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El mismo día...

— No, este no es mi número. — Aclaró en voz alta. Sacó también su celular y le mostró al contrario la pantalla revelando su propio perfil en aquella app manejada con su número telefónico, cuyos dígitos eran totalmente diferentes a los que Dallon tenía registrados. — Jamás hablaste conmigo. ¿Lo ves? — Ahora le mostró las recientes conversaciones y en ninguna se leía el nombre del ojiazul. — No era yo.

— Entonces ¿quién...? — Weekes tomó de vuelta su teléfono y leyó los viejos y olvidados mensajes, mismos que ahora no le parecían más que una farsa. Revisó también la galería y no se impidió preguntar sobre eso. — ¿Qué hay de las fotos?, ¿cómo pudo la persona enviarlas? Parecían ser tomadas en tiempo real.

— Buen punto. Déjame ver. — Pidió el menor. Aprovechando el momento, Dallon se acercó más a él hasta estar hombro con hombro. Brendon no prestó atención a eso por ver las fotografías que el farsante le había enviado al castaño. Su entrecejo estaba fruncido y tal vez no se daba cuenta, pero estaba apretando los labios de tal modo que el más alto se sintió tentado. No obstante, la voz grave de Urie lo distrajo de esos pensamientos. — Bueno, esto es escalofriante.

— ¿Qué?

— La mayoría de esas fotos me las ha tomado Jenna, la chica rubia con la que estaba antes. — Comenzó su explicación. Dallon, al oírlo hablar de la rubia, sintió su garganta algo ácida y no pudo evitar alzar una ceja, lo cual Brendon no notó. El azabache estaba muy concentrado en el caso de su impostor o impostora. — Y las selfies se supone que sólo las tengo yo en mi teléfono.

— ¿Dices que tu amiga robó tus fotos y usó las que ella tenía en su teléfono para hacerse pasar por ti fingiendo estar interesado en mí? Suena estúpido.

— Demasiado, pero Jenna no haría algo así. — El que la defendiera sólo empeoraba lo que Dallon pensaba de la chica. — Ella es muy lista y amable, es la persona más linda que he conocido. No creo que ella haya hecho esto, no tiene sentido.

El mayor asintió lentamente a medida que bajaba la mirada.

— Entiendo. Ella es... especial para ti, ¿cierto?

Finalmente Brendon supo lo que le ocurría al otro y rió bajo justo antes de colocarle una mano en el hombro. El tacto hizo a Dallon abrir los ojos ampliamente y mirar al de lentes fijamente, incluso tragó difícilmente saliva por su garganta y se sonrojó.

— Oye, basta. No soy yo quien te gusta, ¿sí? Comprende que una persona te mintió y se hizo pasar por mí. No conoces a quien te flechó, eso es lo que sucede.

— No, es que aún no puedo creerlo. — Estaba en negación. — No quiero creer que todo esto — Señaló el teléfono, haciendo referencia a los mensajes. — fue un engaño. Es muy estúpido que me haya enamorado de una persona mentirosa, falsa, cruel. ¿Por qué alguien haría eso?

Al oír su opinión, Urie lo compadeció. No conocía mucho a Dallon, pero evidentemente la estaba pasando mal y Brendon no quería ser un insensible con él. Ya que su mano seguía en su hombro, la pasó a su espalda y le masajeó como consuelo. El ojiazul, en cambio, cerró los ojos al sentirlo e interpretó aquello de otra manera. Bien, quizá lo que sucedió en el chat nunca fue verdad, pero sí era cierto que el Brendon real le gustaba aún sin conocerlo muy bien.

— Agradece que al menos ya sabes la verdad y no avanzaron demasiado las cosas. — Decía el menor. — Aparte, no te conviene estar enamorado de mí. No busco pareja, prefiero enfocarme en la escuela y nunca tengo tiempo para salir. Mejor busca a alguien que sí te preste atención y que no sea tan aburrido como yo.

Dallon rió bajo.

— Tienes razón en eso de que tú no eres el Brendon que "conocí" en estos meses, pero, para tu mala suerte, sigo sintiéndome atraído por ti. — Confesó encarándolo. Ante su determinación, Brendon se hizo pequeño. — Me gusta tu sonrisa, me gustan tus ojos, tus labios, tu voz, tus manos. Tal vez esto es una segunda oportunidad, aún puedo conocer al verdadero Brendon Urie ahora que estamos aquí hablando.

— Espera, no estás...

— Sé muy bien que no sientes nada por mí y quizá, no sé, piensas que soy un chico raro que en estos momentos parece un loco, pero... — Acercó una mano lentamente a la del más bajo, esperando que no la apartara. — no deberíamos dejarnos engañar por las primeras impresiones.

Ante eso que dijo, más el hecho de que sus dedos rozaban los ajenos, Brendon desvió sus ojos de los suyos con un ligero rubor en el rostro. Ambas manos se tomaron, aunque el de Químicas no se atrevía a sostener firmemente la contraria. Por alguna razón, sentía vergüenza y al mismo tiempo una pequeña llamarada queriendo encender todo su corazón.

— Por favor, no sigas. — Pidió negando, todavía sin poder mirar aquel par de azules. — Ya te dije que no quiero nada contigo.

— Sólo una oportunidad.

— No, lo siento. — Se soltó rápidamente y se levantó. — Por cierto, me harías un enorme favor si borras mis fotos de tu teléfono.

— Pero...

— Si quieres que confíe en ti, haz lo que te pido. — Insistió.

Entonces Weekes asintió rendido.

— Sí, lo haré.

— De acuerdo. Uhm, me apena mucho lo que te ha pasado — Dijo con delicadeza. — y sólo porque estoy involucrado voy a ayudarte a descubrir quién es el farsante. Jenna me está esperando en la cafetería. — Recordó en voz alta. — Iré allá y le preguntaré al respecto.

— Bien, suerte con eso.

— Gracias. — Echó un último vistazo al apuesto muchacho que seguía sentado en la banca del jardín. — Uhm, ¿estaría bien si nos vemos en esta mesa mañana a la misma hora? — Dallon lo miró enseguida, incrédulo. — Para hablar sobre esto de los mensajes y la persona responsable, obvio. — Aclaró rápidamente.

Frenéticamente, el deportista asintió sonriendo.

— Sí, claro, para eso. Está bien.

— Genial. Entonces, uhm, adiós. — Agitó su mano para el otro como despedida mientras ya caminaba lejos de él.

Dallon lo vio desapareciendo del lugar, marchándose y yendo en camino a reunirse con su amiga de grandes y bellos ojos azules. ¿Tenía alguna oportunidad de competir con ella por Brendon?, porque si la tenía, la iba a aprovechar y conquistaría al auténtico Urie en persona.



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¿Cómo ven a este "nuevo" Brendon?, ¿y qué opinan de Jenna?

Clear •• BrallonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora