Cuando tu corazón sea MIO ♥︎[국민 - Fanfic]♥︎

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La puerta de la habitación se abrió; ocasionando un pequeño chirrido incómodo, sorprendiendo a ambos. El rubio se sorprendió, sonrojándose de la vergüenza y salió casi corriendo de ahí.
Jungkook sonrió enamorado tocándose los labios como un idiota.
Ambos corazones habían latido a la par; ellos sabían que estaban hechos para estar juntos, sólo tenían que perdonarse.

El doctor sonrió al haber presenciado tal escena. Hizo un chequeó rápido del estado de Jungkook y sonrió felizmente al ver que había despertado.

—Es un milagro —habló el doctor sin palabras—. No teníamos previsto que despertaras tan pronto, estoy demasiado feliz de saber que estarás mejor pronto.

“Tengo una razón para vivir muchos años más y es Park Jimin”, pensó Jungkook mirando en dirección a la puerta con una grande sonrisa.

Él no iba a morir.
No dejaría a Jimin solo, jamás.

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El rubio fué directo a los baños, se miró en el espejo y limpió su cara con agua fría.

—No puedo perder la cabeza, no ahora —se repitió a si mismo mirándose.

Pero su corazón no paraba de saltar emocionado.

Simplemente no podía.

—¿Estás bien Jimin? —escuchó una voz a su espalda y saltó asustado.

—Me asustaste, Yugyeom —respondió girándose para mirarlo a los ojos—. E-estoy bien, un poco preocupado.

—Seok Jin acaba de llegar y está histérico...

Jimin frunció el ceño al escuchar su nombre, no le agradaba que estuviera ahí; en los últimos días, había estado muy apegado a Jungkook que incluso parecían una pareja y eso le enfurecía.
Rápidamente salió de los baños y caminó por los pasillos, su mirada siempre se mantuvo al frente y al llegar, se encontró con los ojos del pelirosa.

Seok Jin gruñó molesto, Jimin hizo lo mismo, ambos parecían querer matarse.

Pero no lo harían en frente de todo el mundo. Así que el pelirosa lo tomó fuertemente de la muñeca y lo arrastró por los pasillos; donde nadie pudiera escucharlos.

—¡Suéltame! —le gritó Jimin empujándolo.

—¡Todo esto es tu culpa! —le gritó—, Jungkook casi muere por tu maldita culpa —lo empujó—. Tu ni siquiera vales la pena, no lo amas, eres un men-

Jimin lo abofeteó fuertemente, haciendo eco por todo el pasillo, haciendo que la mejilla del pelirosa doliera.
Seok Jin le miró con odio y habló:

—¡No te atrevas a pegarme nunca más, o te arrepentirás! —le gritó, tomándolo del cuello.

Jimin sintió la asfixia al instante y  Jin sonrió; ambos pelearían a muerte si era posible.

—¡ALTO! —ambos escucharon un gritó al final del pasillo—. ¡Deténganse!

Kim Namjoon...

El pelirosa se distrajo para mirarlo y entonces Jimin aprovechó para darle una patada y dejarlo en el suelo.
El menor comenzó a toser intentando recuperar el oxígeno de sus pulmones y Namjoon se acercó corriendo a Jimin para ayudarlo a levantarse.

—¿Por qué peleaban? —preguntó el peligris con el ceño fruncido.

—Este no es asunto tuyo —contestó Seok Jin con rabia, mientras se levantaba del suelo y sacudía su ropa.