Gulf y Mew llegaron a su hogar después de despedir a Malai. Estaban desolados. Gulf tomó una ducha y se metió en la cama ya que no había dormido nada desde el día anterior. Mew estaba aún en estado de shock. Se sentía fatal primero por no haber estado junto a su amado cuando recibió la triste noticia y segundo por pensar en dónde se encontraba.
Una parte de él le decía que debía sincerarse con Gulf y contarle toda la verdad de lo sucedido, pero otra no le dejaba hacerlo. Sabía que si lo hacía el menor no estaría tranquilo sabiendo que ahora le tocaría trabajar con él. Prefería buscar una solución por él mismo y evitarle otro problema a su hermoso Gulf.
Sin más el mayor siguió los pasos de su marido, se dio una ducha y lo siguió hasta la cama, dónde lloraron hasta quedar dormidos.
Una nueva semana comenzaba y Mew sabía muy bien que es lo que debía hacer. En cuanto llegó a la empresa buscó a su abogado y tuvo una larga reunión con él. No iba a permitir que Art volviese a hacer una cosa igual a la de la otra vez.
Por su lado Gulf llegó a Metawin, su aspecto era como poco lamentable. El señor Metawin que sabía a lo que se debió le ofreció el día libre, pero este no aceptó. Prefería estar distraído.
Win llegó con un ánimo similar. El chico que era pura alegría, no desprendía su esencia. Aunque conocía de menos tiempo a la joven también la quería mucho y como todos se le partía el alma al pensar en el pequeño Khalan que crecería sin sus padres.
-¿Cómo te encuentras Gulf?-Preguntó el menor.
-Sigo muy afectado, no te voy a engañar. He perdido a una persona que fue muy importante en mi vida y además dejó a un hijo que ahora se encuentra sin ninguno de sus padres. Ese tema me tiene realmente mal.
-Es muy triste todo esto. Pobre Khalan. Ahora debemos pensar en que no está solo, tiene a su familia y nos tiene a todos nosotros. Tiene muchos tíos que lo van a cuidar y consentir durante toda su vida.
-Gracias Win, sin saberlo me hiciste sentir un poco mejor.-Le regaló un abrazo al menor.
La jornada laboral terminó y Gulf se dispuso a salir de la academia cuando se encontró con Mew que llegaba en su coche.
-¿Qué haces aquí Mew? ¿Pasó algo?-Preguntó preocupado el pelinegro.
-Nada malo mi hermoso Gulf, mi abogado recibió una llamada del abogado de la familia de Malai. Nos precisan en su casa.
El menor se subió al coche sin tiempo que perder y se encaminaron hacia la casa de los padres de Malai. El camino fue tenso, ninguno de los dos se imaginaban para que debían acudir ante el abogado. Gulf no despegaba la mirada de la ventanilla, Mew le cogía la mano mientras conducía para intentar calmarlo.
Llegaron al lugar, estacionaron y se decidieron a entrar. Cuando entraron se encontraron con los padres de Malai, su abogado, el abogado de Mew, Khalan y una joven niñera. Rápidamente la niñera se marchó junto al pequeño.
Una vez quedaron solos el abogado de los padres de Malai comenzó a hablar:
-Gracias por venir tan rápido. Sé que es un momento muy doloroso pero hay un tema del que tratar.
-¿Mi hija tenía testamento?-Preguntó el padre de Malai.
-Lamentablemente a su hija no le dio tiempo a redactar uno, por lo que su casa y dinero serán para su hijo Khalan quién lo recibirá cuando cumpla su mayoría de edad.
Las lágrimas brotaban por los ojos de aquellos padres al recordar a su nieto.
-¿Y mi nieto? ¿Pasa a nosotros su custodia?-Preguntó la madre.
-Ese es el motivo de mi urgencia ya que es un tema que se debe resolver cuanto antes al tratarse de un menor. La señorita Malai no redactó un testamento pero si dejó indicaciones del futuro de su hijo en caso de que algo le ocurriera.
-¿Qué tipo de indicaciones?-Preguntaron los padres al unísono.
-Aquí tengo una carta que la joven me dejó. Me indicó que si fallecía se la entregara al señor Gulf Kanawut. En ella está su decisión en cuanto a la custodia del menor.
El abogado le entregó la carta a Gulf quién la cogió con manos temblorosas. Se quedó con ella en sus manos un largo tiempo sin saber que hacer.
-Hijo puedes leerla en la intimidad. Lo respetamos.-Comentó la madre.
-Sí, puedes entrar al despacho pero me gustaría saber una vez que la leas el futuro de mi nieto, por favor.- Le indicó el padre.
El pelinegro asintió, miró a su marido y este le devolvió una sonrisa tranquilizadora. Gulf se levantó del sofá donde estaba y se dirigió hacia el despacho. Una vez dentro cerró la puerta tras él y se sentó en un sillón que había. Como pudo abrió el sobre donde se encontraba la carta y observó que efectivamente se trataba de la letra de Malai. Las lágrimas volvían a salir de sus ojos.
"Querido Gulf si estás leyendo esto es porque ya no estoy con vosotros. Como bien sabes has sido una persona muy importante en mi vida. Durante los años que duró nuestra relación fui muy feliz y aunque el destino nos tenía preparado caminos distintos seguimos manteniendo una gran amistad.
Desde que nació mi pequeño Khalan he sentido el inmenso amor que le profesas. A pesar del engaño que sufriste por mi parte jamás te has separado de nuestro lado. También sé que Khalan te quiere con locura, que además de como un tío te ve como su verdadero padre y ese título te lo has ganado tú.
Es por eso que deseo qué la custodia de mi hijo sea para ti. Nadie mejor para criarlo y amarlo. Sé que mis padres le darían mucho amor pero ellos son ya mayores y algún día también le faltarán. Mi última voluntad sería cumplir el deseo de cumpleaños de mi amado hijo y que Gulf y Mew fueran sus papás.
Gracias por protegernos y amarnos. Ahora sé que si algún día falto mi hijo estará en muy buenas manos y será inmensamente feliz.
Te quiero, Gulf.
Malai."
Tras leer aquella carta el llanto de Gulf se intensificó. No podía creer que aquella joven ya no estuviera en sus vidas y menos podía creer que su deseo fuese que Khalan se quedara con ellos.
Cuando se repuso salió del despacho y le entregó la carta a Mew para que la leyera en voz alta para que todos los presente supieran la última voluntad de la joven.
Los padres de la chica lloraban aunque sabían que aquella era una sabia decisión. Cuando todos se calmaron el abogado habló de nuevo:
-Ahora la decisión es vuestra. Podéis aceptar y en una semana seréis los tutores legales del pequeño. Si por el contrario rechazáis, el pequeño pasará a disposición del familiar más directo. Como el padre está ausente sería a sus abuelos.
Gulf miró a Mew. Ahora eran un matrimonio y debían tomar las decisiones juntos. Sabía la gran responsabilidad que aquello suponía pero amaban a Khalan y el pequeño también los amaba a ellos.
-Por supuesto que aceptamos.-Respondió Mew sin dudar.
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Ahora, mi suerte ha cambiado. 2ª PARTE
FanfictionCinco años han pasado desde que la vida de Gulf y Bright se cruzó con la de Mew y Win. Su etapa de estudiantes quedó atrás y ahora deberán afrontar los problemas de adultos que la vida le presenta. 2ª PARTE de "Maldita sea mi suerte"