Cuando tu corazón sea MIO ♥︎[국민 - Fanfic]♥︎

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Después de observar el anillo por unos minutos más, finalmente decidió salir de la oficina para ir a su habitación y guardarlo en el tocador. Cerró el cajón y tomó sus toalla para darse una ducha.

Durante la ducha, nuevamente recordó esos días en los que había tenido citas con Jimin, pero lo que sacudió su corazón fueron esas dos palabras:
Un “Te quiero” saliendo de los labios de Park Jimin.

Entonces Jungkook pensó que estaba conquistando al fin su corazón.

Sin darse cuenta de que no era así...

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Era la hora que tanto había esperado, Jungkook no podía estar más feliz. Al fin vería a sus hermanos, después de tantos años.

Ya se encontraban en el piso principal, esperando junto a la puerta con una gran sonrisa y con unas grandes ansias de abrazarlos.

Pasaron dos minutos, hasta que finalmente vio la furgoneta negra entrar a la propiedad.
Jungkook corrió cual niño ansioso y finalmente abrazó a sus hermanos.

—Al fin están aquí... —sonrió mientras abrazaba a ambos—. Los extrañaba tanto.

—También te extrañamos, Jungkook —habló Yugyeom.

—¡Jungkookie, te traje un regalo, bueno, a todos! —habló Jeongin, el más pequeño.

—Sabemos que estás en planes de casarte —dijo Yugyeom palmeando el hombro del mayor—. Cuéntanos. ¿Es lindo?, ¿Es rico?, ¿Dónde lo conociste? —preguntó ansioso.

—Les contaré todo, por favor pasen a la casa y alístense que los Park llegarán en una hora —le respondió.

Los tres ingresaron a la casa y Yugyeom miró las nuevas decoraciones que esta tenía.
Jeongin sacó unas bolsas de diferentes colores y las puso sobre los sillones.

Mientras Jungkook les contaba la historia.

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Jimin se vio en el espejo por segunda vez, observando esa ropa cara, los adornos, las joyas.

Ese ya no era él...

Se odiaba.

¿Cómo podía comprometerse con otro, cuando su corazón le pertenecía a Yoongi?, Aún si este era un completo imbécil.

Sus besos no se borraban tan rápido...
Y no sabía si algún día se borrarían.

No sabía si podría olvidarlo estando en brazos de otro hombre.

—¿En qué momento dejaste de ser Park Jimin para convertirte en lo que más odiabas?, Un monstruo ambicioso... —se preguntó a el mismo en el espejo—. ¿¡A QUE MALDITA HORA!?

Esta vez, su puño impactó sobre el vidrio haciéndolo partirse en mil pedazos, cayendo sobre el suelo ruidosamente. Pero no se había hecho daño, ya que aún llevaba las vendas.

Yanghye apareció por la puerta, abriéndola bruscamente, con un rostro sorprendido y después miró a Jimin.
El rubio no tenía expresión alguna, sólo parecía estar perdido en sus pensamientos.

Divagando en el profundo mar de mentiras y traiciones.

Hasta que finalmente dirigió la mirada hacia su madre y suspiró pesadamente.

—Estoy bien —respondió aún si Yanghye jamás le preguntó algo—. Ya bajo.

—El espejo valía una fortuna —le dijo fulminante—. Ahora que te cases, deberás reponérmelo, todo en esta casa me ha costado, Jimin.