Reformación

Capítulo 1: Escape

POV Azula

-Se acabo-

Fue lo único que escuche cuando la campesina me derroto. Ahora estaba encerrada en una habitación oscura, tenia leves noticias del mundo exterior, se acabo la guerra, mi padre fue derrotado y el avatar había traído paz y equilibrio...pura basura.

-Su comida "princesa"- Sentía frio, mi comida era simple pasta y agua, nada comparado a los bufets del palacio.

-¿Cuánto tiempo ha pasado?- Pregunte con un tono neutro, aguantando mi ira.

-Un año, la propuesta del señor del fuego aún está en pie- Me arrastre hasta la celda mientras el hablo.

-¿Qué? Luego de ir a buscar a nuestra madre...¿En verdad cree que quiero verlo?- Dije tratando de usar mi aliento de fuego, debido al frio no podía.

-Sus 4 intentos de fuga han fracasado, ¿Qué no ha aprendido que nunca saldrá?- En prisión de agua logre salir hasta la orilla, sin embargo, la campesina me detuvo, en prisión de tierra la ciega me detuvo, en prisión del palacio el inútil sin poderes me hizo ir a un laberinto, en prisión de aire el nómada me derroto.

-Esta prisión de hielo no me detendrá por mucho- Este seria mi quinto intento para ser libre, ahora estaba en una maldita prisión de hielo, aun estaba buscando llevarme a mas profundidad.

-De mientras disfrute su comida- Nuevamente la oscuridad invadió mi celda.

-SALDRE DE AQUÍ...Y LAMENTARAS HABERME TRATADO DE ESTA MANERA- Grite con todas mis fuerzas.

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-Solo un poco más...- Mis manos estaban entumecidas, pero aun hacían su labor de ayudarme a liberarme, la maldita camisa impedía mi movilidad, pero a pesar de estar un año encerrada aún tenía agilidad.

Me libere con dificultad, sentía mucho frio, pero logre acumular suficiente calor para usar mi fuego control.

-Saldré de este lugar- Escuche que se elevaba el iceberg que tenían como tapa de la celda, espere un poco hasta que la poca luz entro y entonces arroje mi fuego con todas mis fuerzas.

Sentí como el suelo me inmovilizo, el hielo me cubrió completamente, la ira me inundo pensando que era la campesina la que había frustrado mi intento de escape.

-¿Y querías ir tu primero Sokka?- El ultimo maestro aire me había detenido.

-TE DIJE QUE NOS ATACARIA- Grito el sin poderes al débil hijo de mi padre.

-No sé porque aún me sorprende esto- Dijo la campesina.

-Bueno, supongo que hoy no querrá hablar- Mención mi débil hermano, cerraron nuevamente la celda.

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-¿Qué haremos, Zuko?- Lograba escuchar, supongo que esa era la campesina.

-Propongo que la dejemos aquí- Ese era su hermano sin poderes.

-¿Aang?- La ciega.

-Han pasado 2 años, creo que es evidentemente que no piensa darnos apoyo- El Avatar declaro, si tan solo me dejaran libre acabaría con todos sin pestañar.

-¿Le quitaras sus poderes?- Alce la vista, debía salir lo antes posible, logre derretir el hielo que me tenia aprisionada, con el poco fuego empecé a cavar un agujero, antes de que lo noten ya me habría ido de este lugar.

-Hazlo Aang- Ni piensen que el nómada me quitara lo único que me queda.

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El iceberg se movió y la luz ilumino a una celda vacía y con un agujero el cual indicaba que la prisionera había escapado...

-No ira muy lejos- Menciono Sokka rápidamente.

-Le dije que debía entrar sin estos zapatos- Menciono Toph quejándose por los zapatos los cuales la protegían del frio.

-Rápido debemos encontrarla- Dijo Zuko alterado, sabia perfectamente el potencial de su hermana, de llegar lejos nunca la volverían a atrapar.

-Me adelantare- Menciono Aang usando su aire control y su nuevo planeador.

-Con cuidado Aang- Menciono Katara con preocupación.

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POV Azula.

El suelo congelado era perfecto, me iba deslizando y con mi fuego obtenía mucha velocidad para escapar, después de subir un par de metros y dejar en el piso a algunos guardias podía sentir muy cerca la libertad.

-Llegare al mar abierto en poco tiempo-

Como había predicho llegue a las aguas heladas, nadar seria un suicidio, pero era imposible el salir sin...observe a un hombre a lo lejos, era un bote pequeño de dos personas...ahora solo estaba yo usando todo mi fuerza en mi fuego para moverme, un par de pescados y un abrigo cortesía el viejo.

-Hija...- El eco de aquella voz resonó en mi cabeza, sin embargo, solo alimento mi ira para alejarme.