¿Una más?

158 9 2
                                    

Narra: Miranda.

–¿Y está quien es?–pregunto llegando a la casa.

Y viendo a una chica de cabello negro, ojos azules y tez blanca en mi casa con una valija.

–Es mi amiga–me dice la tarada de mi prima.

–¿Y qué hace aqui?. O mejor dicho. ¿Que hace con una valija aqui?–pregunto con los brazos cruzados.

–Hija. Es que está chaval a perdido a sus padres–me dice mi abuela.

–¿Y eso a mi que me importa? ¿No estarán pensando de que yo voy a mantener a otra?–digo furiosa.

–Yo podría trabajar–me dice la chica.

–¿Cómo te llamas?–le pregunto a la chica.

–Elisa Rosales–me responde.

–Elisa, lamentó decirte que aquí ya no hay más lugar para dormir–le digo a la chica.

–Joder. Miranda, Elisa se puede quedar en tu habitación–me dice Barbara.

–¿Y por que no mejor se quede con vosotras?–le digo con una sonrisa y de brazos cruzados.

–¿Saben?. Si no me puedo quedar aquí. No importa, de igual manera muchas gracias-nos dice la chica.

–Hija–me llama mi abuela.

Yo volteo y la observo.

–Ayuda a la chica. Esta sola.

–¿Y quien me ayudo a mi cuando yo estaba sola?. Disculpa abuela pero nadie me ayudo a mi cuando yo me quedé sola–digo seria.

–Hija, vos sabéis muy bien lo que se siente estar sola. Ayudala por favor–me pide mi abu.

–¿Es que voz no lo entendes verdad?. Si accedo de que está chaval se quede con vosotras. Tendré que darle de comer a otra boca–me quejo.

Y la verdad es qué tengo derecho de quejarme. Toda mi vida me e esforzado como una burra como para que ahora vengan tres personas nuevas y vivan a mis costillas.

–Hija, ya escuchaste a la chica. Ella esta dispuesta a trabajar.

–Eso no me asegura nada abu. Mira a Barbara, aún y que " no consigue empleo" y la verdad es qué estoy pensando muy bien que todo esto es una verdadera farsa. Ya no lo soporto.

–Hijita, hazlo por mi.

–De acuerdo.

Joder, amo y a la vez odio que mi abuela sea tan buena con todos, hasta con personas que no se lo merecen.

Y cuando hablo de personas que no se lo merecen, me refería a mi prima Barbara y mi tía Mónica. No a Elisa.

Por lomenos tengo más confienza de que ella ayude en la casa. Yo me doy la vuelta y miro a Elisa.

–De acuerdo. Te quedas, siempre y cuando busques un empleo.

–De acuerdo. Muchas gracias por dejarme quedar aqui–dice Elisa con una gran sonrisa.

–No es nada–le digo igual con una sonrisa.

–Ella tiene toda la razón, no es nada. Por Dios, esta casa no es una mansión–se queja mi prima.

–Lamento que está casa no sea de tu gusto desabrida. Además, si no te gusta, la puerta es muy grande y te puedes largar cuando gustes–le digo con una sonrisa.

–Ya basta. ¿No ven que hay visita?–dice mi tía Mónica.

–Joder. Ahora que recuerdo, si una de vosotras no consigue empleo en dos semanas, se largan de la casa–le doy el ultimátum a mi tía y a mi prima.

–¿Ya voz vas a joder con lo mismo?–me pregunta mi tia.

–Por supuesto. Voz no decís nada porqué sos una vaga al igual que tu hija. Además, no ayudas en nada. Ni siquiera ayudas a mi abuela a coser–me quejo.

–Ya para de peliar tanto. Que te van a salir arrugas antes de tiempo–dice la estupida de mi prima.

–Voz callate y empesa a buscar trabajo que es lo que tenés que hacer–la regaño.

Yo le digo eso y me voy, ya no soporto verle las caras de estúpidas y vagas a mi prima y tia.

Lo único qué espero es que Elisa no sea igual que Barbara o mi tía Mónica. Por que si es así.

Mejor que valla buscando otro lugar adonde vivir. Porqué eso si.

No soportare, ni alimentare a otra chaval que ni siquiera es de mi sangre o es mi a amiga en este lugar.

No me parto la espalda por nada, todos en esta casa trabajarán. Yo no las puedo mantener a todas. Bueno.


Solo estoy dispuesto a sacrificarme por mi abuela.


❤️(CORREGIDA)❤️

Cicatrices [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora