[C A P I T U L O 17]

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Con la mente temporalmente despejada llego a su hogar, donde se ducho y luego se metió a la cama con todas las intenciones de descansar. Pero su cerebro no estaba listo para dormir, por lo que comenzó a dar vueltas sobre el colchón.

Se sentía extraña, por un lado, la culpa la mataba, sentía inmensas ganas de llorar o incluso de correr a comisaria y entregarse, pero por el otro se sentía bien consigo misma, su mente le decía que, de cierta forma, hizo lo correcto, no hirió a nadie inocente e hizo justicia por su difunto compañero.

Sin embargo ________ no dejaría ahí el tema, más lo pensaba y mas se confundía con sus sentimientos. Se levanto de la cama para recoger su móvil, el cual había quedado sobre la mesada de la cocina y vio una llamada entrante de Conway.

En ese momento entro en pánico, sabía que no tardaría mucho en recibir esa llamada y estaba "preparada" para que eso ocurriese; pero se suponía que iba a ser en una situación diferente, no en una donde todo se salió un poco de control.

Como pocas veces en su vida cayó todos los pensamientos que la incitaban a entrar aún más en pánico y decidió dejar de lado su faceta "precavida" para dar paso a una _______ mucho más impulsiva y "de pocas pulgas". Con el móvil vibrando en su mano regreso a la habitación. Cogió la añeja mochila que utilizaba cuando iba a la universidad y comenzó a guardar ropa y otras pertenencias, pero dado a su tamaño no logro guardar mucho.

Se puso sus pantalones holgados, un abrigo y estaba a punto de atar sus agujetas cuando su teléfono comenzó a sonar nuevamente.

Diga —contesto la castaña, sosteniendo el aparato entre su cara y hombro para poder terminar de atar sus zapatos.

Hija de puta, anormal de mierda, ¿Qué coño tienes en la puta cabeza? —grito Conway del otro lado de la línea, notoriamente alterado. De fondo se podía escuchar como alguien le pedía que se calmara.

Cálmate, no vaya a ser que te pete algo —contesto la muchacha mientras colgaba la mochila en uno de sus hombros y tomaba las llaves de su casa.

Te voy a empapelar —y comenzó, una vez más, a armar un rosario de insultos.

_________ rodo los ojos, para que la llamaba si solo iba a insultarla. Y no era para menos, el super estaba cabreadísimo, ¿Cómo se atrevía a hacerle daño a Horacio, a su pequeño y adorable Horacio? Y para colmo los capullos que llegaron a la llamada de auxilio no tenían ni la más mínima idea de quien era el atacante. Si no fuera porque Gustabo recupero la conciencia -luego de quedar inconsciente por la pérdida de sangre y la adrenalina- aun no habrían identificado al sospechoso.

¿Ya? —consulto, una vez que ya no oyó más nada —¿Vas a dejar que te explique?

¿Explicarme el que? Que eres una egoísta de cojones.

Ahora resulta que yo soy la egoísta, si no fuera por mi ahora estarías enterrándonos a los tres —dijo, para luego salir de su casa y comenzar a andar

Me juego la cabeza a que lo hiciste para salvar tu puto pellejo, así como lo hiciste con el gilipollas de tu padre —volvió a atacar, mientras se escuchaba de fondo a alguien gritar amenazas sin sentido.

La chica rio sin gracia.

Pero bien que te gusto que tu culo se posicionara allá arriba —levanto su brazo, dando a entender que tan alto estaba, como si el superintendente pudiera a verla —por culpa de una egoísta de mierda como yo. Con ese criterio tú eres un mal agradecido, jamás te escuche darme las gracias por eso.

Yo soy el que debe darte las putas gracias, después de que te ayude a terminar los puñeteros estudios, te di un jodido techo —Conway articulaba de manera exagerada cada palabra, como si eso les diera más peso.

GRACIAS MADRE TERESA, NOSE QUE HUBIERA HECHO SIN USTED —grito ______ sarcástica cortando alargando cada palabra y cortaba la frase del hombre. De mientras pateaba piedras que se encontraba en su camino, haciéndolas chocar con las puertas/portones de las casas provocando que algún que otro perro ladrara.

Aun no entiendo como cojones sigo trabajando contigo —comento exasperado el azabache.

Mira, soy tan buena que hasta te doy el gusto —contesto la castaña parando junto a un basurero —renuncio, pueden irse a la verga tú y tu trabajo de mierda.

Y sin más corto la llamada, dejando a Jack con las palabras en la boca. Este último estaba tan enojado que sería capaz de aporrear al primero que se le pasara por el frente.

En cuanto ______, desecho -con todo el dolor de mundo- su móvil al basurero, para no ser rastreada, y comenzó a caminar hasta que vio una moto fuera de una casa.

¿Qué le hace una mancha más al tigre? —se dijo a sí misma, mirando con cierto deseo la motocicleta.

Con sigilo "tomo prestada" el vehículo y comenzó a conducir sin rumbo alguno, hasta que recordó de un lugar donde quizá sería bienvenida.

Pᴇϙᴜᴇɴ̃ᴀ Cʜɪᴠᴀᴛᴀ [Jack Conway]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora