Capítulo 7

4.3K 292 43
                                    

Brooke

He acudido a todas mis fuerzas para poder salir de la cama a la cocina. Aunque realmente creo que ha sido más una cuestión de hambre. En el fondo sigo deprimida y con ganas de no levantarme, pero soy demasiado débil ante un tazón de pastas. Bobby las ha preparado y quedaron muy bien.

Estando en la cocina, me sirve otra porción que como obedientemente mientras ella lava los platos. No hablamos mucho, a pesar de que hace un rato me he sincerado con ella y aun no estoy segura de si debí hacerlo. Creo que ya este contacto físico me está empezando a faltar y contar las cosas a través de una pantalla no están siendo suficientes.

Termino de comer y Bobby se ofrece a lavar mi plato, pero le digo que puedo. Ella no insiste.

—Si necesitas algo, me avisas —Dice mientras vuelve al sofá en donde ve una serie de netflix.

Al contrario de lo que he pensado, parece que ella si entiende mi situación. Sé que no es una creyente absoluta del virus y todo esto del confinamiento, pero al menos sabe algo de la empatía.

—Gracias —Le digo cuando me dirijo de nuevo al cuarto— Puedes usar el baño, sin problemas.

—Esperaré unos minutos más. En la recepción dijeron que iban a mandar a alguien —Responde sin ponerle pausa a la serie— Si tarda, te molestaré.

Yo asiento y antes de echarme a la cama, creo que sería una buena idea darme un baño. Justo estoy por caminar hacia allá cuando escucho que mi celular suena. Lo busco y veo que es una video llamada de Jonas. Me paso la mano por la cara y contesto. Mi hermano mayor está sentado en la mesa del comedor con una taza de sopa delante de él.

—¿Te estas despertando? —Es lo primero que dice.

—Algo así.

—Y estuviste llorando.

—Algo así.

Jonas me reprocha y me llama a la calma. Me pregunta incluso si estoy respirando adecuadamente. La novia de Jonas es psicóloga y parece haber estado preparándolo para este momento. Ella estaba de visita donde sus padres y parece que se quedará allá durante el aislamiento. Conversamos un rato sobre cómo ha ido todo. Me cuenta que mamá ha estado tranquila, que empezó a tejer y a ver una novela en la televisión.

—Es imposible hablarle durante la mañana. —Cuenta Jonas— Me dice "No me interrumpas" ¡Que tal!

Yo me rio, una risa sincera, de las pocas que he tenido.

—¿Ahora está durmiendo?

—No, quiere hablar contigo.

Siento que el corazón se me empieza a oprimir. Jonas se levanta y va hasta la habitación de huéspedes. Toca a la puerta y le anuncia a mi madre que yo estoy al teléfono. A continuación, veo que delante de la puerta hay una mesa en donde mi hermano deposita el teléfono. Segundos después escucho que una puerta se abre y una nueva mano toma el celular. La puerta se cierra y veo a mi mamá delante de mi sonriéndome.

—Hola hija —Agita la mano y yo no puedo evitar irme en llanto— Ay no, Brooke. No llores. Yo estoy de maravilla —Sigo sin poder decir nada— Fue solo una prueba. Confiemos en que todo irá bien —Más silencio— Si no vas a hablar ¿entonces qué sentido tiene esto?

Su regaño logra sacarme una sonrisa.

—Lo siento, mamá —Se me corta un poco la voz— Es que...

—Cuéntame sobre ti. Jonas dice que estás viviendo con una chica. ¿Quién es?

Yo me acomodo en la cama y le cuento sobre Bobby, nuestro extraño encuentro y lo resignada que estamos a vivir juntas el aislamiento. Ella me escucha atenta, sentada en un sofá que hay en la habitación. A un lado veo una bola de estambre de lana roja.

ConfinadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora