Capítulo 24

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Brooke

La llamada de Jonas condiciona todo mi día. La noticia de su resultado negativo es la cereza del pastel de felicidad que siento. La compañía de Bobby hace la mayor parte; en definitiva, el que esté aquí me sienta demasiado bien. Y luego está esto... lo que siento, lo que creo que sentimos. Las famosas mariposas en el estómago a las que todos los enamorados se refieren, llegaron para quedarse. Las siento cada vez que estoy con ella, es decir, todo el tiempo. Cada vez que ella me acaricia o incluso cuando camina a mi lado y roza mi piel, siento que me erizo. Es tan ridículo todo. Me siento de 15 años, cuando asistía al instituto y recién empezaba a fijarme en la pelirroja de novena grado. Se llamaba Justine y era demasiado tímida, incluso un poco más que yo para esa época. Nunca hablamos y cuando me llené de valentía, ya era demasiado tarde; ella se había enrollado con Luka, su compañero de ciencias.

A diferencia de mi yo adolescente, ahora tengo toda la valentía de hablarle a la chica que me gusta; la misma que está ahora a mi lado acostada en el sofá mirando la televisión. Bobby hoy no ha dicho mucho y presiento que muchas de sus conversaciones internas tienen que ver con Eva. Entiendo que no pueda olvidarla de un día a otro, pero me tranquiliza un poco darme cuenta que no percibo duda en ella. No está arrepentida de estar aquí conmigo. En cambio, hoy la noto más cariñosa, pero silenciosa. Algo le ocurre, pero no la presiono. A final de cuentas me contará, he aprendido a conocerla y sé que se toma su tiempo para conversar sobre algo importante.

Pasamos la mañana viendo televisión. Después del almuerzo, decidimos tomar una ducha juntas y a las 2:00 p.m. estamos de regreso en la cama de la habitación principal. Bobby toma una siesta mientras yo me pongo al corriendo de algunos pedidos con Rick. Él aprovecha para sacarme algunas cosas de mi compañera y yo le cuento lo más que puedo.

—¿Está ahí contigo? —Me pregunta y se acerca mucho a la cámara.

Hemos hecho videollamada. Tengo los audífonos porque, aunque dije que podía trabajar afuera, Bobby no me dejó. Según ella mi voz no la despertará y parece que así es, pues desde que se acostó no ha se ha movido de su puesto.

—Sí —Contesto y Rick me pide que gire el celular hacia ella— Estás loco. Concéntrate.

—Ay, vamos. Quiero conocer a la que te tiene con esa sonrisa tonta.

—¿Cuál sonrisa? —Replico y me río.

—Esa —Responde él y también se ríe.

—Basta. Sigamos con nuestra reunión. Negocios, ¡enfócate!

Así como muchas empresas del país, nos hemos visto afectados por el confinamiento; nadie está interesado en ordenar productos de belleza, sino por pelearse por comida y papel higiénico. Aun así, Rick ha sabido "reinventarse", la nueva palabra de moda. Nos llegó un cargamento de productos de limpieza; gel antibacterial, mascarillas y alcohol. La reunión que tengo con él ahora es justo para coordinar precio y empezar la promoción en redes sociales.

Luego de una hora, tenemos todo listo. Yo haré las piezas de diseño y él se encargará de enviar la mercancía. Me siento mal por dejarlo solo en este momento, aunque a él no parece importarle. "Estás de vacaciones, cariño. Disfrútalas" es lo último que me dice antes de colgar.

Dejo a un lado los audífonos y me acuesto al lado de Bobby. No tengo sueño, así que solo me quedo revisando redes sociales. Hay una publicación que llama mi atención, es de Cristina, la hija de Roger, el vecino. La chica tiene 12 años y es un completo ratón de bibliotecas. Sueña con tener una biblioteca rodante y así visitar toda la región. Desde hace unos meses Cristina empezó a escribir su opinión sobre lo que leía en un blog. Justo la publicación que veo es sobre un libro que terminó. Se llama "36 preguntas para enamorarte de mí", escrito por Vicky Grant. Voy hasta google y empiezo a revisar. En mi búsqueda encuentro que realmente las preguntas pertenecen a un experimento que se hizo en 1997 con el fin de crear intimidad. No puedo evitar mirar a Bobby que sigue durmiendo a mi lado. Hay un enlace que señala el listado de las preguntas, lo presiono y empiezo a revisarlo. El cuestionario me parece divertido, ciertamente se podría llegar a conocer a una persona con estas preguntas, pero... ¿A enamorarse?

ConfinadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora