Miro a mi al rededor antes de recordar dónde estoy y lo qué pasó. Los brazos de River me tienen pegada a él y no puedo moverme. Me salgo de su agarre con cuidado, pero al pararme, me arrepiento al instante.
¿Qué es este dolor? ¿Estoy bien?
Camino con cuidado al cuarto de baño. Me miro en el espejo. Algo cambió. Me siento en el excusado y siento un gran alivio cuando veo que no hay sangre ni nada por el estilo. ¿Entonces porque siento este dolor? Decido darme una ducha. Pongo el agua caliente y me relajo. Todo está bien. Seguramente esto es normal y le pasa a todas, o al menos eso quiero pensar.
Al salir, veo que River sigue dormido. Tomo mi ropa en silencio, me visto y salgo.
Todos hacen su vida al igual que siempre y mis ojos buscan rápidamente a Seis. Esta sentada en una mesa con las demás chicas.
—Hey, ¿cómo estuvo la cena?— Dice una vez que me siento a su lado.
—...Bien. ¿Podemos hablar?— Le digo en voz más baja.
—¿Que ha pasado?— Dice una vez que estamos solas. Hay mucho ruido al rededor, pero nadie puede escucharnos.
—Perdoname que te hable de esto, pero ayer River y yo...— Digo insegura de que decir con certeza.
—¿Qué?— Pregunta confundida. ¿Porque tiene que ser tan difícil?
—River y yo lo hicimos...— Digo en voz aún más baja.
—¡Mirate nada más! Me sorpendes. ¿Y que ha pasado?— Dice sin saber aún porque le hablo de esto.
—Fue mi primera vez.— Digo sin saber cuál será su reacción.
—¿Se cuidaron cierto?
—Si, claro. ¿Es normal que me duela?— Digo apenada. No puedo quedarme con la duda o estaré paranoica.
Seis ríe y me abraza. —¿Es eso lo que te preocupa? ¡Estas bien! Es normal porque... normalmente no estás acostumbrada, si sabes a lo que refiero, pero el dolor sólo dura unos días.
—¿Unos días?— Honestamente estoy muy aliviada. Pense que algo estaba mal conmigo.
—Tranquila, estás bien.— Dice sonriendo. —Ahora, porfavor no me digas que dejaste a River sólo.— La miro confundida. ¿Debería regresar?
Pero antes de que pueda regresar, veo que viene caminando hacía mi. Se ve asustado y un poco enojado. —Buenos días, ¿podemos hablar?
Asiento y miro a Seis antes de ir con River. Me lleva a un lugar más solitario. —¿Estás bien?
—Si...— Contesto confundida.
—¿Que ha pasado?— Pregunta frustrado.
—¿De que hablas?
—Ayer estábamos tan bien, y despierto y no estabas.— Sus palabras me hacen sentir ternura.
—Estamos bien. Simplemente tenía que hacer unas cosas y no quise despertarte.— Digo tomando su mano.
—¿Estás bien? Pense que tal vez te lastime o algo...
—No, nada por el estilo.— Digo medio mintiendo, no es su culpa el dolor, ¿o si? Le doy un corto beso y River me abraza. —¿Tú estás bien?— Digo sorprendida por su afecto.
—Pense que te habías arrepentido, no lo sé.— Lo miro y sonrío.
—Claro que no, la próxima vez prometo estar ahí para cuando despiertes.— Digo abrazándolo, sintiendo toda su tensión relajarse al instante debajo mio.
Después de un largo día de prácticamente ver a River hacer llamadas, decido regresar a mi habitación para pasar un rato sola.
Me acuesto en la cama y observo el techo sobre mi. ¿En que momento mi vida es así? Mi vida era completamente diferente y mis preocupaciones eran la escuela, fiestas, amigos... Ahora todo se basa en huir, escondernos, y planear cosas que jamas pensé hacer.
Recuerda lo que siempre digo, es tu culpa.
Me levanto en seco al escuchar la voz de Maia. Pensé que se habían ido por completo, no los había escuchado desde que River regresó.
Siempre estuvimos aquí, sólo quisimos darte unos días de descanso.
Ahora es Nate el que habla. —Que considerados. Váyanse a la mierda, no quiero escucharlos.— Lo único bueno es que sé que no son reales, Nate y Maia de verdad jamás dirían cosas así.
Somos de verdad, nunca nos conociste. Este es mi verdadero yo.
Ignoro la voz de Maia y camino al baño. Me miro en el espejo y un grito se sale de mi boca al ver el rostro de Maia distorsionado detrás de mi en el espejo.
Giro mi cabeza pero detrás de mi no hay nada y este desaparece del espejo.
—Me estoy volviendo loca.— Hablo para mi misma y me lavo la cara con agua helada. Quizás eso ayude.
Estás loca desde hace mucho tiempo.
La piel se me pone de gallina al sentir la presencia de alguien a mi lado. Me quedo inmóvil al sentir su respiración en mi cuello. No hay nadie.
Mi respiración aumenta como loca. Salgo de la habitación y corro hacía la puerta, pero puedo sentir como alguien la detiene cerrada.—Por favor, déjenme salir...— Digo con todo el miedo posible.
Pero si aún no hemos termino, apenas estamos empezando.
La voz de Nate me hace comprender que estas voces no vienen de dentro de mí. Claramente puedo escucharlas cómo si estuvieran en la habitación.
Mientras trato de abrir la puerta, alguien la abre del otro lado y al ver a River, me abrazo a él.
—¿Que ha pasado?— Pregunta preocupado.
Decido no contestar. No quiero hacerlo real. No estoy loca. Ellos no son reales.
Piensa en eso la siguiente vez.

ESTÁS LEYENDO
Stolen Keys | (completada)
RomansaMoney Heist #2 Avrey Caswell se enfrenta a una vida completamente diferente a la suya por primera vez. Nada es fácil cuando tienes que elegir, aún cuando ya has hecho esa misma elección antes. La vida después de lo que ha vívido cambiara para siemp...