Pequeñas piedrecitas se colaban por la rajadura de su jeans causándole cierta incomodidad en las zonas descubiertas, estar a "la moda" tenía sus complicaciones. Se encontraba tirada en el duro suelo, refujiada detras de una roca a un lado de la carretera.
Había ido a encontrarse con un traficante de armas, las cosas se salieron de control, unas bandas enemigas se encontraron y comenzó una balacera que acabó en masacre. El hombre salió corriendo en dirección al bosque, mientras que ella atino a esconderse y llamar a Conway.Desde que la había "salvado" de aquel infierno de maltratos y malos vicios que vivía en su casa, se sentía en deuda con él, así que ahora se dedicaba a ser su chivata. No había informacion que ______ no supiera, se las ingeniaba para concer hasta el más mínimo detalle de los maleantes de Los Santos; para luego ir y contarle al superintendete. Lógicamente le llevo años de práctica llegar a donde está hoy, le llevo muchas golpizas y alguna que otra herida de arma-tanto blanca como de fuego-, pero lo logro.
A lo lejos comenzó a visualizar un auto rosa, que iba andando en zigzag, evitando con mucha dificultad los árboles que se encontraban en el bosque. El Superintendente freno a unos metros de la chica, disparando a uno de los delincuentes-quien iba a dispararle por la espalda, para no "dejar testigos"- dandole en el medio de la frente.
Rápidamente la joven corrió al coche y subió del lado del copiloto. Casi no le dio tiempo de cerrar la puerta, ya que el de gafas arranco a toda velocidad.—Porque siempre debo salvar tu puto culo—dijo con enfado, al tiempo que frenaba en una luz roja—mirate, estas sangrando.
La muchacha de pelo café no se había percatado de que una de las balas la había rozado, seguramente por la adrenalina del momento.
Algo dudosa miro su brazo izquierdo, y efectivamente todo su buzo estaba manchado con sangre.—Tampoco es para tanto—intento minimizar la situación.
—Luego tu limipiaras el puto coche— exageró el condutor.
Después de esa pequeña conversación no se dijo más nada.
Cada tanto, el mayor miraba de reojo a su copiloto, quien estaba perdida en sus pensamientos, mirando por la ventana. De a ratos la veía cabecear, dejandose hacer por el sueño, pero en cuestión de segundos volvía a despavilarse. Pero finalmente se quedo dormida.
Jamás se cansaría de mirarla, era como ver una obra de arte. Una pieza digna de un museo que no compartiría con nadie.El camino al hospital se hizo un poco largo y silencioso.
Unas cuadras antes de llegar a destino Conway despertó a ________ con un suave samarreo.—Despierta niña, tengo que ponerte las esposas
Entre bostezos y estiramientos la castaña le dio la espalda a Jack y paso sus brazos por los costados de su cintura para ser esposada.
En ese pequeño trayecto que faltaba, la chica termino por despavilarse.—No se atreva a ponerme una mano encima—gritó como una loca cuando cruzaron la puerta del hospital.
—Cierra la puta boca perra—dijo con tono demandante mientras la atraía bruscamente a él.
El acting de "delicuente-Policía" estaba bien estudiado, ya les salía natural. Era muy típico de ellos montar una escena así en el hospital para que nadie sospechara que ______ tenia algún tipo de convenio con el Superintendente.
Luego de que le hicieran las curaciones necesarias y darle unos calmantes a la muchacha salieron del hospital rumbo al coche. Una vez allí le quito las esposas y condujo rumbo a la comisaría. Llegaron en un abrir y cerrar de ojos, ya que no quedaba muy lejos.
Entraron al edificio por la parte trasera, y se dirigieron al despacho de Conway.
—Ahora vas a decirme que coño hacías en la puta carretera, en medio de la puta noche—exigió al tiempo que se sentaba del otro lado del escritorio.
—Estaba consiguiendo informacion— contestó obvia, mientras se desplomaba en la silla.
—No te hagas la gilipollas con migo—hablo él, de forma lenta, queriendo meter miedo, pero ella no se inmutó.
—Fui a encontrarme con un tío que anda con armas bastantes tochas, le dije un par de palabras bonitas y me dio un nombre...—hizo silencio para agregarle dramatismo al ambiente, cosa que hizo rodar los ojos a su contrario—Pope—dijo haciendo un gesto, al estilo Bob Esponja con la palabra "imaginación".
El superintendente se golpeó la frente en señal de frustración. Tanto escándalo por un parguela.
—Se lo que estás pensando—continuó señalandolo con su dedo indice—y si, se que es un parguela, pero se de buena fuente que si doy con él puedo llegar al pez gordo.
El sentimiento de duda se planto en el cerebro del hombre, sabía que si continuaba por ese camino llegaría a ser muy peligroso, incluso mortal. Pero también sabía que su curiosidad y terqueza iban más allá, y que era estúpido llevarle la contra si al final haría lo que ella quisiera.
—Está bien, tu encargate del pez gordo, yo me encargo del resto— sentenció luego de meditarlo, dirigiéndose a la puerta de la habitación
—Gracias Jack—contestó emocionada, e incluso se paró de su lugar para darle un abrazo, pero pensó que sería demasiada confianza, incluso para ella. Así que solo camino a la puerta.
—Ivannov, acompañala a la salida— se dirigió a uno de los agentes que estaba por ahí al momento que abrió la puerta.
Luego de hacer unos cuantos pasos _________ se dio vuelta y lanzo un beso, acompañado de un guiño, a Conway, quien miraba como era escoltada a la salida.
Una media sonrisa se escapó de sus labios, quizá la chica llegue a ser algo odiosa aveces, pero tenia que admitir que sentía ciertas cosas por ella.
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Pᴇϙᴜᴇɴ̃ᴀ Cʜɪᴠᴀᴛᴀ [Jack Conway]
FanfictionConway la sacó del pequeño infierno en el que vivía cuando era una adolescente. Hoy, casi diez años después, ella se ha vuelto su chivata. ❇Iniciada: 10-05-2020 ❇Finalizada:08-02-2021