A Través De Las Memorias

Dulces momentos

   -Yo también te amo Austria-

La tricolor se torció un poco y juntó sus labios con los del austriaco en un tierno beso. Todo el ambiente tenía ese tono rosa tranquilo, sin llegar a ser hartante o chillón, por el contrarió, era muy tranquilo.

Austria abrazo más fuerte a México, apretándola contra él, creando una gran sensación de tranquilidad y armonía, como si nada más importará, todo en el mundo tenía solución si Austria seguia abrazando a México y dándoles a ellos la oportunidad de sentirse así de amados y protegidos.

Una alarma muy molesta sonó, interrumpiendo ese ambiente y sacándolos a ellos de su tranquilidad.

   -Venga, que ya es tarde-

De alguna forma, ese marcado acento hizo que un escalofrío recorriera su cuerpo, y aunque sabían que era el sentir de México, no dejaba de sentirse muy personal e incómodo.

   -Y bueno... ¿Quien tiene hambre?- dijo Bolivia tratando de aligerar el ambiente.

   -Shut the damn mouth (Cállate la maldita boca)-

Era normal que USA no estuviera de buen humor, estaba viendo en primera fila a su ex-"novio" y a su hermano dándose mimos en lo que probablemente era una mañana post-sexo. Y por si no podía ser peor, una parte de él se sentía muy tranquila, esa horrible parte que le hacía sentir todo lo que sentía México solo por estar en sus malditos recuerdos.

   -Ya, no estés asado USA, es una verdadera palta, pero ya que- dijo Perú

   -Tu báñate primero, todavía tengo sueño- murmuró la voz femenina entre las almohadas.

El bulto que pertenecía a Austria se movió un poco, para acto seguido salir de debajo de las cobijas, afortunadamente con la ropa interior puesta.

   -Ya te Vi desnudo muchas veces, no se por que insistes en ponerte la ropa interior en las mañanas-

Y no, no era su imaginación, México se estaba comiendo a Austria con la mirada, y por alguna extraña razón, se veía irremediablemente atractivo además de tener un gran atractivo sexual, lo cual era horrible para todos, pero especialmente para Reino Unido y España, aunque para Francia era un millón de veces peor, había Sido el el que los había juntado, si, pero no era un momento que disfrutará ver de a quienes crío.

   -Por la misma razón por la que tú llevas el corset en casa-

Eso le cerró la boca a la tricolor y dejo sorprendidos a más de uno. El de franjas rojas dió una sonrisita de victoria al mismo tiempo que se encaminaba a lo que suponían era el baño y justo antes de que cerrará la puerta la mujer hablo:

   -Como quisiera ser mecánico para meterle mano a esa maquina-

   -¡MEXICO!- fue el grito bastante avergonzado que salió del país, con eso, el recuerdo se desvaneció, llevándose todas las lindas sensaciones.

Muchos de ellos estaban sonrojados, Alemania sentía sus orejas arder en lo que sabía era un claro sonrojo, todas esas sensaciones no eran algo muy familiar para él y lo avergonzaban bastante, por lo menos no era un país tan reservado o con colores claros como Japón, él pobre había dejado casi totalmente atrás el color blanco de su rostro y ahora era un rojo casi tan fuerte como el círculo en medio de su cara, ellos por poner unos ejemplos pero casi todos estaban igual.

En su cabeza, todos agradecieron que un nuevo recuerdo no hubiera comenzado, dejándolos así en la completa obscuridad dónde nadie podía ver lo rojo de sus rostros ni sus gestos extraños.