[C A P I T U L O 11]

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Habían pasado, mas o menos, dos días desde que habían salido de prisión, y a decir verdad habían sido muy tranquilos, obviando el hecho de que Gustabo y Pablito se enojaron-pero luego lo solucionaron- con ella por gastarse el dinero "extra" en alcohol junto a Segismundo y  Horacio; no hubo noticias de Juárez o de Conway, ella pensó que quizá, este último, sigue enojado por el atraco a la joyería, pero no se sentía culpable, todo lo contrario, pensaba que era culpa de él y sus ocurrencias; un día le da luz verde para que se involucre con una banda criminal y al otro se enfada por trabajar para ellos.

Pero al parecer el superintendente no estaba tan ofendido, ya que su móvil comenzó a sonar al ritmo de "Barbie Girl". Eseguida supo que era él, esa canción era única y exclusiva para Jack.

El teléfono al que usted está llamando se encuentra apagado o fuera del área de cobertura—contestó luego de unos segundos, intentando poner voz de locutora, fallando en el intento.
Del otro lado pudo escucharse como Jack gruñia con algo de enfado, estaba de mala hostia, como casi todos los días.
—¿Qué pasa Super?—consultó ____, dándole a entender que ya se le había pasado su "ataque" de estupidez.

Ven a comisaría... Por favor—contestó con un tono bastante pacífico y educado. Cosa que hizo a la chica sonreír, siempre que actuaba así con ella era para pedirle algo.

Tanta amabilidad junta me conmueve, Conway—dijo la castaña, intentando burlarse de él nuevamente. El tono de llamada finalizada le hizo quitarse el móvil de la oreja y ponerlo a cargar, para seguidamente colocarse sus zapatillas y pedir un taxi.

Mientras tanto, el superintendente se encontraba sentado en su despacho, mirando la pequeña maqueta de un yate blanco que se encontraba sobre su escritorio. Sintiendose un idiota, porque siempre, más tarde o más temprano, acababa sediendo a lo que Volkov le proponía.
Y lo que más le enfadaba era el hecho de comportarse como un adolescente que está a punto de ver a la chica que el gusta luego del receso invernal. Se negaba a admitir que sentía un aprecio más allá de la amistad por _____; pero que no lo admitiese no quiere decir que no exista.

Todos sus pensamientos fueron interrumpidos por Volkov abriendo la puerta de su despacho, acompañado por la muchacha castaña.
El comisario se acercó a Conway a "dejar unos expedientes que él le había pedido".

Suerte—le susurro el de pelo grisáceo, con cierta burla ya que lo conocía lo suficiente como para saber que muy en el fondo de su ser se estaba muriendo de nervios por lo que estaba a punto de hacer.

Capullo—contestó en un susurró, tomando bruscamente las carpetas que le dejaba ensima de su escritorio.

Luego de esa pequeña escena, Viktor se fue, dejandolos solos.

Y bien...—Murmuró _____, sentándose en la silla que estaba frente suya—Para que me precisas Conwie—sonrío, llamándole por el apodo cariñoso que ella le había puesto y que ocasionalmente usaba, y aunque al mayor le molestara, no hizo nada al respecto.

¿Estás libre está noche?— soltó sin escrúpulos, sin dejar de ver el archivo entre sus manos.

Si...—contestó con desconcierto la chica, intentando hacer contacto visual con el de gafas, pero la carpeta amarilla se lo impedía—¿Ocurre algo o me necesitas para algo?— se atrevió a preguntar, intentando despejar las dudas que surgían en su mente.

Ya sabes como es Volkov de toca huevos, cree que me vendría bien alejarme un poco del trabajo y relajarme—poco a poco fue bajando el archivo de su cara, hasta finalmente cerrarlo y poder ver el rostro de la chica.

Y tú quieres que salga contigo—afirmó, sonriendo ladinamente haciendo contacto visual con él.

Muñeca, no te confundas, solo quiero darle el gusto a Volkov no salir contigo—dijo serio, intentando bajar el ego de ______, pero ya era tarde, la idea -que a decir verdad no era del todo errónea- de que Conway quería una cita con ella se le había subido a la cabeza.

Veamos, me encierras, luego me pones una multa de quince mil pavos y te apareces una semana después para invitarme a salir, y no digas que no porque eso es lo que hiciste—lo frenó antes de que el Superintendente negara lo último—claro que saldría contigo—finalizó sonriendo alegremente.
Jamás se negaría o rechazaría una invitación de Conway y menos si era a una "cita".

Esta noche paso por tí, luego te confirmo horario—contestó abriendo otro archivo y colocandolo frente a su rostro para "leerlo", intentando ocultar la pequeña mueca de satisfacción que se formaba en su cara.

Vale, nos vemos—se despidió la castaña, cerrando la puerta de un portazo que resonó en todo el despacho.

Una vez en su casa, ______ reviso su teléfono para ver si Jack había enviado mensaje avisando la hora a la que pasaría a buscarla. Pero al no obtener notificación decidió comenzar a prepararse, por las dudas.

Eran las 19:30 cuando su móvil sono, dando aviso de que tenía un mensaje nuevo de su cita avisando que pasaría a buscarla en media hora.
Se coloco sus tenis con plataforma, para completar su outfit, que consistía en un jeans, una blusa y un blazer.

Estuvo, aproximadamente, unos veinte minutos mirando memes y escuchando música con su celular, cuando la ya conocida bocina de Conway la interrumpió en su actividad y la obligó a desconectar sus auriculares y guardarlo en su bolsillo, junto al dinero y su DNI.

¿Dónde vamos?—preguntó curiosa, ya que le daba mucha intriga saber como sería el lado "romántico" de Jack.

Ni puta idea—contestó arrancando el coche, una vez que vio que la chica ya estaba bien acomodada en el asiento del copiloto.

Pᴇϙᴜᴇɴ̃ᴀ Cʜɪᴠᴀᴛᴀ [Jack Conway]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora