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Mateo

Siendo sincero, fue el día que más miedo y más emoción tuve en tan solo horas.

Ver a la piba que amo sufriendo sin poder ayudarla pero saber que ese sufrimiento es porque ya viene nuestra hija, me causaba tanta confusión y adrenalina a la vez.

Aún no le conté a Valentina lo de la pieza de la nena, quiero que sea sorpresa para cuando volvamos a casa. Que será en menos de una hora.

Aún seguiamos en el hospital esperando nuestra hija, ya que se un par de enfermeras se la llevaron para hacerle pruebas de todo y confirmarnos que está todo en orden.

Valentina hace menos de 15 minutos cayó rendida en sueño, y normal lo necesitaba. Mientras yo esperaba ansioso que llegase nuestra hija.

Al cabo de unos minutos mientras miraba mi cel la puerta se abrió mostrandome a Génesis en brazos de la misma enfermera que antes se la llevó.

Deje mi cel de lado rápidamente levantándome de mi asiento. La enferma quiso pasarme a mis brazos a Génesis pero me asusté.

-Se me caera?-la enferma río ante mi pregunta y procedió a dármela

-Tranquilo, agarrala con confianza y con mucho cuidado de no soltar su cabeza en ningún momento. Mira asi- la mina me coloco los brazos para pasarme a mi hija.

Cuando la tuve en brazos pude notar lo chiquita que era, lo poco que pesaba y los rasgos tan parecidos que tenía míos y de Valentina.

Antes de que la llevarán pude estar con ella, pero no más de 5 minutos y ni la agarre en brazos porque la tenía Valentina dándole el pecho.

Y ahora la tenía solo para mi, admirando cada rasgo de su cara, su cuerpo y mirando como movía sus pequeñas manos tocando mi mandíbula.

Me senté en frente de Valentina con ella en brazos sin dejar de mirarla, y manteniendo todo el cuidado posible.

No podía creer que la mujer que más amaba me dio a una nena tan linda, tenía ganas de llorar y unas ganas inmensas de gritar a todo el mundo la familia tan hermosa que había creado.

Los pibes se marcharon hace rato y les avise que mañana les llevaría a que conocieran a Génesis. Estuvieron todo el día en esos asientos tan incómodos y no quería que estuvieran más ahí, así que ellos aceptaron aunque quejándose un poco. Además no creo que Valentina tenga ganas de tener mucha gente en la habitación después de lo cansada que está.

-Mi chanchita linda- le susurré besando la frente de mi hija- ya estás acá con papá, podés creer que pensaba que nunca más saldrías- dije riendome.

Comenzó a patalear abriendo sus ojitos color gris, que aún no tenían color debido a que está recién nacida.

-Te amo mi gordita, papi te ama sabes? Y ni penses que voy a dejar que ningún pibe este con vos eee- le advertí en broma- si salís igual de linda que tú mama la voy a tener bien complicada.- me reí, escuchando la risa de Valentina de fondo.

-Mi amor es muy chica no la retes ya- río estirándose.

-Y tiene que saber ya que su papá es muy celoso, miraaa amor se ve que va a ser una diosa- hablé angustiado.

-Mateoo ni te entiende aun- agarró mi mano libre acariciándola.- te dijeron cuando podemos ir a casa?

-Aun no amor, pero en poco avisarán

Pαяα Sιємρяє/ Vαlєηтιηα II/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora