Cuando tu corazón sea MIO ♥︎[국민 - Fanfic]♥︎

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Yoongi caminó rápidamente y sin mirar atrás, su vista se mantenía nublada por las lágrimas y su corazón dolía. Se sentía traicionado y desechado como si fuera una basura. Jamás se había sentido tan imbécil por creer en alguien.

Jamás debió conocerlo...

Sus pies ya estaban adoloridos, había estado caminando por una hora y faltaba poco para que anocheciera. Creyó que si caminaba de regreso a la ciudad le despejaría la mente, pero lo único que logró fue lastimarse los pies y cansarse. ¿Pero desde cuándo se había vuelto tan flojo?, Había estado en la milicia, no podía ser flojo, así que con todos sus esfuerzos caminó más rápido.

Sintió una cuantas gotas caer sobre su cabeza y después fueron más, así que miró el cielo y suspiró; olía a tierra mojada. Al parecer, los dioses también estaban tristes y parecían llorar junto a él.

Minutos después su ropa ya estaba completamente mojada y tenía frío, ya había anochecido y lo último malo que podía pasar era que le apareciera un animal feroz que quisiera devorarlo.
Ya podía ver las luces de la ciudad, así que faltaba poco para llegar.
Así que continuó con todas sus fuerzas, como si estuviera en una carrera y corrió hacia la ciudad.

Quería ver a su madre y explicarle todo. Seguramente ella estaba sufriendo aún más que cualquier persona.

También tenía mucho que hablar con Taehyung, aun que no tenía idea de en dónde encontrarlo.

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En el interior de un avión se encontraba Taehyung, mirando a través de la pequeña ventana, aún que el cielo estaba nublado había pocas luces de la ciudad que podían verse.
Sus pensamientos estaban perdidos, se sentía completamente solo, sin nadie a su lado. Era tan egoísta que hubiera deseado llevar a Yoongi con él, así hubiera sido a rastras. ¿Era posible amar a alguien en tan poco tiempo?, No lo sabía, pero comenzaba a creer que sí.
En tan sólo una semana, sus sentimientos ya se encontraban completamente revueltos, su corazón latía con fuerza de sólo pensar en él.

Yoongi era una persona completamente misteriosa y eso le recordaba a él cuando era joven.

Salió de sus pensamientos y miró su celular, no había señal, así que cerró sus ojos y pensó en el último trabajo que había hecho esa tarde.

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Después de danzar bajo las pequeñas gotas de la lluvia, Jimin se percató de que eran alrededor de las ocho de la noche. Realmente estaba cansado, le dolía todo el cuerpo, la fiesta no le traía buenas emociones, al contrario, lo hacían pensar en el infierno que tendría que aguantar estando junto a Jungkook.

El rubio reposaba en la silla, con los pensamientos perdidos, mientras sus ojos observaban sus pequeños pies balancearse.
Minutos después se acercó Jungkook con una sonrisa y dos copas en la mano.

—Jimin, ¿Estás bien? —le preguntó el pelinegro.

Se suponía que su boda sería alegre, no así.

No de este modo, dónde parecía más un velorio que una celebración.
Y Jungkook se estaba dando cuenta de eso.

—Estoy bien —sonrió Jimin—. Pero ya quiero irme, estoy cansado...

Los ojos del rubio se posaron sobre los de su pareja y Jungkook terminó por asentir.

—Está bien, vámonos —le ofreció su mano para ayudarlo a levantarse y Jimin aceptó.

La pareja de recién casados buscó a Yanghye dentro de la casa y finalmente la encontraron saliendo del despacho con el teléfono en manos. Se veía molesta y mantenía el ceño fruncido, pero en cuanto los vio acercarse a ella, sonrió disimuladamente.