Stolen Keys | (completada)

7

(River)

Al entrar al jodido salón de juntas, me siento junto a Seis y Avrey se sienta a otro mi lado. Siento tan extraño verla al rededor, en este ambiente que era tan secreto y personal para mi.

—¿Porque no empezamos dándole un pequeño resumen a Tres de todo lo que ha pasado?— Dice Cinco levantándose y parándose al frente.

Habla y habla por lo que parecen ser horas, pero no consigo comprender nada de lo que dice. Mi mente ha tenido la costumbre últimamente de pensar en todo menos en lo que debería. Miro a Avrey para ver si ella está en mi misma situación, y lo confirmo. Dibuja cosas sin sentido en su pequeña libreta y disimuladamente me asomo para lograr ver que hace. Ella se da cuenta y me sonríe y toma mi mano. La entrelaza con la mía y siento una tranquilidad repentina.

Miro al rededor y la mirada de Liana me atraviesa. Me mira seriamente y algo enojada.

No la culpo. Se que le debo demasiado, por el momento, una explicación. Ella dejo su vida por mi, aún cuando yo no se lo pedí. No pensé en ella ni un segundo mientras estuve en McAlester y mucho menos pensé en que le diría cuando la volviera a ver. Sólo podía pensar en una persona en concreto.

—... Y eso es mas o menos de lo que te perdiste.— Cinco se sienta y veo cómo todos me miran esperando a que diga unas palabras.

Me levanto de mi silla y me paro enfrente de todos. —Gracias por mantener todo corriendo mientras no estuve, en especial a ti por hacerlo tan bien.— Le digo a Cinco. —Creo que... lo mejor es que nos demos un descanso de todo por uno o dos meses.

Todos me miran con la mirada más confundida del mundo. —¿Estás loco?— Habla Liana.

—Creo que a todos nos hace falta un descanso de todo, en especial a mí. Ya después podremos retomar el...— Recuerdo que no se que es lo que retomaremos.

—...El caso del gobernador.— Agrega Seis.

—Ah si, eso.— Damos por terminada la sesión y antes de salir, Cinco me detiene en la puerta.

—¿Un descanso? Nunca pensé oírlo de ti.— Le hago una seña a Avrey de que se vaya adelantando.

—Se lo merecen, se los debo. A todos ustedes y a ella.— Digo mirando a Avrey.

—River, cambiaste todos los planes que teníamos al enamorarte. Ahora tienes que hacer que funcionen con ella.— Dice advirtiéndome.

—Lo se, yo hice el plan, yo puedo arreglarlo.— Respondo seguro de mi mismo.

—¿Crees que ella... quiera continuar con el asunto de... su familia?— Dice en voz baja.  —El plan era que, una vez que Avrey muriera, podríamos eliminarlos uno por uno...

—¡Se el jodido plan!— Digo estresado. —Yo lo he hecho, no lo he olvidado.

Cinco me mira dudoso y yo me disculpo. —No estoy siendo congruente últimamente. Déjame pensarlo.— Digo listo para irme de ahí.

—Una cosa más, Avrey ha tenido algunos... problemas, por así decirlo, Seis me reportó que muy frecuentemente habla sola.— La preocupación me inunda.

—Después de todo lo que sufrió, no la culpo.

—Lo se, solo lo digo por si quieres hablarlo, o ayudarla.

Camino hacía la puerta. —Gracias por cumplir tu palabra y cuidar de ella.— Digo honestamente. Nunca sabes que puede pasar en manos de ellos.

Camino hacía mi habitación pero recuerdo algo que dejé pendiente. Me obligo a caminar hacía su habitación y toco a la puerta.

—Por fin te dignas a venir.— Dice Liana dejándome pasar. Cierra la puerta una vez que entro y se sienta en la cama. —Tienes muchas cosas que explicarme.

—Lo haré lo más corto posible. Las cosas no siempre salen como uno quiere. Algo paso y no pude terminar con el plan.

—Algo paso, ¿te refieres a que ahora tienes una amante pasajera y estas dispuesto a dejar todo por ella?— Siento como la sangre me empieza a hervir pero me tranquilizo.

—No voy a perder mi tiempo explicándote cosas que no son de tu importancia.

—¡Pero si lo son! Este era mi plan también, ¿recuerdas? ¿Recuerdas cuando estábamos juntos, después de haberlo hecho todo el día, me dijiste lo que tenías en mente y hicimos todo el plan? Yo estuve ahí desde el inicio y no dude en dejarlo todo ni un jodido segundo.

—Liana...

—¿Que? ¿Es que no soy suficiente? Lamento no ser una jodida princesa, pero esto es lo que soy, por lo que tu me amaste...

—Sabes que así no fueron las cosas, yo no...— No voy a mentir y hacerla sentir mal.

—No te atrevas a decir que no me amas... tu me amas, aún me amas. Más que a esa princesa, me amas, porque soy como tú...—Me agarra desprevenido y une sus labios con los míos. Instantáneamente la aparto de mi.

—Liana por favor, sabes que significas demasiado para mi, y esto no cambia nada de lo que ya hemos vivido, así que por favor, no hagas esto más difícil, eres alguien a quien de verdad aprecio. No me gustaría que esto terminara todo lo que hemos construido. 

Liana se queda en silencio y dirige su mirada al piso

—...¿De verdad la amas?— Suena herida, y no me gusta saber que yo la estoy hiriendo.

—De verdad.

—¿Porque? ¿Que tiene ella que yo no?— Dice acercándose a mi con toda la emoción cargada en su voz.

Miro hacía otro lado, no se que decirle. —Liana...

Liana toma mi mano y la coloca sobre su corazón. Aparto mi mano rápidamente. —¡Yo también tengo un corazón! Y ha latido por ti desde el jodido día en que te conocí, yo también merezco ser amada como ella. 

—Claro que si lo mereces, pero no por mi. 

—Eres todo lo que tengo. Lo deje todo por esto... por ti. 

—Lamento no poder amarte como tu lo quieres.—Sus ojos se ven rojos y se que esta aguantándose todas las ganas de llorar, jamás ha llorado frente a mi.  

—Vete. Necesito estar sola. 

Abro la puerta y me detengo antes de salir. —De verdad que te deseo el bien, ojalá encuentres a alguien que te haga bien...—

—No me jodas, ¿alguien que me haga bien? Que no se te olvide quien eres. Estar con ella no cambiará la persona que eres.

Se que tiene todo el derecho a estar enojada, siento como si llevara esperándome toda una vida. Pero no me puedo obligar a darle lo que ella quiere. Se que no siempre le doy el crédito que se merece, pero realmente me ha sacado de muchas, y ha estado a mi lado desde el momento en que nos conocimos.