Capítulo 44: La Conquista de Sarek: Batalla Final

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¡Boom!

La puerta de la ciudad había cedido completamente, el ariete la había reventado por completo cumpliendo así su tan importante cometido.

-¡Al ataque!¡Entrad en la ciudad, matadlos a todos! – gritó Eldriel.

La muralla también ha sido tomada. Ahora controlamos por completo el acceso a la ciudad desde nuestro territorio.

Los humanos, ante esta situación, decidieron huir para reagruparse y tomar posiciones más ventajosas de batalla.

-¡Kuk, conmigo! Los demás, maten a todo lo que se encuentren.

Bajamos por las escaleras matando a todo humano que intentaba escapar con el fin de terminar rápidamente la batalla.

Prácticamente no oponían resistencia, solo querían huir y salvar su vida. Ya nadie los apoyaba. Habían perdido la voluntad de luchar.

Así pues, pudimos bajar las escaleras mientras que nuestros números aumentaban enormemente a medida que pasaba el tiempo.

Lo más difícil ya está hecho (pensábamos todos).

-Dividíos, id por todas las calles y asaltad todas las casas, ¡vamos!

La matanza seguía su curso, ahora estaba en el punto más álgido. Caminé lentamente, saboreando el momento... sin prisa.

-Parece que ya se han organizado, lord.

-No importa Kuk, simplemente será más divertido matarlos. Juguemos un rato más con ellos.

Los humanos habían formado una defensa de manera que nuestro número no fuera importante. Y es que las calles en las que habían decidido defenderse no eran muy amplias que digamos.

Además había murallas dentro de la ciudad, no tan grandes como las del exterior pero por lo menos medirían 10 metros (sin contar que habían cerrado las puertas).

-¡Improvisad un ariete!¡Traed escaleras y cuerdas!

-¡No hay humanos en las casas, han huido todos! – advertían mis soldados.

Hmmm o se han refugiado dentro de esas murallas o deben haber abandonado la ciudad por completo.

-¡Seguid comprobando las casas, puede esconderse el enemigo y atacarnos por la espalda!¡Traedme el ariete joder! –ordené.

Mientras tanto en la puerta de la ciudad una pequeña formación de humanos intentaba contener nuestro avance.

Lanceros, arqueros y espadachines intentando ganar algo de tiempo para que los demás escapen a la muralla del centro.

Primero entraron los goblins, víctimas de la primera ráfaga de flechas de nuestro enemigo. Segundo... los mercenarios.

Entraron sin pensárselo dos veces, faunos, centauros y minotauros atacando a la vez y en todas las direcciones.

Quizá no era lo más inteligente pero sí hacían un muy buen uso de su fuerza.

Poco a poco fueron entrando los trolls y ogros que faltaban y destrozaron todo a su paso. Los humanos eran incapaces de defenderse de ellos.

Ambas razas tienen una fuerza y resistencia tremenda, sin contar el gran poder de regeneración que tienen los trolls.

Con la defensa de la puerta aniquilada y el resto del ejército en la ciudad entraron Eldriel y sus elfos.

Triunfantes caminaban ordenados y sin prisa, sin mancharse las manos, con la cabeza en alto y levantando sus estandartes.

-Esas dobles murallas nos retrasarán, pero la ciudad está perdida - sentenció Eldriel mientras observaba los cadáveres de los humanos.

Este nuevo muro dividía la ciudad en norte y sur, incluso me atrevería a decir que la parte rica de la ciudad se encuentra ahí...

Con la mitad de la ciudad en nuestras manos tenemos que apresurarnos por atacar, no podemos dejar que huyan o mucho peor que reciban ayuda.

Una vez volvimos a ordenarnos y tomar posiciones comenzamos de nuevo el asalto.

Ahora había tres puertas, de una calidad inferior a la principal, y tenían muchos menos soldados.

Eldriel mandó utilizar el ariete en la puerta este de dentro de la ciudad.

Los demás tendríamos que apañárnoslas con nuestro ingenio para improvisar uno o entrar de otra forma.

Junto a Wonj optamos por utilizar a los ogros como arietes, ordenando que aporrearan la puerta a los que portaran un mazo, hacha o similar.

Al mismo tiempo intentaríamos trepar por las murallas utilizando nuestras cuerdas y aprovechando las escaleras que habíamos utilizado antes (eso sí, realizando un ajuste antes ya que eran muy grandes).

Aprovechando que los superábamos en número nuestros arqueros nos cubrían de los suyos para evitar que nos atacaran libremente.

Las puertas no tardaron en ceder y ahora sí pudimos entrar a la otra parte de la ciudad.

Tan solo pudimos encontrar un par de locos que se habían quedado en sus casas pensando que iban a poder proteger sus riquezas, todos los demás habían huido...

Ni en el castillo había nadie, estaba todo vacío.

¿El botín? Podríamos decir que lo más valioso se lo habían llevado pero todavía habían cosas de valor, sin duda huyeron a toda prisa.

Terminamos matando y apresando a los soldados que quedaban en la ciudad hasta ocuparla por completo. El proceso fue rápido pero el resultado no salió del todo como esperábamos.

Al menos perdieron a la mitad de su ejército, de eso no me cabe duda, pero nosotros también tuvimos muchas bajas...

Aún así, tan pronto como aseguramos la ciudad nos pusimos a trabajar.

Los mercenarios se ocuparían de perseguir a los soldados y ciudadanos que habían huido mientras que los demás buscaríamos todo aquello que fuera de valor o utilidad.

Además mandamos varios exploradores a inspeccionar el territorio.

Y lo más importante... ¡desde ese momento Sarek era nuestra!

Acabábamos de conquistar una fortaleza perfecta a nivel estratégico en la que podremos atacar a los humanos y protegernos de nuestros enemigos.

Sarek se acababa de convertir en nuestra fortaleza y punto de entrada principal frente a nuestros enemigos.

Me: GoblinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora