2. KING [Chenmin]

26. HILOS.

Lo primero que Junmyeon notó al abrir sus ojos fue el cuerpo que dormía apoyado en su cama.

Sonrió con ternura y acarició la mano que Yixing tenía sobre una de las suyas. Su precioso consejero abrió los ojos, alzó la cabeza que había estado reposando sobre el colchón y lo miró desorientado. Cuando se percató de que sus manos estaban unidas se apresuró a apartar la suya, se enderezó en la silla y se pegó al respaldo para poner distancia entre ellos.

—Gracias por salvarme la vida —Junmyeon susurró con voz ronca.

—Descansa —Yixing le dijo e intentó levantarse, pero el rey le atrapó una de sus manos, impidiéndole alejarse.

—Quédate conmigo —le pidió con un gesto de dolor—. Tú también debes descansar.

Puede que Yixing ya estuviera volviéndose loco, o tal vez la sangre envenenada que había bebido del rey le había llegado a la cabeza, como fuera, cedió. Se metió en la cama y se acostó enfrentándolo.

Junmyeon le sonrió, incapaz de ocultar la felicidad que le provocaba tenerlo cerca, y le acarició el rostro. Delineó sus cejas, su sien, sus mejillas y su barbilla, maravillándose con la suavidad de su piel y con su cansada belleza.

—Mantén tus manos alejadas de mí o te las cortaré —Yixing lo amenazó.

Junmyeon sonrió y se apresuró a meter sus manos unidas bajo su mejilla para mantenerlas alejadas de su compañero.

—Eres adorable —le dijo mirándolo embelesado.

—Cállate —Yixing gruñó y cerró sus ojos para disponerse a dormir.

—¿Puedes abrazarme? —Junmyeon preguntó, interrumpiendo el silencio de nuevo.

Yixing no abrió los ojos, sin embargo, echó uno de sus brazos sobre Junmyeon y se pegó un poco a él.

—Déjame dormir o terminaré el trabajo de tu esposa —lo amenazó.

Junmyeon casi sonrió, se arrastró un poco más cerca de Yixing y se acurrucó sobre su pecho. A pesar de las circunstancias, ese podría considerarse uno de los momentos más felices en su vida.

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Baekhyun y Jongdae, seguidos de cerca por Chanyeol, bajaron a hurtadillas a los niveles subterráneos. Se apiñaron juntos en el cavernoso pasillo que llevaba a los calabozos y esperaron.

El príncipe Byun observó la estancia con atención, respiró hondo y se concentró. Crear ilusiones era fácil, solo necesitaba ver una realidad de la forma en que sus víctimas la veían para poder modificarla a su antojo. Podía agregar escenas dolorosas para hacer sufrir a un oponente y también podía hacer que cosas agradables sucedieran. Durante sus entrenamientos había practicado con Chanyeol, poniéndolo en todos los escenarios que se le ocurrieron; uno de ellos había sido no modificar nada en la realidad, nada más que así mismo, logrando volverse invisible. Había funcionado de maravillas y esperaba ser capaz de hacerlo con todos los guardias simultáneamente .

—¿Qué sucede? —Chanyeol le susurró al oído al verlo morderse el labio inferior en un gesto dudoso.

—Nunca lo he intentado con tantos a la vez —Baekhyun respondió, girándose para mirarlo.

—Tú puedes —Chanyeol lo animó y le regaló una sonrisa y una caricia en la mejilla.

—¿Qué demonios pasa con ustedes? —Jongdae protestó. Estaba apretujado en medio de ellos y las cosas estaban poniéndose extrañas— ¿Por qué no dejan de toquetearse todo el rato? Van a descubrirnos.