mi piel, me hace gritar. Le pido a Brooke que la retire y ella obedece. Lo deja a un lado y viene hacia mí. Me abraza y yo me permito sollozar. Maldición. No puedo simular fortaleza y tampoco evitar que ella llame a un médico. Es algo grave.

Brooke sabe que ir a un hospital ahora no es una opción. Incluso en el noticiero han recomendado tratar de evitarlos y solo ir por una urgencia. Creo que esta lo es y ella también, pero se decide en llamar a Jonas. Su hermano le da el contacto de una amiga suya que es fisioterapeuta y que podrá hacer la atención a domicilio. Mientras Brooke camina de un lado a otro del apartamento intentando comunicarse con ella, yo me siento como una estúpida. Recuerdo el supuesto plan que estaba ideando para quedarnos más tiempo juntas y, en definitiva, esto no era a lo que me refería. ¿Funcionará? No lo sé, solo el médico podrá decirlo, pero ¡joder, cuanto duele! ¿Es esto alguna señal de la vida? "Ahí tienes para que no seas tan egoísta".

—Ya viene para acá. Por el momento dice que si hay que aplicarte hielo —Brooke regresa y toma de nuevo la toalla. Yo hago mala cara, pero asiento.

Un nuevo intento y luego de un rato, empiezo a sentir algo de alivio.

—¿Qué más te dijo?

—Pues me preguntó qué tan grave era y le dije que no podías caminar. Hizo una pausa y dijo que venía para acá.

—Creo que lo es.

—Yo también lo creo.

—Este es el momento donde dices "Te lo dije" —suspiro y Brooke sonríe.

—Pues no puedo regañar a quien me ha salvado de una noche a oscuras.

—Nada de eso —Digo riendo— Debí tener cuidado. Ahora nos quedamos sin pastas.

—Bueno... —Brooke viene hacia mí y me entrega la toalla con hielo— Ciertamente si tuviste que tener más cuidado, pero ya está. Por ahora... —Se acerca y me besa— prepararé la cena.

—No, vuelve aquí. Podemos ordenar algo.

—Hey, mis pastas también quedan buenas.

—No lo dudo, pero...

—Pero nada. —Brooke saca de su bolsillo mi celular y me lo entrega— Deberías llamar a tu padre.

—Claro que no. Se preocuparía muchísimo.