2. KING [Chenmin]

27. EL ROSTRO DEL ENEMIGO.

Eli despertó con un sobresalto. Su sien estaba perlada de sudor frío y su pecho se sentía comprimido por el terror. Respiró agitadamente y se apresuró a salir de la cama. Tomó su capa y cubrió su cuerpo entero. Aún era de día, pero marchó a toda prisa por los pasillos desiertos hasta la habitación del rey.

Advertencias de un terrible futuro habían venido a su cabeza en forma de pesadilla.

En sus sueños, el reluciente magenta del escudo Kim estaba manchado por dos líneas paralelas de un color rojo tan vivo que no podía ser otra cosa más que sangre.

Un levantamiento rebelde, mucho más grande que el ejército del rey, se aproximaba.

En su sueño, los rebeldes habían invadido la fortaleza por sorpresa. 

Nadie tuvo la oportunidad de escapar. El fuego vino del cielo y todo se convirtió en nada.

Eli tenía un don, por el cual había recibido el título de profeta. Vivía en la fortaleza y servía fielmente al rey y a su familia. Así que, cuando las puertas del dormitorio se abrieron, describió su sueño con todo detalle al rey Kim Jae Joong.

Desafortunadamente, el vampiro y profeta desconocía algunos detalles sumamente importantes de su propia visión: ¿Quién? ¿Por qué? Y especialmente, ¿cuándo?

Muy preocupado, el rey mandó a traer a su fortaleza a un viejo sabio que vivía en una de sus aldeas.

* * *

Zhang Hua era capaz de leer el destino de otros en las estrellas, pero no el suyo, ni el de Yixing, su único hijo. Nunca, hasta esa noche, cuando su destino, el de su hijo y el de la familia Kim se entrelazaron.

* * *

El príncipe Junmyeon era joven, un poco arrogante y ciertamente inexperto; añoraba portar la corona y gobernar a su pueblo, sin comprender realmente lo que aquello significaba.

* * *

Junmyeon sonrió victorioso cuando su afilada espada picó el cuello de su maestro.

—Tienes una mano excelente para las armas —Jungsoo felicitó a su pupilo—, pero me encantaría que también aprobaras tus exámenes sobre historia, la historia siempre es importante.

Junmyeon apartó su espada y le tendió una mano a su maestro.

—Quedas libre por hoy, no necesitas más entrenamiento —Jungsoo le dijo mientras se acariciaba el diminuto corte en su cuello.

El príncipe marchó por los pasillos, orgulloso de haber completado su entrenamiento con la espada. Para él, los escritos no servían para nada más que para perder el tiempo. Los verdaderos vampiros eran soldados, guerreros, seres fuertes e indestructibles.

Inspiró hondo al sentir en el aire un aroma nuevo dentro de la fortaleza y exhaló lentamente. Era un olor peculiar; fresco, acuático y exótico. Rastreó el olor por el castillo, dudando que un vampiro oliera tan bien. Imaginó que se trataba de un nuevo sirviente humano.

El rastro lo llevó hasta uno de los jardines internos. ¿Eran flores lo que percibía? Observó el estanque lleno de ninfas y nelumbos y contuvo el aliento.