16

214 21 0
                                    

Todo será increíble, imagina cuando ambas entremos en universidad, yo en Harvard y tu en Yale, estudiando lo que queramos, iremos a fiestas todos los días. Serán los mejores días de nuestras vidas.— Maia habla.

Yo la miro sonriente. —No puedo esperar al día que por fin estemos ahí. ¿Puedes imaginar cuando ambas tengamos hijos y estos sean amigos?— Digo yo.

—Será increíble, será la vida cómo siempre la soñamos.— Ambas siempre tuvimos grandes planes y sueños para nuestro futuro. Justo cuando terminemos la escuela, iremos de viaje al rededor del mundo y conoceremos todas las ciudades más hermosas.

—Eres mi mejor amiga, te quiero.— Dice sonriéndome.

—Y tu eres la mía, te quiero demasiado.— Maia en verdad hace mis días más fáciles y mas felices.

—Pero... si me quieres tanto, ¿Por qué me harías esto?— La miro confundida.

—¿De que hablas?

Maia saca una pistola de su bolsa y una bala le atraviesa la cabeza. —¡MAIA NO!— Su sangre comienza a derramarse por todo el piso y por mis manos.

—Tu me hiciste esto. Nunca lo olvides ...

—¡NO! ¡MAIA!— Siento el sudor cubriéndome y mi respiración agitada. Siento mi sangre helarse. 

—Shh nena tranquila, aquí estoy.— Apenas me doy cuenta de que River esta a mi lado sosteniéndome entre sus brazos.

—... Fue sólo un sueño.— Digo una vez que logro calmarme. —Solo un mal sueño.— Me lo repito para recordarlo. Solo fue un sueño. No fue mi culpa...

—¿Estas bien?— Dice River preocupado, encendiendo la luz.

—Si...No lo se.— Me giro para abrazarlo y espero a que mi pulso se tranquilice.—Nunca me dejes por favor.— Hablo con todo el miedo del mundo. No quiero alejarme de él nunca.

—Jamás.— Dice acariciando mi cabello.

Estoy bien, está bien. Estamos bien. Yo no la mate. No fue mi culpa. No fue mi culpa...

—¿Por que no me cuentas que te está pasando? Por favor.— River me pregunta serio y se que no hay forma de que pueda seguir ocultándoselo.

—Desde que te fuiste... Nate y Maia me atormentan todos los días en mi mente. Sus voces, son tan reales. Me hablan como si fueran reales y casi puedo sentirlos a mi alrededor. No son el Nate y la Maia a las que yo conocía, se que son una versión distorsionada de mi mente y seguramente vas a pensar que estoy loca, pero si vivieras dentro de mi mente y vieras lo que me está pasando desde mi perspectiva, se que me entenderías... Pensé que todo había mejorado, cuando llegaste estás desaparecieron. Pero hace unos días volvieron y ahora es peor, puedo verlos... sus cuerpos, muriendo, gritando y pidiendo ayuda ...— Dejo de hablar porque no puedo hablar más, se me va el aire. Esto me esta consumiendo.

—No estás loca Avrey. Has pasado por muchas cosas horribles. Cosas por las que nadie mas ha pasado. 

—¿Y no debería de ser suficiente ya? ¿Por que la vida quiere castigarme más? Quiero sentirme tranquila, en paz.— La voz se me corta, estoy llorando y no lo puedo parar. 

River me acerca a él.—Nadie quiere castigarte. Es normal que pasen cosas así después de sufrir tantas muertes. Son reacciones que nuestra cabeza tiene por el trauma.

—Quiero que se vayan. Quiero que me dejen en paz. Solo quiero estar contigo.— El llanto a penas me deja hablar.

—Tienes que recordar que no son reales. Están ahí porque saben que les tienes miedo. Hazles saber que no les temes, eres más que ellos. Yo lo se.  Tú eres real, ellos no.— Sus palabras me reconfortan y me siento mas tranquila.

—Pero... si les tengo miedo.— Digo sinceramente.

—Recuerda que sólo están dentro de tu mente. Tú eres mucho más fuerte.

—No lo creo, no lo sé.— Me siento derrotada.

—Mírame, jamás quiero que pienses que eres más débil que algo. Joder, eres la persona más fuerte que conozco, mira la persona que eres y por todo lo que has pasado.

Ojalá pudiera quedarme aquí para siempre. Ahí nadie puede hacerme daño. Nadie real ni imaginario. Aquí siempre estaré segura y a salvo.

River me abraza en silencio hasta que mis sollozos se detienen, y una vez que lo hacen, habla. —Por cierto, hoy es un gran día. Pero antes de hacerlo, quería hablarlo contigo.— River cambia a su voz sería y eso me preocupa.

—¿Qué es?

—Vamos a instalar cámaras en tu casa y en la oficina de tu padre, necesitamos saber en dónde está a cada momento.

—Está bien.— Digo aún sin saber cómo harán para entrar en mi casa, tiene demasiada seguridad, por dentro y por fuera.

—¿No te molesta que lo espiemos?— Dice divertido.

—¿Así cómo me espiabas a mí?— Le digo riendo.

—No lo creo, tu eras peor. Y más fácil de encontrar.— Dice recordando.

—Gracias, no quiero saber mas sobre eso.— Digo riendo. Lo que haya hecho antes en verdad no me importa.

—Entonces, ¿tu padre?— Dice regresando al tema.

—Está bien. No tienes que preguntármelo todo. Confío en ti. Es tu plan. Tu sabes que hacer.

—Si, pero es tu padre. Creo que tienes el derecho de saber. Y si quieres cambiar algo, puedes hacerlo.

Me causa un poco de irritación escuchar la palabra "padre" y creo que River lo entiende porque cambiamos de tema. Es de esas cosas que si las hablas demasiado terminarás arrepintiéndote de ellas. Se que me arrepentiré, pero creo que es algo que debe suceder. Es inevitable e iba a pasar.

Se que tengo el poder para detenerlo. Pero algo en mi me dice que esto es lo correcto.

Stolen Keys | (completada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora