Disculpas y trajes

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Cuando el recuerdo se fue, también lo hizo la sensación de resaca, ahora todos se preguntaban ¿Que carajos habían hecho para terminar así?. Pero eso era pregunta para otro recuerdo.

Estaban en un aeropuerto, limpio, pero se sentían nerviosos.

   -Al chile, no se si deberíamos estar aquí, ya fue hace mucho tiempo-

   -Estamos en el aeropuerto de Madrid-

Tenía sentido, todo estaba escrito en español, caminaban por la terminal del lugar, llevando pequeñas maletas a cuestas, y unos guardias de seguridad a sus espaldas, cuidando su integridad.

Estaban nerviosos y ansiosos.

Ella llevaba unos lentes negros, parecidos a los de USA, pero sabían que debajo de ellos, los colores morado y amarillo dominaban las pupilas ajenas.

   -ほら、少し変だとしても、きっとそうなるでしょう。その後は家に帰ってリラックスできます。 (Mira, de seguro lo hará, aunque sea un poco raro, y luego de eso podrás regresar a casa, relájate)-

Un translúcido Imperio Japonés caminaba al lado de la mexicana, cosa rara, ¿No se supone que los fantasmas volaban?.

Subieron al auto, y era como una tortura, si solo hubieran aparecido en el destino sería genial, pero ahora se los estaba tragando una ansiedad que de elevaba a cada segundo que pasaba.

Ahora, sin saber cómo habían llegado, estaban frente a un bonito edificio, mierda, se sentían como si fueran niños chiquitos a punto de ser regañados por sus papás.

   -Vinimos por las disculpas- dijo el político a su lado.

España del recuerdo hizo una pequeña mueca de desagrado, que, aún sin quererlo, les caló en lo más profundo de su ser.

España se sentía extraño, era raro sentir que tu propia mueca te calaba en lo más profundo, pero tambien estaba seguro de que él no lo había hecho tan pronunciado, saber que su hijo, hija, o lo que fuera, podía leerlo tan bien, lo lleno de orgullo y un poco de angustia, pues significaba que también podía leer emociones como está.

Estaban paralizados en su lugar, sintieron que no podían moverse.

En el recuerdo frente a ellos, Imperio Japonés le dió un pequeño golpe a su amiga... Cosa rara un golpe fantasmal.

   -私はあなたのそばにいるつもりです、あなたが私に会わなくても、これはあなたの大統領の愚痴の1つとして残ることがわかります (Yo voy a estar aquí, a tu lado, aún si no me ves, ya verás que esto quedará como una de las locuras de tu presidente)-

Tomo la mano derecha de la latina entre las suyas y suavemente, como un suspiro, desapareció de su vista. Era algo tonto, porque realmente no había una sensación física, pero su mano derecha se sentía cálida, con su mano izquierda México se quito sus letes de sol, revelando sus ojos con heterocromia. Tal vez ella tampoco quería alejarse de la sensación de calor que inundaba una de sus manos.

Sonrió en un gesto algo torpe y nervioso, queriendo aligerar el ambiente.

   -Yo se que es una lata, pero solo dilo para que podamos irnos de aquí-

Al ver como la mueca del español se intencificaba un poco, sintieron un nudo creciente en su garganta, sus ojos picaba y claridad estaba en su mente.

   «Él no va a hacerlo»

Incluso esa voz interior titubeó, porque, probablemente, hasta ese momento México no se había dado cuenta de que ocupaba escuchar esas palabras de la boca de España, el perdón se lo había dado hace muchos años, era algo que estaba implícito entre ellos, pero un pequeña parte de su ser no se había sanado bien, y solo ocupaba escucharlo.

A Través De Las MemoriasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora