[C A P I T U L O 6]

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Abre la puta puerta, coño—se escuchaba gritar al Superintendente al tiempo que golpeaba enérgicamente la puerta.
Había ido a su casa para ver como iba la investigación y para cerciorarse de que estuviera bien.

Con pereza miro su reloj de muñeca, el cual se encontraba sobre la mesita de noche; eran las 14:30 y apenas había dormido 5 horas.
Se levanto de la cama y corrió a la puerta para abrirla, sabía que era Conway ya que había conocido su voz.
Una vez que la abrió volvió a correr para tirarse en su colchón.

Ponle él seguro—gritó ______ abrazandose a su almohada para volver a consiliar el sueño.

Te llame toda la mañana—murmuró el mayor parado en el umbral de la habitación mirandole el trasero a la chica, quién estaba dándole la espalda.

El móvil está apagado—contestó acomodandose mejor en su cama —y si no vas a dormir, te invitó a que te retires—dijo bostezando cerrando un poco sus ojos.
Para su sorpresa el colchón se hundió a su lado y sintió como su acompañante suspiraba cansado.
Ella se giró un poco para poder verle a  la cara, era extrañamente relajante verlo así. Tan tranquilo, sin sus gafas y cerrando sus ojos, con sus piernas colgando a un lado de la cama-dado a que no queria sacarse sus zapatos- y mirando al techo.

Sin intenciones de desaprovechar el momento _______ se arrimó más a él, dudo entre si apoyar su cabeza en su pecho o no; "de los cobardes no se ha escrito nada" se dijo a sí misma, y con algo de nervios lo hizo.
Para su suerte, el gesto fue recíproco. Conway pasó su brazo por su espalda, atrayendola hacía el por completo, reposando su barbilla en su cabeza.

Si bien ya habían dormido juntos antes, desde ese beso que se dieron en comisaría las cosas en la cabeza de ambos cambiaron un poco. Finalmente habían aceptado que se querían como algo más que compañeros; ahora solo faltaba que dieran el siguiente paso.

10-4 Torrente, estoy en camino—la voz del superintendente hablando por la radio interrumpió el silencio de la habitación, sacando a la castaña de su pequeño transe

Con suavidad se separo de él, dandole espacio para que se levantara de la cama.

Te veo en comisaría—dijo con su típico tono autoritario, mirándola severamente.
Ella no dijo nada, no entendía porque la querría ver en comisaría.

Lo acompaño a la puerta, y vio como se iba en la patrulla, en dirección a la ruta principal.
Y ahí fue cuando le calló la ficha. Se había olvidado por completo de lo que había sucedido anoche.

Para eso la quería en comisaría, puede que sea porque encontraron el cuerpo del colombiano o para saber como les fue. Rogaba a Dios que fuera la segunda.
Con algo de preocupación se dirigió al baño donde se peino, lavo sus dientes y cara, e hizo sus necesidades.

Cuando acabó prendió su móvil, casi de inmediato comenzaron a caer todas las llamadas perdidas de Jack, y unos cuantos mensajes de Horacio.

Optó por llamar a Horacio, quién le cogió la llamada al primer tono.

Hola, ______, ¿Te parece si te llamo en un minuto?—consultó, la llamada se escuchaba algo entrecortada.

Vale—contestó no muy segura, evidentemente andaba en algo raro.

Decidió comer algo, dado a que su estómago comenzó a chillar.
Estaba a punto de terminar su comida cuando su móvil comenzó a sonar, era Gustabo.

Hola Gusnavo—saludo por el teléfono

eeh que pasa! Mandas ubicación y te pasamos a buscar?

Pᴇϙᴜᴇɴ̃ᴀ Cʜɪᴠᴀᴛᴀ [Jack Conway]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora