Clear •• Brallon

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El día siguiente...

¿Qué sucedía hoy? Brendon había llegado al aula de clase y se sentó en su sitio. Mientras esperaba a Tyler —su pareja de laboratorio— hablaba con Jenna que se encontraba detrás de él. Tiempo después Joseph apareció en la escena, pero no se sentó a un lado del azabache como solía hacer, sino que se dirigió al lado opuesto del laboratorio y ocupó una mesa en la que aún no había estudiantes. Totalmente extrañado por aquel movimiento, Urie únicamente siguió charlando con su amiga hasta que el profesor dio por iniciada la clase y se acomodó en su silla.

Pero eso no era todo. La siguiente clase y la otra fue igual, incluso cuando la profesora de Exploración los sacó del salón y los llevó al jardín que conectaba la Facultad de Ciencias Químicas con la de Biológicas, Tyler no se acercó a Brendon ni a Jenna. El pelinegro supuso que ese día no estaba de humor para andar con los mismos de siempre, pero en el tiempo libre que les quedó de la última clase el castaño tomó a Black de la muñeca, se la llevó y ambos comenzaron a hablar.

Pudo haberlo dejado así, mas Brendon nunca pensó que el problema sería él. Es decir, intentó acercarse a él y soltó uno de sus chistes que nunca causaban gracia a los otros, pero la reacción por parte de Joseph fue distinta a la común; Tyler rodó los ojos, bufó y se dio la vuelta como si el simple hecho de compartir espacio con Brendon lo fastidiara. Y eso hizo al menor sentirse excluido, fuera del momento, como un intruso. Por esa razón, regresó a su asiento y esperó la indicación de salida.

Cuando ese momento llegó, Jenna y Tyler se adelantaron. Urie únicamente pasó por alto eso. Lentamente salió del aula y caminó en dirección a su casillero. Depositó los libros y los cuadernos que no necesitaría para la tarea antes de cerrar la puertilla y colocarle el candado. Se colgó la mochila en los hombros, dispuesto a irse, pero recordó que decía esperar a Jenna. Decidió darse prisa y se fue al estacionamiento a buscar el auto de la chica, sería mejor si la esperaba ahí.

Minutos más tarde, se sintió un poco nervioso al ver que Jenna llegaba y Tyler a su lado estaba. En cuanto ambos chicos se miraron, el de nariz bonita frunció los labios y desvío sus ojos de los grandes de Brendon. Éste último se hizo pequeño y bajó la mirada. ¿Por qué Tyler le hacía gestos al verlo?, ¿qué había pasado?, ¿qué lo hizo enojar esta vez? No importaba lo que fuera, Brendon iba a saberlo.

Se incorporó —había estado apoyado en el cofre del auto plateado de Jenna— listo para dar sus firmes pasos hacia su amigo. Ese decidido caminar llamó la atención de la rubia, su expresión tornándose vacilante, y al final logró que el basquetbolista lo miraba también. Tyler alzó una ceja al encontrarse con sus destellantes ojos reflejando su valor. A una considerable cercanía, el más bajo se detuvo y mantuvo la barbilla en alto mientras le hablaba al chico.

— ¿Por qué estás evadiéndome?, ¿qué te ocurre?

Tyler puso una mano en el hombro del chico, lo hizo retroceder un poco y lo soltó, limpiando después su mano en su propia camisa de franela color verde y negro. Con tal acto, Brendon se sintió ofendido y su entrecejo se arrugó. Definitivamente el castaño tenía un problema y se relacionaba con él.

— No lo sé. — Indiferente, Joseph alzó los hombros. — Tal vez estoy cansado de hacerte sentir menos. Tal vez me he aburrido de hacerte la vida miserable y quiero encontrar a otro que se queje menos de mi actitud egocéntrica. Suena bien eso, ¿o no? — Su tono de voz era sarcástico, pero su mirada fría era la peor parte. Pareciera que aquellos años de amistad se hubieran borrado de su memoria. Mejor dicho, era como si las cosas se le hubiesen volteado y ahora pensara que su mejor amigo era su enemigo.

¿Por qué?, se preguntó Brendon mentalmente. ¿Qué había hecho a Tyler pensar así?

— ¿De qué cosas hablas? Tyler, ¿ya olvidaste que somos amigos? — Preguntó con el desánimo bailando en su voz.

El más alto soltó una risa seca.

— Ah, ¿todavía lo somos? Vaya, creí que no querías estar con alguien que te opacara todo el tiempo. — Dijo con esa sonrisa fingida.

Urie negó incrédulo.

— Basta, ¿por qué dices cosas así? ¿Qué te hice yo para que me hables de esa manera?

Tyler dio un paso hacia él y lo tomó del cuello de la chaqueta de mezclilla que llevaba puesta. Sorprendido, Brendon apenas pudo reaccionar con sus manos sobre las del otro para quitárselas, pero su opuesto era más fuerte, más alto y más intimidante. Urie pasó difícilmente saliva por su garganta.

— Ya lo sé todo. Sé lo que piensas de mí. — Dijo fríamente. — Crees que busco llamar la atención de todos, que lo único que importa para mí soy yo y nada más yo. ¿No es así, Brendon? ¿Vas a negar la verdad?

— Ty, ya para. — Jenna decidió intervenir y tomó al nombrado por los hombros, alejándolo del indefenso pelinegro. — Oigan, no sé qué ha pasado entre ustedes, pero no deberían arreglarlo así. Son amigos. Somos amigos los tres. No hay que pelear entre nosotros.

— Te equivocas, Jenna, querida. Éste — Apuntó a Brendon. — no es mi amigo si me considera un patán cuando él es un hipócrita.

Los labios del de tez blanca temblaron un poco, por lo tanto, los apretó e ignoró el nudo que se le formó en la garganta. Si lloraba en ese momento, se vería más patético de lo que ya hacía. No obstante, la de ojos azules notó su estado y rápidamente se acercó a él. Lo tomó la muñeca y lo condujo a la puerta del copiloto de su auto mientras sermoneaba al mayor.

— Cállate, Joseph. Cualquiera que sea tu conflicto, no tienes justificante para hablarle así a quien se supone que es tu amigo. Estoy segura de que Brendon es inocente de lo que lo acusas, así que no permitiré que lo humilles en este estúpido estacionamiento. Cuando pienses claramente, te dejaré hablar con él. — Entonces subió a su auto y una vez que ambos pasajeros se colocaron el cinturón de seguridad, ella encendió el auto y salió de ese lugar.

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