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Esa misma tarde...

Al verlo de ese modo, suspiró sin remedio y se sentó a su lado desganado.

— Lamento ser tan grosero. — Inició Brendon algo molesto consigo mismo por tratar tan mal al otro. — Jenna me tomó por sorpresa con esto y no supe de qué otro modo reaccionar.

— Jamás había conocido a una persona que me rechazara tanto. — Confesó Dallon sin mirarlo.

— No lo entiendo. ¿Por qué estás tan aferrado conmigo a pesar de todo?

— No lo sé, es que — Se encogió de hombros rápidamente. — es atrayente.

— ¿Eh?

— Tú eres muy atrayente, generas curiosidad en mí. Insisto contigo porque eres el primero que me dice que no y eso, de alguna manera, es emocionante. No eres como las otras personas que, apenas comienzo a coquetearles, caen fácilmente y se vuelven predecibles. De ti nunca sé que esperar, lo cual me parece genial. — Al finalizar, presumió de una amplia sonrisa que hizo a Brendon sonreír también, aunque no tanto.

— Yo soy nuevo en estas cosas. Usualmente los chicos o las chicas que se acercan a nosotros lo hacen por querer salir con Jenna o con Tyler, nunca conmigo. Soy el menos solicitado del grupo. No estoy acostumbrado a que me sigan, me inviten a cenar, me lleven a casa o me halaguen demasiado. — Declaró sin siquiera pensarlo mucho. Quizá sonaría absurdo, pero sentía que podía decirle cualquier cosa a Weekes y aún así no habría problema alguno. — Desde hace mucho decidí no perder mi tiempo con esas boberías del amor, sino concentrarme en lo que realmente es importante que son mis estudios y mi reputación como el mejor de la clase. — Se giró hacia el de ojos azules lentamente para decirle: — Verás, no quiero que resultes ser un obstáculo en mi meta del cual tarde o temprano deberé deshacerme.

— Jamás sería un obstáculo para ti. — Dijo el de mayor estatura y se atrevió a tomar una mano del de Químicas. — No quiero distraerte ni mucho menos, sólo quiero conocerte y ser quien te dé el apoyo cuando más lo necesites. Quiero ser útil para ti, no una carga.

— Aún si te diera la oportunidad, no sabría qué hacer. Para empezar, no tengo nada de experiencia. Segundo, ni siquiera sé si me gustan los chicos o las chicas, no me he detenido a pensarlo. Y por último, no creo que el que ambos salgamos sea lo más conveniente en estos momentos.

— ¿Por qué?, ¿estás en exámenes o...?

— No es eso. — Negó algo exasperado y luego rascó un poco su nuca antes de continuar. — Es por Tyler.

El castaño se sintió perdido y tuvo que preguntar.

— ¿Qué hay con él?

— Aún no sé por qué se hizo pasar por mí para enamorarte. No sé si quería burlarse de ti o de mí, pero también está la posibilidad de que, bueno, no sé... — Desvió la mirada hacia los frondosos árboles verdes. — Estuve pensando y tendría sentido si digo que quizá tú, uhm... le gustabas a él.

— ¿Yo a él?, — Frunció el ceño. — ¿por qué crees eso?

— N-No lo sé, es que eres el tipo de chico en el que él se fijaría y... — Soltó aire con cansancio. — Lo conozco desde hace un par de años, sé cómo se comporta con las personas que le gustan y era la misma conducta que tenía cuando estaba contigo, o al menos eso noté ese día cuando nos presentó al terminar su entrenamiento. Si le gustabas, tal vez se dio cuenta de que tú no sentías lo mismo por él, sino por... por mí, y... — Alzó un hombro con desdén. — Y simplemente decidió fingir ser yo para que tú, de un modo u otro, le dieras un poco de tu atención.

— ¿Por qué tendría que hacerlo pretendiendo ser tú cuando pudo siendo él mismo?, ¿tan baja autoestima tiene?

— Tal vez. Lo que sea, Dallon, — Se dirigió a él apenado. — no quiero iniciar nada contigo hasta aclarar este loco y estúpido asunto con Joseph. Hay algo entre nosotros dos que tú desconoces y no deberías saber, así que, por favor, — Le tomó la otra mano mirándolo fijamente. — mantén tu distancia conmigo.

— Brendon...

— Hablaré con Tyler. — Se decidió tan pronto. — Lo enfrentaré yo mismo si eso es lo que quiere. Jenna trató, pero no consiguió nada. Yo podré hacerlo, a mí me lo explicará todo.

— ¿Estás seguro?

— Sí. — Asintió. — Hoy en la noche iré a su casa y le exigiré respuestas claras. Mañana te pondré al tanto, ¿okay? — Le sonrió un poco con algo de timidez. — Ahora, ¿podrías llevarme a mi casa?

— Ah, ¡claro! — Weekes dio una rápida respuesta y asintió frenéticamente sonriendo como un tonto. — Ven conmigo, mi motocicleta está cerca de la cancha donde entreno.

— Okay.

Urie siguió al opuesto cuando ambos se pusieron de pie y caminaron lado a lado, manteniendo un poco la distancia. Cinco minutos después, ya estaban frente al vehículo del más alto, el cual era una Keeway con un diseño convencional, pero atractivo e instrumentación moderna, destacable por su bello color plateado. Dallon sostuvo el único casco que tenía y se lo puso a Brendon, haciéndolo reír bajo, antes de ayudarlo a montarse en la parte de atrás.

El castaño se colocó adelante y encendió la motocicleta. El ruido espantó un poco al de piel pálida, quien dio un brinco y sintió su corazón latir a mil por hora. Aprovechando la ocasión, Dallon tomó las manos del otro e hizo que lo rodeara del torso con sus brazos, diciendo:

— Si te sujetas así, las probabilidades de caerte serán menos.

Dada la indicación, el temeroso Brendon se aferró más a su cuerpo y cerró los ojos a la vez que apoyaba su cabeza en la espalda ajena. Era la primera vez que viajaba así y lo calmaba un poco recordar que era Dallon quien estaba con él; no sabía por qué, pero sospechaba que estando a su lado, nada malo le pasaría.



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No sé de motocicletas, saqué la información utilizada de un catálogo xd

Clear •• BrallonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora