13

139 20 25
                                    

Un par de días después...

Desde el día en que hablaron de Joseph, Brendon no había respondido a Dallon. El deportista no tenía idea de qué había pasado, porque no sólo Urie, sino también el chico de imperfecta dentadura dejó de asistir a los entrenamientos de basketball. Los chicos del equipo de Ciencias Químicas le habían contado que Tyler no había asistido a clases y que no les sorprendía que también faltara al entrenamiento; ellos suponían que Joseph estaba enfermo, pero Dallon no.

¿Cómo se habían dado las cosas cuando Tyler y Brendon hablaron?, ¿acaso hubo un problema?, se preguntaba una y otra vez. Esas dudas lo distrajeron durante toda la práctica, su bajo desempeño siendo el resultado de esto. Al terminar de cambiarse en el vestidor y arreglar sus cosas, revisó su teléfono, pero no encontró nada. No más mensajes de Brendon. Eso le robó un largo y triste suspiro.

De pronto ya estaba caminando hacia el estacionamiento para subir a su motocicleta, largarse a casa y echarse en su cama pensando en tantas cosas relacionadas a la persona que tanto le gustaba. Sin embargo, sus planes cambiaron drásticamente al divisar a dicha persona sentada en una banca con su móvil en manos. O sea, Brendon tenía batería y señal en su teléfono, ¿y no se dignaba a responderle los mensajes? Teniéndolo cerca no iba a dejar pasar esta oportunidad. Además, Tyler no estaba ahí y eso era una ventaja.

— Uhm, hola. — Saludó cuando estuvo frente a él y observó con atención los sutiles movimientos que hacía al levantar la mirada, gesticular en extrañeza al verlo y sonreír a medias.

— Ah, tú. Hola. — Respondió con una voz distante.

A decir verdad, su frialdad al hablar había hecho sentir nervioso al castaño. Pero esto no le impidió sentarse al lado del chico y continuar hablando ya que Urie no parecía tener inconveniente alguno con ello.

— Oye, ¿qué fue lo que sucedió con Tyler?, ¿hablaste con él ya?

Al instante, el de lentes apretó la mandíbula y negó. Guardó su teléfono en el bolsillo de su sudadera negra y se cruzó de brazos.

— No quiero hablar de él.

Dallon alzó las manos mostrando inocencia.

— Está bien, como digas. — Después de eso, no supo cómo seguir. La impresión de estar entablando una conversación real, cara a cara con ese muchacho aún no se le pasaba y aunque tenía en mente tantas cosas de las que podrían hablar, no soltaba nada. Así, Brendon se le adelantó.

— Oye, — Sus brazos bajaron y sus hombros perdieron la tensión de hacía unos segundos. Dallon lo miró en cuanto lo escuchó. Aquel ojimarrón le veía con la cabeza un poco ladeada, su media sonrisa y los ojos llenos de curiosidad. — tu nombre es Dallon, ¿cierto?

Él rió por lo bajo.

— Claro, qué pregunta tan boba.

Brendon frunció el ceño.

— ¡Oye! — Reclamó.

— Uh, ¿lo siento? — Honestamente, la indignación del otro lo confundió.

— Bien. — Un azabache suavizó su rostro y luego suspiró mirando al suelo. — Esto es extraño. Estoy sentado al lado de un tipo que conocí gracias al sujeto con el que ahora tengo un problema. Qué genial es esto. — Exclamó con sarcasmo.

— ¿No te alegra que esté aquí? — Interrogó inseguro, una ceja suya alzándose.

La cabeza de Brendon negó a la par que sus pies se balanceaban uno tras otro, cosa que le pareció de lo más tierna al deportista.

— No es eso. Es que... charlando contigo recordé el otro día que nos vimos. Ahí estaba Tyler y pensar en él es lo que menos quiero hacer.

Dallon sintió su corazón dar un vuelco.

— ¿Sí lo recuerdas?

Brendon asintió casualmente.

— Sí, perfectamente. — Ambos callaron un momento y fue Urie quien rompió ese silencio. — Tú no tuviste nada que ver en eso, ¿verdad? — Cuestionó con una mirada fulminante puesta en el otro. — No fuiste tú quien le habló mal de mí a Tyler, ¿o sí?

Weekes negó repetidas veces, temeroso del tono amenazante del delgado azabache.

— No, jamás haría algo así. Lo que menos quisiera es causarte este tipo de situaciones a ti. — Contestó rápidamente.

El menor arqueó su ceja derecha.

— Más te vale, chico bonito. — Brendon había usado ese apodo como burla hacia el otro, refiriéndose a su imagen de clásico galán rompecorazones.

No obstante, el de ojos azules recordó sonriendo todos esos apodos que Brendon le había puesto en el tiempo que hablaron por chat. Por alguna razón, este de «chico bonito» le gustaba más, parecía más original que los otros. Quizá la razón era que este apodo lo había oído salir de sus propios labios y con su grave voz.

No queriendo quedarse sin nada, Weekes actuó rápido y en cuanto la mano de Brendon descansó sobre la madera de la banca, él puso la suya encima. El contacto duró apenas un segundo ya que el de menor altura apartó la mano rápidamente y sus confundidos ojos se posaron sobre los nerviosos azules; para Dallon el roce había sido suficiente para sonrojarlo, pero en Brendon tuvo un efecto diferente. ¿Un chico atractivo y popular trataba de crear una escenita romántica junto a él?, se preguntaba el pelinegro extrañado.

— Brendon, — El castaño se acercó más a él aunque inmediatamente el de anteojos se alejó. — umh, sé que te da pena todo esto, pero necesito hacer contacto contigo. He esperado mucho para hacerlo y ahora no quiero que salgas corriendo por eso. Siquiera inténtalo, por favor.

— Intentar, ¿qué?

— Ignorar lo que los demás piensen si nos ven. No pasará nada malo, nadie te odiará ni te rechazarán si obedeces a tu corazón.

Brendon se levantó para irse de ahí, pero Dallon lo tomó de la mano y evitó que se fuera. Sus ojos azules suplicaban que se quedara, lo cual hacía sentir aún más raro al más bajo.

— Oye, eres lindo y muy agradable, pero no quiero algo así contigo. — Se atrevió a decirlo. — Y no lo digo porque quiera aparentar algo que no soy, simplemente no me siento atraído por ti. Lo lamento.

Finalmente pudo soltarse del agarre contrario y con una mirada de disculpa, retrocedió hasta darse la vuelta y perderse por otro lado lejos de su pretendiente. Y Dallon, ahora portando un corazón roto y confundido, quedó en la banca mirando a la nada y sintiéndose un perdedor. Entonces, ¿Brendon jamás sintió algo por él o lo rechazó porque estaban en un lugar donde cualquiera podía verlos?

Esa duda no lo dejó dormir por esa noche.



••

La semana pasada olvidé mencionarles que los capítulos ahora serán narrados, ya no habrá más mensajes, oops (?

Clear •• BrallonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora