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Valentina

Estaba paralizada, años sin saber de él. Ni si quiera recibí una llamada por su parte. No sabía si contestar o no.

Tras unos segundos de sonar el cel Géminis comenzó a llorar.

-Amor, creo que no voy a contestar- dije una vez que el teléfono dejo de sonar.

-Hacelo, puede ser importante Valentina. Cómo sabes que es el?- pregunto curioso.

-Porque cuando desapareció después de la muerte de mi mamá me aprendí su número de memoria de tanto llamarlo.- aclare con un nudo en la garganta.

De nuevo la pantalla de mi móvil se encendió, vibrando y enseñando que era otra llamada del mismo número.

Mire a Mateo que estaba al lado mío agarrando a Géminis de su cuna, mientras calmaba su llanto. El me asintió en señal de que contestará.

Me levanté de la cama con el corazón a mil y salí de la pieza.

Con mis manos temblando deslice el pulgar atendiendo el cel.

-Si?- pregunté con la voz temblorosa.

-Hola- mi corazón casi sale de mi pecho al escuchar la voz de una mujer joven, muy joven a mi parecer.

-Quien habla?- hablé está vez más seria.

-Soy Ludmila la hija de Joel.- mi cuerpo empezaba a temblar de los nervios. Mi papá se llama Joel pero quién mierda es esa tal hija Ludmila.

-Como hija?

-Si, pero eso no te importa a vos. Mira no sé quién mierda sos pero mi viejo me pidió que te llamase, está en el hospital internado y quiere que vengas.- contesto fría .

-Bueno a mi no te me hagas la viva entendés? Y si me llamo a mí es por qué soy su hija- intenté hablar más fría que ella.

-Su hija?- soltó una risa sarcástica- Está en el hospital San Lorenzo, vení acá y deja de decir bobadas- y colgó.

Estaba muy enojada, primero quién mierda es esa para hablarme así y cuestionarme si soy hija de él o no. Y segundo que carajos significa que está tal Ludmila es su hija.

Subí a la pieza de vuelta con Mateo intentando dormir a Géminis. Abrí las puertas de mi clóset buscando ropa para vestirme rápido.

-Eu que pasó?- pregunto Mateo levantándose de la cama dejando a Géminis acostada en ella.

-Una minita tarada me llamó diciendo que su papá SU PAPA MATEO está ingresado en el hospital. Quién mierda es para decir que Joel es su papá?- acote aún más enojada volteandome a ver a mi novio.

-No me mates porfavor, pero no entendí nada- dijo incómodo, y yo resople.

-Solo vesti agarra a Géminis y ponete algo cómodo, vamos al hospital.- dije colocándome una remera de el con unos jogging cómodos y mis Nike.

Mateo no acotó nada, solo hizo lo que pedí y agarró a Géminis en brazos que aún dormía.

La sentó con delicadeza en su sillita de seguridad en la parte trasera del carro. Mientras yo me sentaba en el asiento piloto y Mateo segundo después al lado mia.

Arranque el auto con velocidad y enojo.

-Amor- me miró Mateo colocando su mano sobre la mia- Calmate, contame qué pasó.

Intente calmarme y contarle tranquila todo lo que me dijo esa piba, y rápidamente entendió todo.

-Mal ahí amor, pero no le des una piña de lleno- soltó una risa haciéndome sonreír- te conozco y creeme que no es lo mejor, ponerte a su altura a vos te queda muy bajo beba.

Yo le sonreí tiernamente, y con mi mano libre agarre la suya para dejar un beso en ella.

Cuando llegamos al hospital pregunté por la habitación de Joel Moretti, la recepcionista contesto al toque.

Habitación número 234, nos montamos en el ascensor. Mateo acunaba en sus brazos a Géminis quien estaba en un profundo sueño. Y yo miraba hacia todos lados con nerviosismo.

-Tranquilo gorda- agarró mi mano dejando un beso en mis labios y regalándome una sonrisa tranquilizadora.

-Te amo tanto- apreté mis labios tratando de no llorar - que suerte la mía tenerte amor.- me abracé a su cintura.

-Suerte la mia mi vida, con vos en todas en las buenas y en las malas. Y yo te amo mas- acaricio mi cabeza dejando en beso en ella.

Mire a mi hija y deje un beso en su cachete gordito izquierdo.

Por fin la puerta del ascensor se abrió dejándonos salir a aquel pasillo blanco lleno de habitaciones.

En cuanto voltee mi cabeza al final del pasillo vi una piba rubia de pelo corto y piel blanca con su cel, y al lado una mujer muy parecida a ella. La piba tendría unos 17 años y la que supongo que es su madre unos 40.

Mire a Mateo quien agarró mi mano con firmeza y comenzamos a caminar hacia la puerta de la habitación.

Pαяα Sιємρяє/ Vαlєηтιηα II/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora