Brooke
No necesito preguntar quién es para saber qué se trata de Eva, la novia de Bobby. Intento disimular la sorpresa que me causa verla ahí, pero no creo que lo haya conseguida. Ella, por el contrario, no guarda su mirada asesina. Me examina de pies a cabeza con descaro y siento llegar su ira. Supongo que Bobby le habló de mí y por lo que veo, no le agrada mucho la idea de que su novia comparta apartamento con alguien más. Bueno, podría lavarme las manos y decir que entre Bobby y yo no podría existir nada, pero con lo ocurrido anoche, creo que es mejor que me calle. No me siento nada cómoda con la presencia de esta chica aquí. ¿A qué viene?
—Eva... ella es Brooke —Dice Bobby. Está nerviosa y la entiendo. No siquiera estar en sus zapatos ahora mismo.
Yo me acerco y con una sonrisa le extiendo la mano. Eva duda, pero al final accede.
—Mucho gusto, Bobby me ha hablado de ti —Le mantengo la mirada a la chica que no ha sonreído ni una sola vez.
—Espero hayan sido cosas buenas —Dice y se acerca a Bobby a quien toma de la mano. Ella está inmóvil, sin saber cómo reaccionar. Tan solo obedece a la chica a su lado— Bobby también me ha contado de ti. —De nuevo aquella mirada de arriba abajo. Yo estoy empezando a perder mi paciencia.
El ambiente se coloca tenso y creo que es momento de irme. No quiero seguir hablando con esta tipa que, está claro, solo quiere fastidiarme. No entiendo qué le ve Bobby, si se nota a leguas que no trae nada bueno. Puedo apostar lo que sea a que nuestras sospechas son ciertas y si se ha acostado con ese tal amigo suyo.
—No quiero interrumpir, solo salí... —Camino hasta la isla y tomo una manzana. Es lo primero que se me ocurre—... por algo para desayunar.
Bobby me mira con preocupación. Entiendo que quiera decir algo y debería hacerlo, pero ¿qué? no tiene por qué defenderme delante de su novia y yo tampoco tengo que reprocharle nada. Ahora mismo, el beso de anoche parece una completa estupidez. La realidad es esta; su novia Eva. Y yo solo estoy de extra.
—¿Y cómo se ha portado mi Bobby? —Pregunta Eva que ahora con sus brazos rodea la cintura de la otra— No te ha dado muchos problemas, ¿o sí?
—Bobby ni se siente en la casa —Respondo con tranquilidad. Si de verdad esta tipa está buscando enojarme, creo que puedo devolverle la jugada— Lo único que sé es que prepara unas pastas deliciosas.
Veo como Bobby se tensa y la sonrisa viperina de Eva desaparece.
—Sí, Bobby cocina muy bien. —Al decirlo, sin previo aviso, se lanza sobre Bobby y le da un beso profundo, incómodo que termina en unos segundos.
— Y prepara unas sangrías, de maravilla.
De nuevo la sonrisa de Eva desaparece y mira a Bobby con rabia. Ella no dice nada y yo tampoco quiero seguir. Lo siento por mi compañera de apartamento, pero tenía que hacerlo. Me dirijo a la habitación sin mirar hacia atrás. No sé cómo se las va a arreglar Bobby, pero presiento que esta chica no es alguien con quien se pueda conversar de buena manera. Solo espero que recuerde todo lo que me dijo anoche y logre encontrar las respuestas que quiere.
Cierro la puerta y no escucho nada más. Miro el desayuno servido en mi cama y suspiro. ¿Una manzana? ¡Que ridiculez! Me acuesto mientras tomo mi café y recuerdo la conversación con el médico hace unos minutos. Según él, mi madre está en perfecto estado, pero no debe bajar la guardia. Su edad, lamentablemente, le juega en contra y las estadísticas la ven como persona en riesgo. Ella sigue sin presentar síntomas y el médico aplaudió ello. El virus, según nos contó, ataca las vías respiratorias mayormente por lo que tenemos que estar atentos a cualquier tos seca o falta de aire. Nos dieron directrices sobre el protocolo y también nos tranquilizaron con que se le hará seguimiento diario a nuestra madre. Fue un buen diagnóstico, en realidad. Las malas noticias fueron para mí, pues no es posible que vaya a visitar a mi madre hasta que ella se haya curado. Incluso le han tomado una prueba a Jonas, por protocolo. Los resultados estarán en unos días.
Mientras me acabo de mala gana el desayuno, el celular suena y en la pantalla veo el nombre de Rick. Le contesto y luego de contarle cómo ha ido la cuestión con mi madre, le hablo sobre el beso la noche anterior con Bobby.
—¡Oh por Dios! —Grita emocionado— Yo sabía que no podía salir nada distinto de ese aislamiento. Cuéntamelo todo, ¿Cómo ha estado?
—Bien.
—Ay vamos Brooke.
—Bastante bien.
Rick del otro lado del teléfono da un grito que me hace reir.
—¿Y qué pasó después?
—Nada. Estábamos en pleno beso cuando Jonas llamó y bueno, ya sabes.
—Maldición, ¿Pero y hoy? ¿No lo han hablado?
—Y no creo que lo hagamos —Digo de mala gana— Su novia ha venido hoy. Parece que se pelearon y vino hasta acá. Oh mierda, ¡Ha venido hasta acá y solo Dios sabe si trae algún virus!
—Brooke, deja la paranoia. Ahora lo que menos importa ese virus. ¿Qué vas a hacer?
—¿Yo? Pues nada. olvidarlo. Es claro que ella no va a terminar con su novia, además ¿Por qué tendría que hacerlo? ¿Por mí? Solo fue un beso, no es como si me gustara o...
—Sí te gusta.
—Deja de decir tonterías.
—Bueno, ¿estarás en fase de negación? ¡Como quieras!
—No es eso, Rick —Dejo a un lado el desayuno y me levanto de la cama. Intento no gritar y mantener la conversación en medio de susurros. Sería patético que me escucharán en la sala de estar— No voy a ser la que se meta en medio de una relación.
—Pero si esa relación no existe. Te puedo apostar que en una semana, esa chica Bobby estará disponible para ti.
—No es concurso.
—Como sea. Si crees que puedes olvidar un beso y seguir como si nada, está bien. Pero si te da luz verde, ¡no dudes en acelerar!
—¿Desde cuando haces metáforas con autos?
—Desde que quiero comprar uno.
Rick me cuenta que ha estado visitando concesionarios en busca de un automóvil. Hablamos un rato más sobre el curso de conducción que debe tomar y finalmente admite que solo asiste a él por su instructor.
—Eres un hombre casado.
—Lo sé. Que me parezca atractivo no quiere decir que me vaya a meter con él.
—Así como tampoco significa que haberme besado con Bobby quiere decir que debo ir en serio con ella.
—Son cosas distintas, cariño.
Rick cuelga no sin antes darme consejos amorosos y además decirme que se está encargando de la tienda virtual. Con todo el lío del virus y mi madre, poco ha sido lo que he estado atenta a nuestra empresa, pero él está encantado de poderme dar estas vacaciones obligadas.
Dejo el celular a un lado y me concentro en el techo blanco de la habitación. Cierro los ojos e intento escuchar la conversación que, creo, se ha mudado de la sala a la habitación de Bobby. No escucho gran cosa. Solo murmullos. Pienso en ella y en si perdonará a su novia. Estoy segura que sí, pero algo en el fondo ruega porque no. ¿Y qué pasará luego? ¿De verdad "pisaré el acelerador" con ella? Abro los ojos de repente ante una nueva idea; ¿Y si a lo mejor no están hablando, sino que...? Maldición, ¿por qué tendría que preocuparme eso? Me levanto de la cama y me meto a la ducha, anhelado con eso que el agua fría pueda enfriar mi rabia.
**
¡Chicos, ya Confinadas tiene 1K de lecturas!
Quiero aprovechar y agradecerles a quienes han estado apoyando esta historia. Para celebrarlo, estaré subiendo capítulos seguidos durante este fin de semana, así que... ¡No se lo pierdan!
¡A Bobby se le juntó el ganado! ¿Tienen alguna teoría de lo que va a suceder?

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Confinadas
RomanceA Bobby le acaban de cancelar su vuelo de regreso a MadeVille, mientras que Brooke ha tenido que viajar a BlindStone de urgencia. Las dos coincidirán en un apartamento en el cual pasar la cuarentena obligatoria impuesta en el país luego de la advert...