Clear •• Brallon

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Tres semanas después...

- Dos horas y media. - Musitó bajo antes de alzar un poco más la voz. - Dos horas y media y no responde. ¿Debería enviarle otro mensaje?

Tyler, a quien Dallon se dirigía, se roció perfume en el pecho y luego lo miró cuestionando.

- ¿Qué tanto dices?

Weekes apoyó la espalda en los casilleros y suspiró un tanto desanimado.

- Brendon ya te lo dijo, ¿no?, que hemos estado enviándonos textos y eso.

El bronceado asintió, aunque más bien parecía que lo hacía para pretender estar escuchando lo que se le decía. Lo que realmente lo mantenía concentrado era arreglar su cabello castaño después de haberse colocado la camiseta.

- Seh, lo hizo. - Contestó con la vista fija en su propio reflejo que le mostraba su pequeño espejo.

- Es que no lo entiendo. Siempre responde enseguida y es él quien insiste cuando yo tardo un poco en responder, pero no me gusta terminar el entrenamiento y no haber recibido ni un mensaje suyo.

- Quizá no tiene batería, o señal, o quizá se quedó entretenido leyendo un aburrido libro del siglo pasado. - Imaginó Joseph sin tanto interés.

Dallon esbozó una sonrisa boba ante la imagen en su cabeza de un Brendon sumergido en su lectura sentado frente al escritorio mientras sus gafas resbalaban lentamente por el puente de su nariz.

- Sí, puede que haya sido sólo eso.

- Igual si le envías otro mensaje diciéndole lo preocupado que estás, tal vez logres que regrese a la realidad.

- ¿No se molestará?

- Brendon raras veces se molesta. - Dijo Tyler sencillamente. Cerró su casillero cuando estuvo listo y no dijo nada, pero miró al mayor por unos segundos, viendo cómo éste rápidamente redactaba un mensaje con los ojos brillándole mientras sonreía mínimamente. Por lo que veía, Dallon de verdad estaba muy interesado en Brendon, pero Urie, bueno... - Tengo que irme ya, amigo.

- Ajá. - El ojiazul no le puso atención.

Si había algo que le molestaba demasiado a Tyler era que la gente no le mirara a los ojos cuando les hablaba. Con una mueca de creciente enfado, se dio media vuelta y salió de los vestidores echando humo por las orejas. Brendon era el culpable de eso, por él Dallon estaba perdiendo la cabeza y a Tyler le molestaba que el pelinegro no se dignara a notarlo debidamente.

Iba a sacar su móvil para enviarle un mensaje, pero apenas salió del campo de baloncesto y vio a nadie más y nadie menos que Brendon, su compañero de Químicas. Así que estaba todavía por aquí, ¿eh? Sin dudarlo, se acercó a él decidido. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, el de piel pálida lo miró y su rostro pareció iluminarse.

- Tyler, qué bueno que te veo.

- ¿Estabas buscándome? - Quiso saber sorprendido.

- Sí. Te explico: Jenna llamó diciendo que se había ido temprano y olvidó avisarme, así que pensé que podría encontrarte aquí para pedirte que me llevaras a casa por favor. - Su voz suave y serena sonaba y llegaba a los oídos de su amigo. - Si lo haces, te pasaré la tarea de la materia que tú quieras.

Joseph no tuvo que pensarlo dos veces, mas no pudo dar su respuesta porque una voz extra a sus espaldas se le adelantó.

- Hey, chicos. - Al girarse, Tyler encontró a Dallon a unos metros de distancia, pero ya caminaba hacia ellos. Inmediatamente el de dentadura imperfecta miró al de lentes y notó su mirada extrañada.

- ¿Quieres quedarte a hablar con él o prefieres irte de una vez? - Le dio opciones al menor.

- Irnos no es mala idea. - Dijo en voz baja.

El opuesto asintió y sonrió.

- Como quieras, vamos.

Para el ojiazul fue bastante raro y sintió como una bofetada el que Brendon volteara la cara en cuanto lo reconoció y se estuviera alejando con Tyler tomándole el brazo. Sabía que el basquetbolista no estaba llevando al azabache la fuerza, no, le quedaba perfectamente claro que Urie se marchaba por voluntad propia, pero no comprendía por qué. ¿Tanto era su pánico por hablar con él?

- ¡Brendon! - Intentó llamándolo y así logró que el nombrado volteara nuevamente hacia él y lo cuestionara con una ceja arriba. Por esta ocasión, sí fue evidente que Tyler hizo al chico avanzar hasta perderse de la vista del mayor. - ¿Qué ha sido eso?

Y como si nada hubiera pasado, Dallon al instante recibió un mensaje de aquel contacto.