Capítulo 3

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Tras varias conversaciones en la empresa Suppasit se decidió vender un 35% de sus acciones. Aunque dejaron a cargo de aquello a su asesor el señor Zon estuvo presente en las entrevistas a los posibles candidatos. Aquella oferta era muy tentadora ya que se trataba de una de las empresas de publicidad con mayor prestigio de todo el País. Había que ser cuidadosos con quién elegir, ya que de ello dependía mucho. Aunque los accionistas mayoritarios seguían siendo Mew y su padre, ahora este también tendría voz y voto en todos los asuntos.

Largos días de entrevistas pasaron, Mew prefirió que su padre se encargara de aquello ya que nadie conocía la empresa mejor que él. Una vez tomada la decisión se haría la presentación oficial frente a todo el personal del nuevo socio.

Esa mañana Mew se retrasó un poco más de lo habitual, ya que tuvo que llevar a Gulf a Metawin porque su coche estaba en el taller. Cuando llegó todos los empleados estaban ya reunidos a espera de que el nuevo socio llegara. 

-Queridos empleados, os hemos convocado porque queremos presentaros al nuevo accionista de Suppasit Publicidad.-Empezó el señor Zon.-Este es el señor Art Pakpoom, que además de estar totalmente preparado cuenta con su juventud, algo que nos ayudará a seguir manteniendo un ambiente fresco y jovial en la empresa. 

Mew se sintió palidecer al escuchar las palabras de su padre. Cuando dirigió su mirada hacia el nuevo accionista rezaba porque no se tratara de la misma persona que él pensaba. Para su desgracia así fue. Allí estaba Art, un ex-amante con el que además de divertirse mucho en su pasado, pasó momentos muy tormentosos.

Mew no podía creerlo. Los jóvenes no acabaron en muy buenos términos puesto que Art lo engañó varias veces y cuando Mew se enteró terminó con la relación de manera inmediata. Aunque el joven nunca se había tomado en serio ninguna relación, aquel chico realmente le gustaba, pero tras enterarse de todos sus engaños todo lo que sentía se desvaneció.

El joven se retiró al baño para refrescarse la cara. Llevaba largos años sin ver a Art y encontrárselo de nuevo lo impresionó. Con paso decidido se dirigió hacia el despacho de su padre.

-Hijo, qué bien que ya estás aquí. Este es el nuevo socio, Art Pakpoom.-Avisó el señor Zon.

-Realmente su hijo y yo ya nos conocemos.-Indicó el joven.

-¿De verdad? Bueno eso puede facilitar mucho el trabajo en la empresa. Bueno tengo que salir, os dejo para que os pongáis al día.-Dijo despidiéndose el mayor.

Una vez se despidió de los jóvenes salió del despacho cerrando la puerta tras él y dejando a los dos en su interior. Mew aún no había dicho nada.

-Es bueno reencontrarse con viejas amistades ¿No crees Mew?-Preguntó Art.

-¿Con qué fin te haces socio de mi empresa?-Respondió el moreno.

-Sabes que siempre he sido muy ambicioso y me gusta abrirme nuevos caminos. La oferta de tu empresa era muy tentadora y no lo pensé. Además si nos entendemos en los negocios igual de bien que en la cama, llegaremos aún más lejos.

-No vayas por ahí. Haré todo lo posible por cancelar el contrato de la venta de las acciones.

-Ya es muy tarde mi querido Mew. El contrato es totalmente válido y no hay poder humano que pueda hacer que se cancele. Deberías haber intervenido antes y no dejar a tu viejo padre que tomara la decisión por él mismo.

- Si eso es así evitaré tener el menor trato posible contigo.

-Aw... antiguamente no pensabas igual. Te recuerdo que no soy celoso.-Comentó con media sonrisa.

-¿Qué demonios dices?-Respondió un enojado Mew.

-Ya veo que te has casado.-Dijo señalando el anillo del mayor.-A mí eso no me importa, podemos recordar viejos tiempos igualmente.

-¡¡Eres un bastardo!! Mantente alejado de mi.-Dicho esto Mew salió a toda prisa del despacho de su padre. 

El joven decidió salir del edificio, necesitaba aire. Sabía que la presencia de Art en la empresa le iba a hacer la vida muy difícil así que no lo pensó más y se dirigió a hablar con el asesor y abogado de la empresa. Debía buscar una solución.


Win y Gulf se encontraban en Metawin, hay había sido un día más tranquilo en la academia y los jóvenes lo agradecían. 

-¿Qué tal os va con la academia?-Preguntó el mayor.

-Muy bien, no dejan de ingresar nuevos alumnos, de seguir así tendremos que ampliar la plantilla.-Contestó un alegre Win.

-¡Qué bien! Mañana es el concierto de los chicos ¿Nos vemos allí?

-Sí, por supuesto. Díselo a Malai también

-Por supuesto. Ya se está tardando Mew, quedó en recogerme pero seguro que algo se le apareció a última hora.

-Yo te llevaré no te preocupes. Hasta dentro de una hora no debo estar en la academia.

-Gracias Win.

Y así fue, Win llevó a Gulf hasta su casa para después dirigirse hasta la academia. Cuando llegó se encontró con Bright que acababa de terminar una de sus clases.

-Pequeña molestia ¿Qué tal tú día?-Pregunto Bright.

-Digamos que me he sentido un poco molesto durante todo el día por culpa de un pervertido.-Contestó el menor haciendo un puchero.

-Mmm ni me lo recuerdes o te volveré a hacer el amor aquí mismo.

-¡¡Calla!!-Gritó avergonzado Win.

Estaban entre bromas y risas cuando la puerta de la academia se abrió. Era Pear.

-Hola, disculpad la tardanza. Sé que tenía clase en la hora anterior pero no pude llegar antes.-Dijo una apurada Pear.

-No te preocupes puedes entrar ahora a mi clase, aunque es un nivel más bajo que el tuyo.-Respondió Win ofreciendo una gran sonrisa.

-Muchas gracias Win. Por cierto ahora te paso todas las fotos del concierto del otro día.

-Me parece genial. Estoy deseando verlas.

Los dos jóvenes se embarcaron en una amena conversación sobre el concierto, se veían muy amigables, como si se conocieran de toda la vida. Win no dejaba de sonreír y Pear le devolvía la sonrisa. Bright que los observaba sintió como un calor desconocido llegaba a sus orejas. Una parte de él necesitaba coger a Win y sacarlo de allí y recordarle que esas hermosas sonrisas eran sólo para él, otra parte le decía que lo besara con todas sus ganas delante de aquella para que supiera que Win estaba reservado, pero su parte racional le gritaba que no actuara, que era una clienta de la academia y que debía mantener las formas. Efectivamente fue la parte racional la que ganó.


Mew llegó a casa con un semblante serio. Esta vez era Gulf quién le había preparado la cena. El mayor se encontró con su amado y le dio un pequeño beso.

-¿Un día difícil?-Preguntó el pelinegro.

-Demasiado. Lo siento cariño pero no tengo apetito, me voy a dar una ducha y me acuesto.

Y sin más Mew se dirigió a la ducha dejando a un desconcertado Gulf con la mesa puesta. No le dio más vueltas, seguro había sido un día terrible y el mayor sólo necesitaba descansar.

Mew se metió en la ducha, su cabeza no paraba de dar vueltas. Tras una larga conversación con su asesor y abogado llegaron a la conclusión de que no se podía hacer nada con el tema de Art. Eso lo frustraba y enojaba. Lo quería lejos de la empresa y de su vida. Conocía sus alcances y es por eso que prefería mantener a su hermoso Gulf alejado de esto. Él se haría cargo de todo.

Ahora, mi suerte ha cambiado. 2ª PARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora