Pᴇϙᴜᴇɴ̃ᴀ Cʜɪᴠᴀᴛᴀ [Jack Conway]

[C A P I T U L O 13]

Hacía un par de días que _____ no veía a los chicos y la última vez que estuvo con Conway fue la mañana siguiente a su "cita", donde lo invito a desayunar. Se la pasaba vendiendo farlopa para Juárez y al ser una tarea fácil no vio necesaria la ayuda de los demás; no quería molestarlos ya que sabía que era capaz de hacerlo por su cuenta.

Pero hoy los vería nuevamente, se supone que tendrían que atracar una sucursal y ahora si necesitaría la ayuda de los muchachos. Igualmente, el encuentro estaba previamente organizado, por lo que se supone que no habría ningún inconveniente.

En el punto de encuentro, el cual era una de las tiendas de ropa cercanas al local que asaltarian. Ya estaban todos reunidos solo faltaba que llegase Pablito.

La castaña y Segismundo llamaron varias veces a su móvil, pero nadie contesto por lo que dejaron mensajes de voz avisándole de que ya comenzarían con el robo.

El atraco transcurrió tranquilo, dentro de lo que cabe, ningún rehén opuso fuerza, nadie intento hacerse el héroe y ellos cuatros estaban trabajando bastante bien en comparación a la última vez.

______ y Gustabo se encontraban charlando animadamente sobre trivialidades mientras cuidaban de los rehenes, esperando a que llegara la policía para iniciar negociaciones.

—Ustedes son los atracadores, verdad— comentó un muchacho con el uniforme policial, luego de golpear el vidrio de la puerta para llamar su atención.

El par de compañeros/amigos se dio vuelta para mirar en su dirección y verificaron que ya estaban listos para comenzar a negociar.

—Creo que se equivoca caballero, nosotros nos encargamos del mantenimiento de los cajeros— respondió con sarcasmo la chica sonriendo irónicamente.

—Te damos a un rehén, a cambio de tres segundos— propuso Gustabo al ver como el joven frente a ella se quedaba callado mirando con cara de pocos amigos a su compañera luego de su comentario.

—Tres segundos es mucho para tan poca cosa—contesto él policía, aún cabreado por la contestación anterior. A partir de ahí toda la buena onda de "ladrones expertos" se vino a pique.

Él negociador por parte de la CNP no daba brazo a torcer, nada le parecía "justo" y eso comenzaba a estresar a la chica, tenía tantas ganas de salir corriendo del lugar y huir que estuvo a punto de romper negociaciones, pero se abstuvo porque sabía que acabarían perdiendo ellos.

Luego de casi cuarenta y cinco minutos lograron llegar a un acuerdo: dos segundos de ventaja, el coche intacto y nada de obstáculos, clave Robert o Pit.

—Muy bien muchachos, prepárense que esta vez sí escapamos— exclamó con alegría y haciendo un raro baile la castaña. Los demás imitaron su acción, pero Horacio no se veía muy animado y eso no pasó desapercibido para ella.

El cuarteto salió de uno en uno, siendo Segismundo el primero en subir al vehículo para sentarse en el asiento del conductor, como era de costumbre, y Gustabo el último en abordar trayendo con sigo el bolso con el botín.

—¡Pita Segismundo!—gritó Gustabo a toda voz, acomodándose mejor en la parte trasera.

____ giró su cuerpo, para poder mirar hacia atrás y tomó la mano de Horacio apretándola levemente, en un intento de mostrarle que todo saldría bien y, en el caso de que esto fuera un completo desastre, estarían juntos. Él sonrío, sin embargo, su preocupación y desgano seguían ahí.

La persecución fue bastante larga, pero Segismundo tenía la experiencia suficiente como para evitar romper negociaciones al poner en riesgo la vida de un civil; pero por más experto que sea, les era casi imposible escapar, su única salvación era hacer un bloqueo o encontrar un camino lo suficientemente extravagante como para deshacerse de, aunque sea, las merys.

Actuar bajo presión no era el fuerte de _____ y mucho menos si tenía más de una preocupación en su cabeza, por lo que lo primero que atinó a hacer fue llamar a Escobilla. Intento entre tres o cuatro veces, pero nuevamente le daba la cacilla.

Gustabo comenzó a desesperarse, a sentir la presión de la situación -no quería volver a ser "regañado" por el Superindigente- e intentó ayudar a la chica a encontrar una forma de escapar. Pero sus buenas intenciones fueron reemplazas por enojo al ver como ella no paraba de llamar por teléfono.

—¿Qué cojones haces?—preguntó con enojó asomando la cabeza desde por el costado del asiento.

—Pedir ayuda a Pablito—contestó obvia, volviendo a llamar nuevamente, pero está vez, antes de que el contestador sonara de vuelta, Gustabo le arrebató su móvil y colgó.

En ese momento el vehículo se llenó de las voces de _____ y del pasajero de atrás gritando y discutiendo. Hasta los policías podían escuchar la "pequeña" pelea.

—_____, Conway asesinó a Pablito—dijo Horacio con cierto toque de tristeza en un intento de parar la discusión, ocultando parte de la historia.

Al instante de esa confesión todos se callaron, y se miraron al confesor asombrados, a excepción de Segismundo que mantuvo su mirada fija en el camino, pero estaba igual de sorprendido que los demás.

—¿Qué?—preguntó anonadada, sin querer creerlo. Mientras el de bigote reprimía sus ganas de pegarle un buen ostión a Horacio.

—Que murió, que está con los gusanos—contestó de forma brusca Gustabo—ahora, vamos a ver como cojones escapamos—luego de eso, le devolvió el móvil a la chica.

El ambiente se volvió pesado, el ruido de las sirenas era lo único que se escuchaba en ese momento.

Con un semblante entre serio y triste _____ logró encontrar un camino, bastante complicado de transitar, pero si lo completaban con éxito lo más probable era que saliesen victoriosos de la persecución.

Se que quiza nadie lea esto, pero quiero pedirles disculpas por tardar tanto en actualizar y para compensarlo hoy les traigo un par de capítulos; tomémoslo como un mini-maraton xd.
Y como siempre les digo muchísimas gracias por todo el apoyo que le dan a la historia a pesar de ser tan sosa. No me alcanzan las palabras para explicar lo agradecida que me siento 💖✨