Aferrándose a la chaqueta que colgaba en uno de sus antebrazos y manteniéndose cabizbajo, Brendon salió del ascensor, ubicándose pronto en el vestíbulo y caminó directamente hacia la salida del edificio. Luego de su llamada, había esperado en aquel rincón del tercer piso a que su transporte llegara y apenas recibió el mensaje de esa persona, se apresuró a bajar.
Fue muy sencillo reconocer el auto de su mejor amiga, sin mencionar que pudo identificarla rápidamente por su cabello rubio y su figura alta y delgada a un lado de su vehículo. De hecho, ella parecía una modelo con las gafas de sol colocadas en su cabeza, evitando que el cabello se le viniera a la cara. Jenna, al verlo mejor a medida que él se acercaba, figuró una mueca de compasión y extendió los brazos, lista para recibirlo y rodearlo. Y Urie, ya que se trataba de una persona de gran confianza, buscó refugio en ella y también la abrazó. El gesto le cayó muy bien, pues vaya que se había llevado un susto hacía unos minutos allá arriba.
— ¿Hablamos en el camino? — Preguntó su amiga, a lo que él asintió. Se apartaron, subieron al auto y se colocaron el cinturón de seguridad. Black encendió el motor y movió su vehículo, alejándose de aquel edificio del terror y de ese modo calmando los nervios de su copiloto. — ¿Y bien?, ¿qué tal sucedió todo?
— Tan mal que tendré pesadillas esta noche y el recuerdo de su cara será la causa. — Dijo, mirando por la ventana y cubriéndose a sí mismo con su holgada chaqueta a medida que se acomodaba lo más que podía en el asiento. — Creo que imaginé todo excepto lo que realmente pasó.
— ¿Y qué fue eso? — La linda conductora jamás despegó su vista del frente, pero no era necesario para ella el voltear para saber en qué estado se encontraba el más bajo. Su tono de voz lo delataba.
— Bueno... — Los siguientes cinco minutos el pelinegro los usó para poner a la otra al corriente de los recientes hechos y ésta escuchó atentamente, asintiendo y variando sus expresiones faciales durante el relato.
Al terminar, la más alta exclamó sorprendida.
— Oh, por todos los cielos. ¿Enserio lo hizo?
— Sí, Jenn. — Contestó él desganado. — Y aún así me siento terrible. O sea, fue lo correcto defenderme, pero yo quería salir de ahí con la barbilla en alto y sintiéndome orgulloso de la forma en la que lo enfrenté, no como una niñita corriendo por su vida.
— Eso no es relevante ahora, lo bueno es que pudiste huir y él no te siguió.
— Tienes razón.
Entonces se hizo el silencio. Faltaban pocos minutos para llegar al edificio en el que Brendon residía, así que aprovecharon el tiempo para procesar la información de hacía unos momentos y luego, antes de lo que esperaban, ya estaban llegando a la calle indicada. Cuando el auto se detuvo, ambos personajes se miraron. El ojimarrón trató de sonreírle a la otra mientras me agradecía el viaje, pero ella lo llamó y lo frenó de bajar del auto.
— Oye, ¿qué piensas hacer ahora? — Le preguntó intrigada con una voz tan seria que confundió a su opuesto.
— ¿Sobre qué?
— Lo de Tyler. — Dijo en tono obvio. — Bren, no puedes simplemente ignorar lo que pasó. Él intentó hacerte daño. ¿No te parece motivo suficiente para acusarlo ante las autoridades o algo así?
El menor negó, riendo sin gracia y desviando la mirada.
— No quiero hacer eso. Prefiero tan sólo dejarlo como está e ignorarlo. — Respondió inseguro, cruzando sus brazos con incomodidad. — ¿Para qué hacer más grande el problema?
— Al contrario, podrías terminar con todo de una vez, recibir protección y asegurarte de que no le haga eso a otra persona.
— A nadie odia tanto como a mí, dudo que vuelva a hacerlo.
Ya que no tenía ánimos de insistirle a su necio amigo, Black rodó los ojos y se rindió por ahora.
— Bien, si así lo quieres. Al menos piénsalo mejor, ¿sí? — Apenas Brendon asintió lentamente, la chica retomó su sonrisa y le ayudó al contrario a quitarse el cinturón de seguridad. — De acuerdo, nos vemos después. Si vuelves a necesitarme, llama y ahí estaré.
— Gracias otra vez, Jenn. Sabía que podía confiar en ti.
— Ajá. — El de cabello azabache ya estaba fuera del auto, de pie en la acerca y veía a su única amiga a través de la ventana del auto. Dado que el vidrio estaba algo bajo, él pudo escuchar lo que la ojiazul le dijo antes de mover los cambios e irse de ahí. — Por cierto, otro día tendrás que contarme cómo te fue en tu viaje en motocicleta acompañado de Weekes.
Con las mejillas ligeramente coloradas, el de corta estatura sonrió apenado y se dio media vuelta dispuesto a entrar al edificio y subir a su apartamento para descansar.
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Clear •• Brallon
Fanfic«Te amo. ¿Acaso no es lo suficientemente claro?». Dallon Weekes recibió de pronto un mensaje de 'Brendon Urie'.