5

224 22 2
                                    

Espero y espero por lo que parece una eternidad. Los minutos pasan y nadie entra por la maldita puerta. Los ojos verdes que tanto ansío por ver frente a mi. Todos esperan con ansias. Todo el plan salió como fue planeado, ahora lo único que falta es esperar a que regresen y saber si de verdad River logró escapar.

—Han llegado.— Anuncia alguien. Todos se reúnen en la puerta y me dejan atrás. Trato de abrirme espacio entre todos, pero no lo logro. 

Escucho la puerta abrirse y el silencio es matador. Sigo tratando de empujarme por toda la gente, y después de mucho trabajo lo consigo.

Y lo veo.

Lo contemplo frente a mi por un momento. Realmente es él.

Corro hacía él y lo tomo entre mis brazos. Lo abrazo tan fuerte como puedo. El me envuelve con sus brazos y siento nuestras respiraciones mezclarse. Lo miro para darme cuenta que ambos estamos llorando. Su olor me llena las fosas nasales, y me siento en casa. 

El toma mi rostro entre sus manos y me siento tan pequeña.

—No lo puedo creer, Avrey. Te extrañe tanto.— Miro sus ojos verdes que por tanto tiempo imaginaba. Sus ojos me miran como si no pudiera creer que realmente me esta viendo, como si se lo estuviera imaginando. 

—Bueno, bueno. Ya, esta bien.— Cinco se acerca y nos separa. Se abrazan y River le agradece.

—Gracias, te debo demasiado.— Dice River.

—Sabías que no iba a dejarte. A demás, la princesita aquí no me iba a dejar en paz hasta que volvieras.— Dice Cinco y yo lo miro de mala gana. Me niego a soltar a River. Me niego a dejarlo ir. 

Seis se acerca y también lo abraza. Muchas personas se acercan a darle la bienvenida.

La puerta se abre de nuevo y más chicos del equipo entran. Y con ellos, Liana. Por Dios, lo había olvidado por completo. River se gira para mirarla y todos la contemplamos.

—¿Que mierda haces tú aquí?— Camina hacía mi rápidamente y mi primer instinto es esconderme detrás de River. —Joder, ¿estas bromeando, cierto?— Le dice a River. Había olvidado por completo que ella no sabe de mi y River.

—Liana...

—¿Por qué no está muerta?— Dice seriamente muy cerca de River. Puedo oler su enojo desde aquí. 

—Déjame explicártelo todo...

—¿De qué hablas? ¿Me estas jodiendo verdad? ¿!En que coño estás pensando!?

—¡Cállate!— River claramente explota y hace callar a toda la habitación. —¡Cállate de una puta vez antes de que me arrepienta de haberte sacado de ahí!— Un ligero miedo me recuerda al River de antes. Lo miro preocupada y el se da cuenta del error que ha cometido. —Perdón, perdón. No quise gritar de esa manera, hoy no ha sido mi mejor día. Liana, por favor déjame descansar, y después te lo explicaré todo. Lo prometo.

Liana lo mira sin expresión alguna, pero apuesto a que esta bastante enojada. Entrelazo mi mano con la de River y ella parece notarlo y le causa risa por alguna razón. —Deberías de parar antes de que...

—Avrey, vámonos.— Dice River deteniéndome antes de hacer algo de lo que probablemente me arrepentiré. Camino con él hacía su habitación. Había entrado aquí algunas veces pero me rehusaba a hacerlo muy constantemente porque me hacía mucho daño. Me recordaba a él y me mataba no tenerlo conmigo.

River se sienta a la orilla de la cama y me acerco a él para abrazarlo. Nos quedamos así por lo que parecen ser horas. Y ojala pudiera quedarme así toda la vida. 

—¿Por qué lloras? Ya estoy aquí.— Apenas me doy cuenta de que lloraba. Paso mis manos por su cabello.

—¿Estás bien? Te vez un poco...

—Nunca he estado mejor.— Dice interrumpiéndome. Nerviosamente acerca su rostro al mio, mis labios tiemblan al acercarme a él. Besarlo aún se siente como un sentimiento nuevo, ya que el único beso que nos dimos fue tan apresurado. Sus labios lentamente se unen a los míos y me da un corto beso que después se transforma en uno tranquilo y delicado, es perfecto. Es justo como soñé todo este tiempo. Me siento a horcajadas sobre él y me atrae más cerca de él.

Nos separamos para respirar y me mira. —No creí que fuera posible extrañarte de esa manera, sentirte al rededor mío...— Dice con toda la emoción en su voz. No quiero ni imaginarme por las cosas que paso. 

Lo miro desde muy cerca y me tomo la tarea de memorizar cada detalle, cada lunar, no quiero olvidar un centímetro de el nunca jamás. —Tu cabello está más corto.— Digo y eso lo hace reír.

—El tuyo está más largo.— Dice sonriendo. —Te extrañe demasiado. Extrañe tus ojos, tu sonrisa, tu voz, sentirte tan pequeña junto a mí, tu piel, todo... — Dice acariciando la piel de mi rostro con su pulgar.

Una lágrima se me sale de nuevo y el la limpia. —Tenía tanto miedo. No sabía si regresarías, si estabas bien. Si pensabas en mi...

—Pensaba en ti cada jodido instante.— Me responde. Lo abrazo de nuevo y coloco mi rostro entre su cuello. Encajamos perfectamente.

—Yo también.— Digo. No quiero soltarlo jamás.

—¿Por qué no me doy una ducha? Después podemos hacer lo que tu quieras. — Dice separándome y yo río.

—Si.— Digo saliendo de su agarre y me levanto. Él toma su ropa y se dirige al baño.

Me quedo sentada en su cama con todo su olor impregnado en mi, como siempre quise estar. Me siento completa, por fin. Me siento yo. Siento como todos mis problemas desaparecen poco a poco al saber que ya se encuentra aquí conmigo y nunca volveré a dejarlo ir.

Stolen Keys | (completada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora