Capítulo 14

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Los días pasaban y Gulf y Mew buscaban todas las oportunidades para ganar el juicio contra Pete. El pelinegro no había vuelto a casa aunque no se negaba a ver al mayor. Mew sentía una loca necesidad por contarle todo pero ahora lo importante era Khalan y sabía que Gulf estaba demasiado preocupado con ese tema al igual que él.

Mew intentaba no atosigarlo, le dio su espacio aunque se hacía presente en su vida. Por otro lado él estaba investigando al tal Pete para demostrar que no merecía la custodia del pequeño.

El mayor fue a visitar a Gulf y Khalan a la casa de Bright, como venía haciendo desde hacía varias semanas.

-¿Pudiste averiguar algo más de Pete?-Preguntó Gulf nada más verlo.

-Según mis contactos ha estado fuera del país un par de años pero volvió días antes de la muerte de Malai.-Contestó Mew.

-¿Y hasta ahora no reclama a su hijo? Todo esto me tiene muy preocupado Mew.

-Lo sé, mi hermoso Gulf. Pero recuerda que estamos juntos en esto.-Le dijo agarrándole la mano.

-Hola papá Mew ¿Cuándo vamos a ir a casa? Tengo ganas de jugar con Chopper.-Se escuchó de fondo.

-Hola mi pequeño. Chopper también te extraña mucho.-Dijo Mew abrazando al pequeño.

Gulf se levantó del sofá nervioso. Aquella pregunta del menor le incomodó por la situación en la que se encontraban. Por una parte el repentino regreso de Pete que no era más que un desconocido para el pequeño y por otra parte por la situación en la que se encontraba con Mew.

-¿Cuándo es el juicio?-Preguntó Bright que se había mantenido en silencio hasta el momento.

-La semana que viene.-Respondió Gulf.

-Debemos planear bien nuestra estrategia.-Añadió Mew.

-Todo lo que podamos averiguar sobre ese tipo bienvenido sea.

-Quizás Nnevvy pueda ayudarnos.-Sorprendió Bright.

-¿Qué?-Dijeron los otros dos al unísono.

-Tengo entendido que cuando ocurrió lo del embarazo y el rechazo a quién acudió Malai fue a Nnevvy.

-Nnevvy no nos va a ayudar. Te recuerdo que por su culpa casi mueres. Te odia Bright, y por ende a nosotros también.

-Quizás este tiempo en la cárcel la hicieron cambiar y recapacitar.-Respondió Bright.

-Quítate esa absurda idea de la cabeza. Ni lo intentes.-Replicó Gulf.

Bright no dijo nada más pero aquella idea no dejaba de rondar por su cabeza. Tenía que ayudar a su hermano y a Mew. Ellos habían hecho mucho por él y no se iba a quedar de brazos cruzados. Sabía todo lo que la joven había planeado y hecho tiempo atrás para hacerles daño pero todo era por su obsesión por él. Si iba y le pedía su ayuda quizás conseguiría algo. Definitivamente iría a la cárcel a verla, no perdería nada.


Al día siguiente Bright se encontraba en la academia. Su mente estaba dispersa, sabía lo que tenía que hacer pero no sabía como iba a reaccionar al tenerla en frente. Estaba sumergido en sus pensamientos cuando Pear entró, tenía clase.

-Hola Bright, tengo algo para ti.-Dijo la joven con el rostro triste.

-¿De qué se trata?

La joven sacó una bolsita de su bolso y se lo entregó. Bright la abrió y sintió su corazón romperse, era el anillo que le había entregado a Win el día que Gulf y Mew se casaron.

-Esto... Esto no puede ser.-Dijo Bright a punto de romperse a llorar.

-Lo siento Bright, Win me dijo que te lo trajera y que espera devuelta los documentos que te entregó firmados.

Bright no lo aguantó más y dos lágrimas salieron de sus ojos. Él que era un tipo inexpresivo, que no solía expresar sus emociones se encontraba allí, llorando frente a aquella joven.

-Bright ¿Te puedo decir algo?-Preguntó la joven.

El moreno asintió.

-No te rindas. Sé que Win te ama. Él está dolido, ha sufrido mucho en este tiempo y tu silencio lo terminó por hundir. Lucha por él y aún cuando creas que no puedes más, sigue intentándolo. Un amor como el vuestro no puede acabar por un malentendido. 

-Lo siento tanto Pear... Ahora entiendo porque Win te estima tanto. Eres una gran mujer y yo un maldito cobarde que prefirió callar y pensar lo que fuese antes que confiar en él.

-Aún no es tarde para rectificar. Sé que lo lograrás.-Dijo Pear ofreciéndole una sonrisa y entrando a clase.

Aquella conversación le dio el aliento que necesitaba. No iba a parar hasta hacer que Win lo perdonara, así se le fuese la vida en ello. Aquella molestia iba a volver a su vida costara lo que costara.


Cuando llegó el mediodía Bright se encontraba en frente de la prisión. Había llegado el momento de enfrentar a Nnevvy. Sin mucho que pensar se adentró.

-Buenas tardes soy Bright Vachirawit y me gustaría ver a una presa.

-Buenas tardes, dígame el nombre de la presa.

-Nnevvy Weeraya.

Tras unos minutos...

-Eso no va a poder ser joven.

-¿Por qué?

-La señorita Nnevvy Weraya abandonó la prisión hace unos meses por buena conducta.

-¿Nnevvy ya no está aquí?

-No, ella ya quedó en libertad.

Bright dio gracias y se marchó. ¿Dónde estaría Nnevvy ahora? Aquello hizo que una intranquilidad lo abordara. Primero porque ahora sería más difícil saber algo más de Pete y segundo porque todo este tiempo en libertad sin haber tenido noticias de ella le daba mala espina.


Al día siguiente Gulf llegó a Metawin. Aunque no tenía cabeza para nada debía de dar lo mejor de sí mismo como siempre. Tras un duro entrenamiento en el que participó Win también los chicos se encontraban en uno de los vestuarios.

-¿Cómo va el tema de Khalan?-Preguntó el menor.

-Pues tenemos varios abogados trabajando en ellos pero estoy intranquilo. No sé que pasaría si mi pequeño tuviese que irse con ese tipo.

-Tranquilo Gulf, todo pasará. Confía en ello.

-Y tú ¿Cómo estás?-Preguntó el pelinegro.

-Bien. Dedicándome en cuerpo y alma a Metawin como quería mi padre.-Dijo a modo de burla.

-Tu padre quiere que seas feliz.

-Bueno la felicidad viene y va.

-Bright está...

-Perdóname Gulf. No me interesa nada que tenga que ver con él. Y no es mi orgullo el que habla, es mi corazón destruido.-Cortó el menor.

-Te entiendo. Mew y yo intentamos llevarnos con cordialidad por el tema de Khalan pero luego no sé que pasará. No puedo quitarme esas imágenes de mi mente.

-Gulf, yo sé toda la verdad. No te dejes llevar por malentendidos y confía en Mew. Cuando amas a alguien debes confiar hasta que se demuestre lo contrario y por supuesto hablar las cosas y dar el beneficio de la duda. Creo que es lo menos que se merece la otra persona. Cuando sepas todo lo entenderás. Mi primo te ama con toda su alma y jamás lo había visto tan feliz como a tu lado.-Dijo el menor que en parte se refería a lo que le había sucedido a él con Bright.

Win tocó el hombro de Gulf y salió del vestuario. Gulf sintió paz con aquellas palabras. Aunque aún debía escuchar a Mew y conocer todo lo que sucedió, una parte de su corazón ya había perdonado a su marido.

Ahora, mi suerte ha cambiado. 2ª PARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora